jueves, 31 de mayo de 2012

VISITA TURÍSTICA DE UNOS AMIGOS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES


Hace unos días, dando una vuelta por el Castillo, me encontré con mi amigo Diego Álvarez Mateo, que con su cámara al hombro venía de hacer un reportaje desde el campanario de la Parroquia. De visita turística estaban estos amigos, enamorados de nuestro Alcalá. No se sus nombres, aunque uno de ellos me dijo que su padre era de Alcalá, el chico primero de la izquierda, con camiseta negra, con apellido Asencio. 
Como Diego no tuvo tiempo de explicarle la historia del castillo, a continuación les dejo una pequeña reseña, que hace algunos meses escribiera nuestro paisano Juan Leiva.

El castillo

Alcalá nació encimado, en la cumbre del monte en torno al castillo, como tantos otros pueblos de Andalucía. La urbanización y las calles dicen que se hicieron, cuando Per Afán de Ribera, Marqués de Tarifa, llegó con su título de Duque de Alcalá en el siglo XVI. Como consecuencia, junto a él surgieron la casa del Cabildo,  la parroquia de San Jorge, la plaza Alta, los conventos de monjas,  las calles de los nobles,  la casa de los curas, el pueblo, el cementerio...Los otros conventos masculinos buscaron la parte baja, la Alameda, donde se situaron los mínimos; y la cuesta de Santo Domingo, donde se establecieron los dominicos.

A aquella niñez de los años 30 -la de la guerra- le gustaba subir a la cima detrás del castillo. Ajenos a la triste contienda, fantaseaban la historia prendida de aquellas piedras. Por allí habían estado los hombres de las cuevas, los turdetanos, los romanos, los visigodos, los árabes, los cristianos... Eso ya lo iban aprendiendo en la escuela con don Manuel Marchante.

Lo más importante para ellos era el castillo, una construcción romana, rehabilitada por los almohades, regalo del rey moro de Granada a la tribu de los Gazules, guerreros musulmanes norteafricanos. Hasta que vino el rey santo, Fernando III, con sus guerreros y conquistó el pueblo. Después llegó el rey poeta,  Alfonso X el Sabio, en 1264. A éste no le gustaban las guerras y ganaba los pueblos dándoles coba con cultura, con poesías, con cartas pueblas y con repartimiento de tierras. No era buen guerrero, pero era excelente maestro de letras e inefable poeta que le daba por hacer cantigas en la lengua más dulce de España, la gallega. Y ponía bellos topónimos a los pueblos y a los lugares. A éste le puso uno de los más bonitos, Alcalá de los Gazules 

El castillo tenía una cerca y un aljibe. La cerca pasaba por el Beaterio de Jesús María y José, limitando las dos construcciones, mientras que el aljibe quedaba dentro del recinto de las monjas. Los niños se asomaban al aljibe a ver si veían algún moro, pero sólo divisaban una gran habitación donde los moros recogían el agua de lluvia. Y un hortelano les contaba que había un pasillo por donde salían los moros al “Prao” cuando les rodeaban los cristianos. El Beaterio era muy querido por los niños y niñas, porque aquel había sido su primer colegio. Era una especie de guardería o preescolar, donde acogían a los niños de  tres a cinco años.   

El cariño de las monjas y la convivencia con otros niños y niñas eran el mejor regalo en aquellas edades. Su madre se había educado en el Beaterio en régimen de internado y quería que sus hijos pasaran por allí. Había recibido una buena cultura, una letra preciosa y, al mismo tiempo, había conseguido desarrollar una de sus aficiones favoritas, el dibujo y la pintura. Aún su hijos conservan excelentes muestras de aquellos trabajos que hizo en el Beaterio desde los doce a los dieciséis años, de 1912 a 1916.

El castillo estuvo vigente hasta el siglo XIX, pero con la invasión francesa fue saqueado y, al verse obligado el ejército francés a abandonarlo, lo volaron. Dicen que el pueblo luchó heroicamente para defenderlo, de manera que el Rey le concedió los tres títulos de Muy Noble, Leal e Ilustre Ciudad de Alcalá de los Gazules. A partir de entonces, las calles se fueron extendiendo hacia abajo, buscando los caminos más fáciles. Pero a él le gustaba aquella Alcalá, la de la cima del monte Gazul, no la de abajo, la de la Playa y las carreteras. Después de la guerra, un alcalde construyó con sus piedras el depósito de agua junto al castillo.

Por arriba vagaba el levante a sus anchas y, en el arco de la boca de la plaza Alta, jugaban a luchar contra la levantera, a ver quién podía más. Casi siempre eran vencidos y arrastrados sin remedio. Los jaramagos crecían a placer en las viejas mansiones de los cortesanos de Per Afán, y los perros callejeros y los gatos montunos se adueñaban de todos sus rincones. Hoy todo aquello ha sido rehabilitado. Pero a él le gustaba más aquella Alcalá, la de los quince mil habitantes, la de las monjas clarisas, la del Beaterio, la de los callejones recoletos y misteriosos.


JUAN LEIVA

PRIMER DÍA DE LAS LETRAS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES


Alcalá de los Gazules, centro geográfico de la provincia de Cádiz y puerta del Parque Natural de los Alcornocales, recibe a los integrantes del club de letras en una calurosa tarde del mes de mayo. La primavera ha brotado y el verde de sus montes contrasta con el infinito blanco de sus fachadas provocando un contraste de colores que provoca el deleite en los sentidos.

