jueves, 31 de octubre de 2013

ANÁLISIS DEL DOMINGO

Romanticismo: “Halloveen, Tosantos, Cementerio…”

La víspera de Todos los Santos, conocida como Noche de Brujas o Noche de Difuntos, ha tenido diversas interpretaciones a través de la historia, pero en todas partes ha gozado de gran popularidad. Hay mucho de romanticismo en estas celebraciones. Se desprende de las cavernas oscuras y profundas del hombre, significando ante todo una dilatación de la vida. A pesar de la tristeza, desesperación y males del siglo, los románticos se lanzaban a la vida con avidez y sentían como una embriaguez, un delirio placentero y doloroso, siendo el sustantivo favorito “orgía”. Hoy lo estamos viviendo en los adolescentes y en los jóvenes. Esto llevó a los románticos a la pasión: sufrían, pero gozaban con ello.

Los anglosajones la llaman Halloween “Noche de Brujas” y es una fiesta de origen celta, que celebran la noche del 31 de octubre. Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido lo festejan con toda clase de ornamentos lúgubres y colores fúnebres: naranja, negro y morado.  Con menos raigambre se celebra en Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y el conjunto de Latinoamérica.

Las poblaciones de raíces cristianas la llaman “Día de todos los Santos” y ”Día de los Difuntos”, con un trasfondo secular, pero con el fin de contemplar la legión de gente buena y de la propia familia, que han desfilado por nuestro mundo de forma anónima y sin esperar nada a cambio. Asimismo, es una manera de aceptar la muerte con principios esperanzadores desprendidos de la doctrina cristiana.

Las visitas a los cementerios son inexcusables para las generaciones mayores. El campo-santo y el adecentamiento de las tumbas se consideran una actividad obligada. No es sólo un sentimiento, sino un razonamiento de que es posible volvernos a encontrar otra vez. Las misas de difuntos se prolongan durante todo el mes de noviembre, para rememorar y orar por los difuntos.

Pero la mayoría de las costumbres profanas las imponía el romanticismo. Este movimiento literario contiene un complejo de tendencias y formas de índoles muy diversas, que dominan en toda Europa durante el siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Se inicia en Inglaterra, pasa después a Alemania y, posteriormente, se extiende por toda Europa. En España, después de los intentos de aclimatación que hace Nicolás Bölh de Faber, de 1814 a 1818, penetra el romanticismo por Barcelona y Cádiz.

Los románticos viven del sentimiento y, para ellos, son intransferibles, privativos del que lo siente y casi incomunicables. Los románticos impregnan de sentimientos toda la vida. Por eso, la vida romántica se convierte más que en creación artística, en expresión vivaz y emotiva, de calor y cosa vivida. Las parejas en sus inicios viven románticamente, sin necesidad de nada con tal de estar juntos –contigo pan y cebolla-.

De ahí que muchos románticos solían vivir poco, no llegaban a los cuarenta años; pero no porque murieran jóvenes, sino porque vivían apresuradamente. Larra vivió veintiocho años; Espronceda, treinta y cuatro; Byron, treinta y seis, y así podríamos continuar con un elenco interminable. Cultivaban cuatro géneros literarios: la lírica, el drama, la novela histórica y la tragedia.


JUAN LEIVA



miércoles, 30 de octubre de 2013

MARCHA TRIUNFAL DE JUAN RARRO

Tartamuda sonaba su palabra,
y el canasto siempre de compañero,
entre niños pasaba su sendero
hasta el huerto que Manolito labra.

No recuerdo verle malhumorado,
la bondad de su rostro era notable,
con la mirada entre pícara y amable
balbuciendo un piropo enamorado.

Me brota la añoranza poderosa,
cuando miro en mi casa un cuadro hermoso
que le muestra montado sobre un burro;
detrás una caterva numerosa
de niños disfrazados y ruidosos,
marchando desde el huerto del Tío Curro.





Francisco Teodoro Sánchez Vera

martes, 29 de octubre de 2013

VISTAS DE ALCALÁ DE LOS GAZULES

 Vista desde la Coracha
 Barriada del Prado vista desde la Coracha
 El Picacho visto desde la Coracha
 Vista desde Los Pozos
 Vista desde Los Pozos
Vista desde Los Pozos