Llegamos al centro cultural Santo Domingo, donde nos recibe Andrés Moreno, la persona que ha realizado el enlace entre el Club de letras y el Ayuntamiento del municipio para la organización del acto.

A todos nos impresiona el lugar, una antigua iglesia reconvertida en centro cultural manteniendo toda su arquitectura. Se ha vaciado de santos y se han añadido gradas y un escenario en el que discurren los eventos. En una de las paredes blancas, bajo un arco, nuevamente el verde se abre paso. Esta vez es la humedad, pero el capricho vuelve a envolvernos viendo una obra de arte surgida de manera natural y espontánea, o es de nuevo el espíritu aventurero del Quijote que todos los enamorados de las letras llevamos dentro. Efectivamente, nuestra imaginación sigue viendo gigantes donde otros tan sólo ven molinos.

En la mesa se sientan los representantes del Ayuntamiento Alcalaíno, el teniente de alcalde, Juan Carlos Fernández Luna y la concejala de cultura, Zulema Sánchez Bazán y, por parte del club de letras, su director José Antonio Hernández Guerrero, el subdirector, Antonio Cantizano, Juan Leiva, insigne alcalaíno, el organizador del evento, Pedro Castilla y María Luisa Niebla, como representante de los tres clubes, Cádiz, Algeciras y Jerez.

Pedro Castilla abre el acto mostrando el entusiasmo de todos por viajar hasta este privilegiado rincón. María Luisa Niebla ilustra el recorrido que hasta ahora hemos seguido como integrantes del club a modo de presentación. Juan Leiva elabora una disertación sobre las diferentes revistas literarias, surgidas a lo largo de la historia, y, en especial, las elaboradas en nuestra provincia. Antonio Cantizano elabora un envolvente discurso que, como siempre, a todos nos hace soñar, imaginar, recordar, sentir… Antonio no hace literatura cuando habla, es literatura.

A continuación, los miembros del club de letras van pasando por el atril para leer sus textos. Uno a uno, cada uno en su estilo y en su género, va desnudando el alma de creador que lleva dentro, desgranando sus sentimientos, anhelos y deseos más profundos. La lectura, y la escucha de estos textos, es una demostración de que la literatura nos ayuda a vivir la vida de una forma más plena y más intensa.

Para finalizar el acto, José Antonio Hernández Guerrero agradece a todos los miembros del club y del municipio su presencia en el acto. Es la última participación, el toque de canela que inunda de sabor la tarde. Sus palabras están llenas del ideario y la filosofía de nuestro club.

Tras las palabras finalizadoras y agradecidas del teniente de alcalde, nada queda ya de oficial en el acto. Los saludos, las charlas, los reencuentros, la vida…

Fuera ya del acto, algunos de los miembros del club decidimos refrescar todo lo sentido en las dos horas que ha durado el acto. Alcalá es un pueblo de leyenda. Frente al centro cultural una mujer barre su casapuerta de dentro para fuera, quizás expulsando de su hogar los malos espíritus, y nosotros bajamos la empinada cuesta que nos lleva hasta el Paseo de la Playa, nuevamente la literatura hace acto de aparición llenando de simbolismo a la céntrica plaza de un pueblo situado a decenas de kilómetros del mar. Durante el recorrido pasamos frente a la puerta de un cine ya cerrado en el que algunos vemos a Totó proyectando películas en el interior del Cinema Paradiso.

Tras las consumiciones y la charla en común llega la despedida. Es entonces cuando se produce en nosotros una serie de sentimientos encontrados que no podemos sujetar. Por un lado nos sentimos felices y satisfechos tras el transcurso del acto, por otro lado a nadie le gusta las despedidas. Roxana Xamán vuelve a su México lindo y querido, quizás sea la última vez que compartimos espacio físico con ella, ha pasado un año con nosotros. Y es que hay personas destinadas a ser aves de paso en nuestras vidas, pero Roxana, a pesar de su brevedad, ha dejado una honda huella en el alma de este club de letras, igual que el municipio de Alcalá de los Gazules, del que también nos despedimos con la noche afuera.


Paco Ramos

PALABRAS DE MODA


 

Puñetas

                                                                               
                                                       