DÍA DE LOS DIFUNTOS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES


Me suele suceder, cuando he acompañado a veces alguna procesión, sobre todo en Semana Santa, que se invade mi espíritu de una sensación extraña entre lo triste, lo patético y lo romántico. No es que pertenezca personalmente a ninguno de estos prototipos, en todo caso habría que achacarlo a la circunstancia. Ya se sabe aquello del filósofo “yo soy yo y mi circunstancia”. Lo cierto es que entre la nocturnidad, el silencio, la tristeza y la lentitud con la que discurre dicha procesión, debajo del capirote o sin él, hay tiempo más que de sobra para ver, pensar, meditar y reflexionar en más de un asunto trascendente.
Debe estar constantemente siempre ocupada tu mente, aunque como decía D. Antonio Machado, para ser feliz te basta con tener buena salud y la mente vacía. Así que iba deslizándome por las distintas calles del pueblo, cuando mi cerebro, que nunca para, se iba invadiendo de ideas grises, casi negras ¿Que sucedía pues? Veía y me iba fijando en casas, fachadas, puertas, ventanas y balcones a los que conocía de sobra, por haber conocido tiempos atrás a sus moradores. Y al instante surge todo un mundo de visiones, sentimientos, emociones, etc.
En esa casa, en aquel piso, en esta vivienda las habían ocupado antes, o mucho antes, tal persona, tal hombre, tal mujer, tal joven y ahora ya no están. Con la de veces que había hablado con ellos, con los buenos ratos que habíamos pasado y cervezas que habíamos tomado, con los viajes que habíamos hecho; por su condición, por su inteligencia, por su dinamismo, simpatía, gracia o belleza. Todos ellos ya se fueron, “sic transit gloria mundi”. Y repito, me invade, al menos, la pena.
Con la gente de un pasado mi pensamiento ha cambiado. Máxime cuando lo focos del lento paso, veo una imagen yacente o la de un Cristo claveteado. Un Cristo muerto en la Cruz, un Cristo del Santo Entierro. Y, por asociación de ideas, asocio aquellas de hace dos mil años con estas otras de hace solo dos años o dos docenas.
Y la mente que muele cual incansable molino ese “trigo” que trueca en harina de ideas, sigue lenta y tranquila su camino arrastrando su pena algo cansina. También por asociación de pensamiento, éste se traslada vertiginoso al Día de los Difuntos, al día en que hoy estamos y vivimos. Otros, ya no. Aquellos que recordé y reconocí durante el lento recorrido procesional de Semana Santa.
Recuerdo hacia unos, sentimiento para otros, cariño para algunos. Y en este fúnebre día, a pesar mío, acudo por la tarde al Cementerio. Y recorriendo sus reducidos y angostas calles, veo casi lo mismo que meses atrás vi acompañando la procesión por las calles del pueblo. Solo que en vez de casas, viviendas y pisos veo nichos, solamente nichos y algún mausoleo. Da lo mismo. Son las residencias de los que ya se fueron. Eso no quita que, al continuar paseando por aquel pequeño camposanto y al fijarme en algunos de aquellos nichos, sea presa espontánea e inconsciente de un extraño sentir. Y, sin premeditación alguna y ninguna aversión, oigo como dentro de mí algo que me dice: aquí yace la incomprensión, allí el pedante, al volver la esquina yace la alegría, al lado la lealtad, y veo el candor, y la frustración, y la caridad, la inocencia, la gracia, la belleza... nichos, gentes, vidas, y siento pena por ellos y por mí. Porque aquellas lápidas de negro o blanco mármol había leído: Luís, Pedro, María, Juanito, Elena, Andrés, Margarita, Antonio, Isabel, etc. Esos que tú habías tratado o no, con los que tú habías hablado o no, a los que habías querido o no, a los que tú habías visto deambular por la Alameda, caminar por la calle Real, pasear por la Playa ... ahora solo lo hacen en tu mente, pero ¡qué diferencia! Antes vivos ahora no, y pensaban, y se reían y lloraban, ahora no. Entonces, ¿son ellos lo que están ahí dentro o no? Su espíritu, desde luego no, ni su alma, ni sus sentidos. Entonces qué es lo que allí dentro queda? Polvo, cenizas. Son las personas que conocí en vida.
Con estos pensamientos me viene a la mente una estrofa que escuché hace ya mucho tiempo: ¿Yo para que nací? Para salvarme. Dejar de ver a Dios y condenarme triste cosa será, pero posible. ¿Posible? y duermo, y río, y quiero holgarme ¿Posible y tengo amor a lo visible? ¿Y amo la vida y amo su encanto? Loco debo de ser pues no soy santo. Y salgo fuera buscando la puerta.
Ya en la explanada, el “levante” me trae unas bocanadas de aire fresco procedente de “La Coracha” que llenan y purifican mis pulmones. Me noto renovar mi interior que me atrapa el espíritu y me siento aliviado. Ya en la salida, emprendo la cuesta arriba y me dirijo a la vida recordando la letra de un himno, en el desfile de la Festividad del día 12 de octubre que cantaban con aire legionario, en la Ofrenda a los Caídos.
“La muerte no es final,
no temas, pues, tu partida
a la vida celestial,
ya alcanzaron la vida,
ya alcanzaron la luz
y han dejado ya su cruz”.
Cuando la tarde declina
y la noche se oscurece,
el cementerio y los pinos
el viento fresco adormece.