En la actualidad, esta palabra es un vulgarismo que se usa, ordinariamente, en su sentido metafórico y dentro de esas expresiones coloquiales que pronunciamos cuando estamos hartos o irritados, como, por ejemplo “vete a hacer puñetas”, “hacerle a uno la puñeta”, “ir a la gran puñeta”, “el puñetero niño este”, “puñetería” o, simplemente,  la exclamación “¡puñetas!”.
“Mandar a uno a hacer puñetas” o “enviarlo a paseo” es mucho más que rogarle que nos deje en paz o pedirle que pare ya de molestarnos: es exigirle que desista de estorbarnos o de entorpecernos. Inicialmente era una forma suave de invitarlo a distraerse con una tarea menos molesta para nosotros y más entretenida para él. “Hacer la puñeta” es molestar, fastidiar, importunar, irritar o mortificar; es descentrar nuestra atención, desviar nuestro interés, interrumpir una tarea o romper un proyecto. “Ir a la gran puñeta” es marcharse lejos, tan lejos como la está “gran China”, por ejemplo, y “puñetera” es la persona que, sin ser cruel, perversa ni violenta, nos resulta “jartible” o nos da el “coñazo padre” en un momento determinado. “Puñetería” es un objeto enojoso o una acción molesta. “¡Puñetas!” es una interjección con la que expresamos sentimientos de admiración, de sorpresa o de enojo. 
Recordemos que las “puñetas” son unos “puños”, unas bocamangas -las partes de una prenda que rodea las muñecas- de encajes que llevan los trajes académicos, las togas de abogados, de fiscales y de magistrados, y los hábitos corales de los canónigos y de los beneficiados catedralicios. Pero el “puño”, literalmente hablando, es la mano cerrada y, metafóricamente, la parte por donde se coge el bastón o el paraguas. 
              Esta palabra es una de las que poseen mayores derivados en nuestra Lengua Española. Algunos de ellos nos resultan evidentes como, por ejemplo, en “puñado”  -la porción de algo que cabe en un puño-; “puñal” -un arma corta, de acero, que hiere con la punta-, “puñetazo” -es un golpe con el puño-, “empuñar” -coger por el puño un instrumento o un arma-. Otros derivados, como “pugnar” -rivalizar, competir, pelear, luchar o combatir-, “púgil” -el que pelea, lucha o combate- e, incluso, “impugnar” -refutar o rebatir-, “propugnar” -defender, patrocinar o amparar- y “repugnar” -sentir aversión, repeler o dar asco- derivan también de la misma palabra latina, “pugnus”, que dio nuestro castellano “puño”.
Recordemos también esa imagen tan repetida en nuestro lenguaje coloquial como “meter en un puño” que, como nos dicen los diccionarios, significa “confundir, asustar, aterrorizar y oprimir psicológicamente a una persona”. Julio Cejador y Frauca (Zaragoza, 1864 - Madrid, 1927), en su obra Fraseología o Estilística Castellana (1923), explica que esta expresión metafórica quiere decir “atemorizar, dominar o avasallar tanto, que el otro se abata, se achique o se aoville, de tal forma que pueda caber en el puño del que lo atemoriza o lo oprime”.


José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura

 



miércoles, 30 de mayo de 2012

XII JORNADAS CULTURAL TAURINAS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES


lunes, 28 de mayo de 2012

PRUEBA ANUAL DE MARCHA RONDA-RONDA 101 KILÓMETROS






Con una organización perfecta se celebró el pasado fin de semana del 12 y 13 de mayo, esta prueba anual con tres modalidades: marcha, bbt y duatlón.
Se inició en Ronda (Málaga) a las 11:00 horas del día 12 con llegada a meta, como tiempo máximo a emplear en su recorrido, a la misma hora del día 13.
Los participantes recorren los 101 kilómetros por caminos con fuertes desniveles y en este año con una importante dificultad añadida: el calor sofocante que les acompañó.
Además de Ronda se cruzan los pueblos de Arriate, Alcalá del Valle, Setenil de las Bodegas, Montejaque, Benaoján y regreso a Ronda.
En la prueba de marcha han participado, y todos han terminado dentro del tiempo, cuatro alcalaínos, una alcalaína y el consorte de ésta.
Publicarlo en este blog se debe al hecho de que estando nosotros al corriente de estos eventos por participar en ellos nuestra hija y su marido, no teníamos conocimiento de que otros alcalaínos también participaban. Y algunos lo han hecho hasta en cuatro ocasiones.
Nos llevamos una grata sorpresa cuando en uno de los puntos del recorrido, donde nos situamos los familiares y conocidos para ver y animar a los corredores, escuchamos a uno de ellos decir :"¡Alcalá de los Gazules! ¡Alcalá...!". Era Jacinto Franco, al que ya habíamos visto entrenar por Patriste y Los Corzos. Nos alegramos y desde ese momento teníamos a uno más para animarlo de forma más especial y estar pendiente de él en los siguientes puntos.
A la llegada a meta de Jacinto nos informó de que Juan Carlos Gallego ya había entrado y que corrían dos alcalaínos más (M. Vera y J.Manuel Pacheco). Con estos dos no pudimos contactar.
El objetivo principal de esta prueba es el realizarla dentro de las 24 horas, dejando un poco al lado el tiempo en conseguirlo. Aún así, de los 2.700 participantes-marchadores que participaron, la acabaron 1.870. Entre estos finalistas estaban todos nuestros paisanos con los siguientes tiempos y puestos:
  • Juan Carlos Gallego: Puesto 109. Tiempo: 12:52:18
  • Jacinto Franco: Puesto 129. Tiempo: 13:12:59
  • Almudena Coca y Jesús Horgón: Puesto 152 y 153. Tiempo: 13:27:45
  • M. Vera: Puesto 462. Tiempo: 15:57:49
  • J.Manuel Pacheco: Puesto 1184. Tiempo: 19:50:13
¡¡Enhorabuena a todos!!

Es importante que conozcamos los buenos deportistas que tenemos en nuestro pueblo.


Pepe Coca
28/05/2012

PRIMER DÍA DE LAS LETRAS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES






PRIMER DÍA DE LAS LETRAS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES


Este viernes, veinticinco de mayo, tuvimos la suerte de encontrarnos en el Centro Cultural Santo Domingo, los miembros del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, junto a un ilusionado público motivado por la palabra, por la comunicación, por el ser humano en definitiva.

La Concejala de Cultura, Zulema Sánchez, abrió el acto con unas sencillas y acogedoras palabras que dieron paso a otras intervenciones de los componentes de la mesa, donde Pedro Castilla comenzó exponiendo las inquietudes y la alegría por celebrar este Primer Día de las Letras en Alcalá de los Gazules, agradeciendo la oportunidad brindada por este pueblo, valiente y entrañable, al Club de Letras.

María Luisa Niebla, hizo una comparativa con otras celebraciones similares que los componentes del mencionado Club han llevado a cabo a lo largo de toda su trayectoria. Resaltó la satisfacción producida por estos nutritivos encuentros.

Posteriormente, el alcalaíno Juan Leiva, nos ofreció un amplio y detallado panorama histórico de las revistas literarias gaditanas, haciendo mención especial en los rasgos que definen Speculum, la revista editada por el Club de Letras y de la que él mismo es subdirector junto a Antonio Cantizano, quien, a su vez, nos deleitó con una sugerente explicación de la dinámica y de la filosofía de dicho Club.

Uno de los momentos más especiales fue el vivido durante la lectura de textos –líricos y narrativos- con la que nos obsequiaron sus propios autores y autoras, venidos de Cádiz, San Fernando, Chiclana de la Frontera, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, la Línea de la Concepción y Algeciras.

Cerraron el acto las reflexiones de José Antonio Hernández Guerrero, coordinador de las tres sedes del Club de Letras y director de la revista Speculum, a las que siguieron las lúcidas y agradecidas palabras de clausura del Primer Teniente de Alcalde Juan Carlos Fernández Luna.


María Luisa Niebla López
Secretaria de Speculum y
miembro del Club de Letras de Jerez

jueves, 24 de mayo de 2012

EL ALIMENTO CULTURAL




El alimento cultural
                                                                   
La cultura, entendida en su sentido más amplio, como una dimensión constitutiva de nuestra presencia humana en nuestro tiempo y en nuestro espacio, exige que la alimentemos permanentemente. La inanición cultural también nos produce debilidad mental, enfermedad psicológica y muerte social. De la misma manera que nos ocurre con la nutrición corporal, si la dieta cultural no es sana, equilibrada y completa, podemos adelgazar o engordar de una manera peligrosa. Por eso, hemos de elegir cuidadosamente los alimentos y dosificar de forma acertada los ingredientes que incluimos en los menús culturales. Si no administramos las actividades culturales en su justa medida y en su momento adecuado también pueden empacharnos y provocarnos vómitos. Como ocurre con la anorexia y con la bulimia, los trastornos alimenticios culturales se caracterizan por su cronicidad, por su resistencia a los tratamientos y por sus sucesivas recaídas. Aunque es frecuente que algunos de los pacientes -eruditos o especialistas- lleguen a presumir creyendo que la hinchazón o la delgadez culturales les proporcionan una imagen más atractiva, lo cierto es que, contemplados con cierta perspectiva, nos producen una impresión lamentable o, al menos, cómica.  
Los desequilibrios culturales, de manera análoga a los desórdenes alimenticios, generan deformidades e hipertrofias, y pueden producir unas consecuencias tan peligrosas como la desgana, la apatía, las repugnancias, las arcadas, la desnutrición o el raquitismo. Si pretendemos alimentarnos culturalmente para que crezcan armónicamente las diferentes dimensiones que nos definen como seres humanos, hemos de ampliar el abanico de nuestros gustos y, sobre todo, hemos de cultivar nuestra sensibilidad para ser capaces de analizar y de disfrutar de las creaciones artísticas antiguas y modernas. El camino más seguro para lograr dichas metas no es el de estudiar mucho o leer todo, sino seleccionar cuidadosamente las lecturas y elegir acertadamente las actividades usando como criterios nuestro proyecto personal de ser humano y nuestro ideal de íntimo bienestar.
Los alumnos, a veces, aborrecen la literatura, la música, la pintura o las matemáticas, por la forma atosigante en la que han “empollado” los libros. Todos conocemos a superespecialistas, por ejemplo, en Matemáticas que son incapaces de recrearse con un cuadro de Van Gogh, con una melodía de Stravinsky o con unos versos de Jorge Guillén o, a la inversa, no es extraño escuchar a literatos que presumen de ignorar las cuestiones más elementales de la física, de la química o de la biología. Si nos situamos en el ámbito de la cultura popular, es frecuente encontrar, por ejemplo, a aficionados al carnaval que aborrecen el flamenco o, por el contrario, a expertos en flamencología que desprecian los tanguillos y los cuplés.
Aunque no podemos ser especialistas en todas las materias, sí deberíamos esforzarnos por poseer las nociones suficientes para comprender las explicaciones adecuadas de los profesionales cualificados que empleen un lenguaje riguroso, directo asequible y, en la medida de lo posible, agradable y bello. Los alimentos culturales han de ser saludables,  nutritivos, apetitosos y, también, gratos al olfato, a la vista y, por supuesto, al paladar.
Permítanme –queridos amigos- que les advierta del riesgo de "saturación" que puede originar la abundancia de actos en este 2012 en el que conmemoramos la aprobación de La Pepa, y que me atreva a pedir que cuidemos las actividades que se organizan y que potenciemos las más provechosas para despertar el interés por la lectura, en general, y por la lectura de la literatura, de la buena literatura, en particular.