José Arjona Atienza
Alcalá, 29 de octubre de 2013


domingo, 20 de octubre de 2013

EVOCACIÓN ALCALAÍNA - EL FUTURO DE LA MUJER RURAL

El día 7 de marzo del pasado año 2013, publiqué en www.mialcala.blogspot.com un artículo  titulado “El Día de la mujer trabajadora en Alcalá,” con motivo del Día Mundial  de la de la celebración. Pero el pasado martes, día 15 de octubre, me invitaron a celebrar “El Día Internacional de la mujer rural”, en La Barca de la Florida, una localidad entrañable para mí, porque allí estuve de profesor durante más de diez años. Y me acordé de mi Alcalá, porque muchas de las connotaciones que viví esa tarde se repetían en el artículo que escribí.

El 18 de diciembre de 2007, la Asamblea General de la ONU declaró que el 15 de octubre de cada año se proclama oficialmente “El Día Internacional de la Mujer Rural”. Desde el año 2008, se viene celebrando en todo el mundo el “Día de la mujer rural”. Andalucía ha sido una de las regiones que ha asumido con más entusiasmo la celebración de este día. La Casa de la Cultura de La Barca de la Florida estaba a rebosar de mujeres de todos los poblados de colonización de la campiña jerezana. La mujer rural se ha convertido en uno de los factores fundamentales del desarrollo de los pueblos agricultores. En Alcalá, la imagen de la mujer en un borriquillo y su hombre detrás andando, camino del campo o de los Alcornocales, era una estampa grabada en el paisaje de nuestro pueblo

La irradiación de ese día y todo lo que se dijo me hizo ver que el papel de la mujer en el mundo no se limita al ámbito rural. La mujer ha escalado actualmente todos escalones de la sociedad. El mismo papa Francisco ha manifestado, desde el principio de su pontificado, que quiere mujeres en lugares de decisión de la Iglesia. Es más, se espera que pueda nombrar mujeres cardenales. Y ha llegado a decir: “En los lugares donde se toman las decisiones importantes, es necesario el genio femenino. Afrontamos hoy el desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer, incluso allí donde se ejercita la autoridad en los distintos ámbitos de la Iglesia.”

El mismo papa Francisco se manifestó, durante una reciente entrevista a la revista jesuita “Civitá Católica”, que recoge Clarín: “Ha llegado a decir que “sufre” cuando ve que el papel de la mujer en la Iglesia se reduce sólo a la “servidumbre” y no al “servicio”, explicando que era necesaria una reflexión en toda la Iglesia, para dar mayor valor a la presencia de la mujer.

Respecto al tema de la Carta Apostólica, Francisco explicó que “en ella se habla de la maternidad y afirmó que, aunque muchas cosas han cambiado en la evolución cultural y social, es un dato de hecho que la mujer da a luz a personas; es decir, Dios le ha confiado de una manera especial el ser humano.” Ante la concentración de mujeres en La Barca de la Florida, a uno se le encienden muchas luces sobre las responsabilidades que una mujer podría asumir en la Iglesia.
                                                                                    



JUAN LEIVA

Y LLEGÓ EL CAMBIO


No siempre se ha vivido igual, nos hemos guiado por las mismas costumbres, ni hemos usado idénticos esquemas de vida. Desde hace unas decenas de años, tres, cuatro o cinco, nuestra vida ha sufrido un cambio radical; el cambio se esperaba y se deseaba. Todo lo que nos guía por una vida de carril, monótona y uniforme hay que descartarla. El ser humano es progresista por naturaleza. La quietud, la conformidad, la resignación no son actitudes apropiadas a nuestro afán de progreso y mejoría. De ahí surge nuestra ilusión de “soñar despierto”. Todo sueño de esta naturaleza es un deseo de que algo, de lo cual carecemos, se cumpla. Ahí está la famosa obra de D. Pedro Calderón de la Barca, que en una décima nos dejó escrito:
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidado le ofrece,    
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza.

Sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión
todos sueñan lo que son
aunque ninguno lo entiende.