José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura

miércoles, 23 de mayo de 2012

RECORDANDO A LA VIRGEN DE LOS SANTOS


D E S D E     L A     S E G U N D A     C R U Z

Quiero  volver  a  su  ermita
que  reluce  entre los  campos,
para  hacerle  una  visita
a  María  de  los  Santos,
nuestra  Patrona  bendita.

Y  cruzaré  los  olivos
desde  el  pozo  a  la  cancela;
con  los  sentimientos  vivos;
peregrinando  una  vela
por  mis  recuerdos  cautivos.

Subiré  hasta  el  camerino
a  rezar  bajo  su  manto
para  que  guie  mi  destino,
y  no  me  retrase  tanto 
en  desandar  el  camino.

Casi  en  la  segunda  cruz
me  volveré  para  verla,
blanca  aureola  de  luz,
brillar  cual  preciosa  perla
sobre  mi  cielo  andaluz.

¡María  de  los  Santos,
guapa  Madre  mía,
yo  quiero  mirarte,
tarde , noche  y   día!



Fco.Teodoro Sánchez Vera -5-2012 

sábado, 19 de mayo de 2012

PRIMER DÍA DE LAS LETRAS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES


jueves, 17 de mayo de 2012

PALABRAS DE MODA


Tras dudarlo durante varios días, finalmente, empujado por las peticiones de tres lectores –Juan, Luis y Antonia- me he decidido a publicar esta breve explicación de una palabra que, desde hace ya varias semanas me han pedido dichos amigos. Lo hago a pesar de que, en mi opinión, resulta un rollo. 


Enfermo
                                           
La palabra “enfermo” deriva del término latino compuesto in- firmus: firmus –significa firme, sólido, estable, resistente, fuerte. In- es un prefijo de negación. Infirmus, por o tanto, es “no firme”-, y servía para indicar a las personas que eran incapaces de mantenerse firmes, levantadas, activas, de pie. Está infirmus quien, por padecer alguna dolencia grave, se ve obligado a permanecer tumbado, acostado, postrado en cama.

Este significado han conservado, hasta nuestros días, tanto la palabra italiana “infermo” como la castellana enfermo, y sus derivados enfermedad, enfermería (de infirmarium), enfermar, enfermera o enfermizo. Pero, el infirmus latino se aplicaba también a las personas débiles o endebles que, auque no padecieran dolencias físicas, tampoco eran capaces de mantenerse firmes.

Esta palabra latina ha experimentado en otros idiomas europeos modernos una evolución diferente. Ni el francés infirme ni el inglés (infirm) significan "enfermo", sino débil, achacoso, enfermizo, lisiado, inválido o impedido, y otro tanto sucede con infirmité e infirmity, que no deben confundirse con maladie e illness.

Quizás nos resulte interesante recordar el origen de otra palabra estrechamente relacionada con “enfermo” como “firmamento”

El nombre que hoy damos al firmamento deriva de un error de traducción de la Biblia. Al comienzo del Génesis, en el relato de la Creación, leemos cómo Dios creó la luz e, inmediatamente, la bóveda celeste o firmamento, que en hebreo llamaron raqia (extensión). Los traductores de las Sagradas Escrituras al griego confundieron esta palabra hebrea con una palabra siríaca de grafía idéntica, pero que significaba "solidez", de modo que la tradujeron por stereoma (construcción sólida).

Cuando, en el siglo V, San Jerónimo realizó la traducción Vulgata de la Biblia, recurrió lógicamente al latín clásico firmus (firme, sólido, fuerte) para traducir esta palabra griega, y llamó firmamentum (lo que está firme, sirve de fundamento y de apoyo) a la bóveda celeste.

Del latín firmus derivan, como es fácil de imaginar, los verbos afirmar (de affirmare, "asegurar"), confirmar, “corroborar” y firmar (de firmare,"dar fuerza, afirmar"). La firma, como es sabido, es el nombre y los apellidos de una persona que se ponen al pie de un documento para darle fuerza; es decir, para proporcionarle autenticidad y para declarar que se aprueba su contenido. En otras ocasiones propondré algunos ejemplos –también solicitados por los mismos amigos- de términos pertenecientes a los campos de la Anatomía, de la Patología y de la Farmacología. 


José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura



Y para este sábado...

AMIGOS DEL BAR ALEGRÍA




miércoles, 16 de mayo de 2012

BUÑUELOS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES




Los sábados y domingos, a partir de las cinco de la tarde, podemos saborear los magníficos buñelos que hace Isabel en el Restaurante Casa Pizarro. No te olvides de darte una vuelta por Alcalá de los Gazules.

martes, 15 de mayo de 2012

RECORDANDO A PEDRO FERNÁNDEZ

Hoy, cuando se cumplen dos meses de tu fallecimiento, tus amigos te seguimos recordando y notamos tu falta.

sábado, 12 de mayo de 2012

Para el mes de Mayo. Eventos en torno a María de los Santos.

viernes, 11 de mayo de 2012

ARZOBISPO DON LUIS ALFONSO DE LOS CAMEROS


 

Atravieso, con bastante frecuencia, la calle Arzobispo Luís Cameros de nuestra ciudad, detrás de Las Peñas, y he de ser sincero y decir que, hasta hoy, nada he sabido acerca de quien era el personaje. Sin embargo, una extraña curiosidad me ha empujado a averiguar y conocer al clérigo y, para aquellos que hayan tenido la misma curiosidad que yo, he aquí, de forma muy resumida y extractada, lo más resaltado del mismo.

            Tal como nos dice Juan Leiva: “Siguiendo a Fernando Toscano, Luís de los Cameros era hijo del alcaide de Alcalá, Ambrosio de los Cameros y su esposa Isabel de Estrada Butrón. En 1622, Luís Alfonso era beneficiado de la iglesia parroquial de San Jorge de Alcalá y capellán de las clarisas; después fue cura párroco de la misma iglesia; de Alcalá pasó a Arcediano de Zamora; chantre en la Capilla Real de Palermo (Italia) y, en 1652, obispo de Patti en Sicilia. De allí pasó a Arzobispo de Valencia, donde sustituyó a San Juan de Ribera, fallecido en dicha ciudad en 1672. Luís Alfonso fundó en Valencia el Hospital de la Misericordia y se mantuvo hasta 1676, momento de su muerte, en cuya catedral fue enterrado”.
         
           Luego, cuando se acude a la descripción detallada de nuestra parroquia de San Jorge, que encontramos en la página de turismo de nuestra ciudad, nos encontramos con que “en el lado de la Epístola, se erige el monumento sepulcral en memoria del alcaide Ambrosio de los Cameros y de su esposa doña Francisca Iñiguez del Alfaro, padres de don Luís de los Cameros, alcalaíno fallecido arzobispo de Valencia, construido en 1670 por los maestros Cendrún y Gálvez”. Y que entre  los objetos de culto existentes en la parroquia, hay “un crucifijo alto de plata (que hace juego con seis candelabros) que donó el Arzobispo de Valencia Don Luís Cameros y que por ello, junto a la imagen de San Jorge, lleva las armas episcopales de su donante”.

         Pero del arzobispo sabemos algo más, incluso tenemos su retrato, que es el que preside este modesto relato. Según Llin Cháfer, fue propuesto como arzobispo de Valencia por la reina Margarita de  Austria, regente durante la minoría de edad de su hijo Carlos II, siendo confirmado su nombramiento por el papa Clemente IX, el 14 de mayo de 1.668 y tomó posesión, por medio de su procurador Tomás Antonio Martínez Rubio, deán de Teruel, el 19 de agosto de 1668 e hizo su  entrada solemne en la Ciudad de Valencia el 18 de septiembre del mismo año. Sabemos que tuvo como inmediato colaborador, además del obispo auxiliar, José Barberá, a Eusebio Falcó (+1678), experto en teología y cánones.

         Se destaca su humildad y prudencia y se dice que socorría generosamente a los pobres y necesitados. A esos efectos fundó el Hospicio de la Misericordia, para acoger a los pobres y transeúntes sin techo, a los impedidos, a los niños huérfanos y a las mujeres en condiciones precarias, poniendo la primera piedra del edificio el 4 de enero de 1671.

         En 1673, según lo decretado por el Concilio de Trento, el arzobispo Luís Alfonso de los Cameros instituyó en la Catedral la canonjía lectoral.

         Envió un interesante informe del estado de la Diócesis, con motivo de la visita "ad limina" a Roma en 1675.

         Falleció, suponemos que cristianamente, el 26 de julio de 1676, siendo enterrado en la capilla de San Pedro de la Catedral de Valencia, y posteriormente trasladado a las gradas de la capilla mayor.

         Pero antes de todo esto, nos dice su biografía, que cuando dejó de ser cura párroco de la de San Jorge y Arcediano de Zamora, pasó a Sicilia, donde estuvo desarrollando su labor pastoral y fue inquisidor. Luego fue hecho prisionero por los franceses, durante una de las  sempiternas guerras que mantuvo España con los gabachos, y estuvo cautivo durante ocho meses. Cuando le fue devuelta la libertad volvió a Sicilia, donde fue obispo de Patti y arzobispo de Monreale.

         La inquisición, en Sicilia, tuvo como tristes protagonistas a los mahometanos. En esa lucha, el tribunal del Santo Oficio de Sicilia ocupa el cuarto lugar en cuanto se refiere al número de procesos (763), después del de Valencia (2744), Zaragoza (2668), y Granada (1635). Pero, desde la expulsión de los Moriscos de España, el tribunal de Sicilia pasó a ser el de mayor actividad, con 261 procesos, lo cual indica que llegaron a ser un problema en la isla cuando aquellos ya casi no lo eran en España.

         Allí, en Sicilia, la Inquisición se mostró especialmente diligente en esa persecución, por ser la isla el punto de contacto directo entre el mundo cristiano y el mundo turco-magrebí y que, por su situación geográfica y su población cosmopolita, siempre había mantenido una estrecha relación con el mundo musulmán.

         Pero, no todos los procesos por islamismo se refieren a moriscos, como fácilmente podríamos deducir. La Santa Inquisición persigue, primero, a los llamados «renegados», por ser los más numerosos; después a los «cristianos nuevos de moros o de turcos», que con ese llamativo nombre se les designaba y, por último, los llamados «moriscos» propiamente dichos. El número total de moriscos procesados fue de 63 personas, el de cristianos nuevos, de moros o turcos, de 150 personas, y el de los renegados de 550, como nos dice Louis Cardaillac, Profesor de la Universidad Paul Valéry, en un interesante estudio sobre estos procesos en la isla siciliana, muchos de los cuales tuvieron por protagonista a nuestro clérigo.

         La cárcel de Palermo donde los prisioneros de la Inquisición española penaron y purgaron sus “desviaciones” de la Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica de Roma, es objeto, en la actualidad, de visitas turísticas donde poder apreciar la desesperación, el miedo, los sufrimientos, el dolor que muchos de ellos dejaron impresos en sus muros: dibujos, frases, oraciones, versos, que dan voz a aquellos desgraciados.

         La obra más espectacular de todas, quizás, sea la realizada por el preso Paolo Maggiorana, seguramente un militar de la época, que pintó un fresco detallando una auténtica batalla naval entre turcos y cristianos, como muestran las banderas de las naves, que los historiadores identifican con la de Lepanto. Otro, quizás en sus últimos días de vida, dejó escrito: “Siento frío y calor, siento que me ha llegado la fiebre, me tiemblan las tripas, y el corazón y el alma se han hecho pequeños, pequeños”, descrito en dialecto siciliano. En otro de los calabozos, un recluso representó una crucifixión, en la que los que condenan a Cristo en la cruz son los propios inquisidores. Otros, que se identificaron como “el abandonado” o “el infeliz”, dejaron escritas taciturnas poesías de amor o doloridas declaraciones de su lamentable situación, en la seguridad de que nadie las leería nunca.

         Pero, el caso que hizo célebre a nuestro paisano no fue otro que el Auto de Fe para fray Diego de la Matina y otros 31 reos, allá por marzo de 1.658.

         Como nos relata Leonardo Sciascia en su novela Muerte del inquisidor, (traducida por Rossend Arqués, Barcelona: Tusquets, 2011), era muy raro que a un inquisidor lo pudiera matar su propia victima, aquella que era objeto en ese momento de torturas. Sólo existen dos casos en la luctuosa historia de la Inquisición: la de Pedro Arbués, que murió a manos de judíos conversos en 1485, y la del Inquisidor de Sicilia Juan López de Cisneros.

         Fray Diego de la Matina, prisionero de la Inquisición siciliana, confiesa, en 1647, bajo tortura, haber tenido trato con el diablo y fue condenado, una vez más a galeras, como ya lo había sido en otras ocasiones anteriores. En 1649 fray Diego organizó un motín o protesta de carácter político que supuso una nueva intervención del Santo Oficio. A sus veintiocho años fue condenado a cadena perpetua. En 1656 logró huir de la celda y se refugió en una gruta que aún lleva su nombre pero fue detenido a los pocos días. Allí, en la cárcel, cuando el Inquisidor Juan López de Cisneros, el 4 de agosto de 1657, se disponía a interrogar y torturar al fraile, éste, en un acto de exasperación tras haber sido condenado una vez tras otra y sometido a horrendas torturas, consiguió librarse de los grilletes y golpear con ellos la cabeza del inquisidor, produciéndole la muerte.

         El sustituto de Cisneros al frente de la Inquisición siciliana, no fue otro que nuestro conciudadano Luís Alfonso de los Cameros, el cual decidió despachar rápidamente el proceso contra el inquisidorcida, -si se me permite aquí el término por analogía-: un Auto de Fe para fray Diego y otros treinta y un reos. La noche anterior al "espectáculo" se le dio a fray Diego la oportunidad de arrepentimiento pero la negativa de este a retractarse es una muestra, según Sciascia, de "la dignidad y el honor del hombre, la fuerza del pensamiento, la firmeza de la voluntad y la victoria de la libertad". Cansó a diez teólogos que durante toda la madrugada intentaron reconducirlo al camino recto de la fe. Finalmente, la sentencia que se pronunció fue: "que vivo le quemaran y sus cenizas dispersaran al viento". El 17 de marzo de 1658 fue quemado en la hoguera por “hereje, apóstata, calumniador y parricida”.

         Hemos de manifestar, no obstante, que pese a la leyenda negra de la Inquisición, teñida de muchas verdades, en lo que respecta al número de ajusticiados, los estudios realizados por Heningsen y Contreras sobre las 44.674 causas abiertas entre los años 1540 y 1700, concluyeron que fueron quemadas en la hoguera 1.346 personas (algo menos de 9 personas al año en todo el enorme territorio del imperio español, desde Sicilia hasta el Perú, lo cual representa una tasa inferior a la de cualquier tribunal provincial de Justicia).

         El británico Henry Kamen, conocido estudioso no católico de la Inquisición española, ha calculado un total de unas 3.000 víctimas a lo largo de sus seis siglos de existencia. Kamen añade que “resulta interesante comparar las estadísticas sobre condenas a muerte de los tribunales civiles e inquisitoriales entre los siglos XV y XVIII en Europa: por cada cien penas de muerte dictadas por tribunales ordinarios, la Inquisición emitió una”.

         Luís Alfonso de los Cameros no fue más que un clérigo que realizó un trabajo para el que había sido nombrado por las más altas autoridades de la jerarquía eclesiástica y que, una vez terminada su labor inquisitorial siciliana, probó y demostró con hechos, su enorme interés pastoral, cultural y cristiano, con sus palabras y obras y, por eso, le debemos el respeto y el afecto que ya le demostraron nuestras autoridades rotulando una plaza con su nombre.



Francisco Jiménez Vargas-Machuca

jueves, 10 de mayo de 2012

SEMANA DE IDENTIDAD IGNACIANA - ESCUELAS SAGRADA FAMILIA DE ALCALÁ DE LOS GAZULES













ISABEL MANSILLA ROMERO
 Directora - Gerente de las EEPP Sagrada Familia


Se complace en invitarle a la Eucaristía de Acción de Gracias presidida por nuestro Párroco, Rvdo. Don Francisco Núñez Pérez y que pondrá fin a los actos programados con motivo de la Semana de Identidad – Ignaciana celebrada en nuestro centro educativo.


Aprovecha gustoso esta ocasión para expresarle
 el testimonio de su consideración personal




Día: 13 de mayo de 2012
Hora: 11:30 h
Lugar: Parroquia del Mártir San Jorge






Alcalá de los Gazules, mayo de 2012


ACTOS PARROQUIALES EN HONOR DE MARÍA AUXILIADORA CORONADA. SAN JOSÉ DEL VALLE



Nuestro agradecimiento a Antonio García Sánchez, por la invitación a los actos.

UN BUEN DÍA DE PESCA


A LA MEMORIA DE FRANCISCO RICHARTE, DE ALCALÁ DE LOS GAZULES



Francisco Richarte. Pintor de exvotos.


         Hace 35 años (19 de febrero de 1971) una chiquilla era atropellada por un vehículo en la calle Nuestra Señora de los Santos. El accidente, por las circunstancias en las que se produjo y las consecuencias fatales que podría haber tenido, fue considerado por testigos. Familia y vecinos como un hecho milagroso de la Virgen, cuya imagen en un azulejo preside el tramo alto de la calle, justo donde se produjo el accidente.
Como es costumbre en nuestro pueblo, cuando se considera que la Virgen ha intervenido en el suceso, la familia encargó un exvoto para llevarlo al santuario y allí se encuentra.
La persona encargada de realizar el trabajo fue Francisco Richarte que entraba así a formar parte de la galería de autores desconocidos que conforman la pinacoteca del santuario.
Francisco fue un hombre muy ligado a la calle de la Salada, pues vivía en la próxima calle El Sol, aunque su trabajo durante años los realizó como oficial de zapatería en el taller del maestro José Maria Guerra. Pero tuvo siempre una intuición especial para el dibujo y sobre todo una forma muy particular de observar la realidad y plasmarla a través de su pintura. Las circunstancias le hicieron iniciarse tarde (si es que es tarde cuando la ilusión sobra) en el aprendizaje de las técnicas y en los distintos elementos pictóricos. Su vocación superó cualquier inconveniente hoy insignificantes pero hace cuarenta años no tanto. Pero no dudó en inscribirse en un curso de pintura de la CCC y obtener su titulo acreditativo. Todo un ejemplo.
Tuve la oportunidad, siendo un chiquillo, de tratar y pasar horas en la banquilla de la zapatería hablando con Francisco y tuve la suerte de verlo muchas veces repasar sobre el mostrador sus dibujos y abrir la correspondencia y observar las notas con las que los maestros  de CCC calificaban sus trabajos.
Francisco soñaba con ver sus cuadros observados y aceptados. Nunca los soñó con un interés económico. Se le iluminaban los ojos solo con pensar que las gentes con sensibilidad pudieran entender su obra. Me consta la alegría que le supuso el encargo del “exvoto del accidente de la calle Nuestra señora de los Santos”. Ya por aquel entonces había pintado muchos azulejos con la imagen de la Virgen para las fachadas e interior de las casas alcalinas. Por eso el cuadro fue un acontecimiento para él, que no tuvo nunca la oportunidad de participar en una exposición.
Pero esta no es la única obra de Richarte en el Santuario. Bien es verdad que es la mayor, está hecha sobre madera y es la única en la que recrea una composición compleja, porque en las restantes el soporte pictórico es azulejo y aparece sólo la imagen de la Virgen con el Niño y el texto alusivo al hecho milagroso.
La forma de trazar la imagen de la Virgen, de colocar el Niño, usando el manto como una cortina que se abre en forma de "A", flanqueando la figura por grandes hachones, como cerillas gigantes, sobre las que hace flamear una luz siempre roja, los adornos geométricos y una cara muy enmarcada por el rostrillo con ojos semisaltones, confieren a sus exvotos un aire ingenuo, muy sensible, vistoso y sobro todo llamativo
La irregularidad de sus asimetrías y  composiciones a la búsqueda de un equilibrio ilógico hacen de sus creaciones un puzzle aparentemente inestable, que envuelve la composición en un movimiento sin un punto de partida ni final. Todos es cuadro, importante y la mirada salta de un punto a otro como si estuviera persiguiendo móviles etéreos. Los colores, básicos, no se mezclan, se superponen en estado puro, apareciendo y desapareciendo sobre un fondo cromático uniforme.
         Se puede discernir muchas cosas sobre la concepción pictórica de Richarte. Se puede interpretar la versatibilidad de su obra. Se pueden justificar o explicar los elementos y rasgos más sobresalientes de sus creaciones. Se puede y se debe acercar uno a su obra como ante cualquier obra artística desde el punto de vista que se quiera y verla a través del color del cristal que se prefiera porque no nos va a dejar indiferente. Pero no podemos negar su grandiosa ingenuidad, su superlativa ternura, el enfoque personal no viciado por mimetismos o copias, su particular forma de sentir el milagro y proyectarlo en el cuadro, y sobre todo su apasionado amor a Nuestra Señora, en cuyo santuario chiquito hay un hueco donde cuelga la ilusión y la devoción en forma de exvoto, donde cuelga la obra de un alcalaíno de corazón grande.


Jaime Guerra Martínez

El tiempo que hará...