Y no se entiende porque la vida en sí ya es un misterio, el primer misterio. ¿Por qué y para qué estamos aquí en este mundo? ¿Por qué nosotros y no otros? ¿Por qué fui yo elegido para nacer en lugar de otro ser? ¿Cual es el sentido de la vida? ¿Qué debo hacer en ella? y no hablemos de los misterios existentes después, en el más allá. ¿Qué nos espera? ¿Con quién? ¿Cuántos? ¿Dónde? ¿Cuánto? Así terminaba un poeta su poema:
“De qué me aflijo,
de qué me espanto,
loco debo de ser
pues no soy santo”.

¿Que sabemos nosotros lo que nos ocurrirá mañana, o el próximo mes o el año que viene? Por este camino nos conduciría quizás a la locura. Por eso no debemos ahondar tanto. Es mejor creer que saber, pues la respuesta a tantos interrogantes no la encontraremos nunca.
Somos como un pequeñísimo átomo, protón o electrón en un mundo que es un grano de arena de la playa, componentes a su vez de millares de sistemas solares y millones de galaxias. Y en esto sí que no vale soñar. Carecemos de capacidad. Nuestros sueños están a ras de tierra, de uso diario, de escaso valor. Y así nacerían nuestros ideales, que vienen a ser como sueños.
Y llegó la hora del cambio y nos pusimos a cambiar sin descanso. Y conseguimos tanto que, a veces, no nos lo creemos nosotros mismos. Y siempre fue para mejorar. He conocido a alquilen que cuando Amstrong puso el pie en la Luna el 19 de Julio de 1969, no se lo creyó; llegaron a decir que eso era un invento de los americanos, allí en el desierto de Nevada o Nebraska. Qué más da. Hubo también quién al comenzar la emisión de la única cadena de televisión, la Primera, y, al pronunciar “buenas tardes tengan ustedes” el locutor de turno, algún espectador contestara suavemente, con una leve inclinación de cabeza “Buenas tardes”. La lógica casi era aplastante; si yo lo veo a él, él me puede ver a mí, y así se guardaban los modales y la educación. Tú me saludas y yo te respondo.
¡Cuánto ha evolucionado el mundo, Señor, desde los tiempos de Cromagnon o Neandertal! ¡Y la que tendrá que llegar! Pero eso, claro ¿quién lo verá? Anotemos unas cuantas cosas que han cambiado nuestra vida. Ha cambiado el español inculto por el universitario, el matrimonio por la pareja, el casamiento en la Iglesia por el Ayuntamiento y el Alcalde o un Concejal enfrente. Vino el cambio del machacandero por la trituradora, la barra de hielo de 10 kgs. por el frigorífico, el hornillo de carbón por la vitrocerámica, la sartén por la freidora eléctrica, la parrilla de carbón por el microondas, la estufa de picón por la eléctrica. Ha cambiado la 1ª Comunión del niño/a con sus compañeros por un acto de carácter civil, se ha cambiado el entierro por la incineración, las trébedes por el gas ciudad, las escaleras por el ascensor, la maquinilla de afeitar de cuchillas por la eléctrica, el colchón relleno con hojas de mazorca por el tapiflex, la máquina de escribir por el ordenador, las gafas por las lentillas, el telegrama por el SMS, el abanico por el aire acondicionado, el disco de vinilo de grandes dimensiones por el mp4. Hemos cambiado la yunta por el tractor, el carro por el coche y el camión, el tren de carbón por el AVE, la tienda de la esquina por los grandes almacenes, la hoz de segar las mieses del campo por la máquina segadora, se ha cambiado el carril y el camino de piedras y tierra por la autovía y las autopistas. Hemos cambiado el cine por la televisión, el mapa por el GPS, el estanque y la alberca de huerta por la piscina climatizada, la producción de energía eléctrica del pantano o embalse por la central nuclear o los “molinos de viento”, el libro de toda la vida por el eBook, el cigarrillo de tabaco liado con sus dedos por los ancianos del pueblo, por el porro y la cocaína, etc., etc.
Y las novedades que han surgido sin recurrir a cambio, como el televisor, el globo por el avión, ordenador, internet, el whatsapp...
El pueblo andaluz, alegre, divertido, agudo, burlón, acogería en su momento, todo este cúmulo de novedades, de muy distinta manera, y de cuyos temas se surtiría, en gran parte, las pícaras y chispeantes letras del famoso Carnaval de Cádiz. En este caso cabría afirmar que todo el día es jolgorio y todo el año carnaval. Pues de lo contrario habría que afirmar como el dicho: “Un santo triste es un triste santo”.



José Arjona Atienza
Alcalá, 11 de septiembre de 2013

martes, 15 de octubre de 2013

LIMPIEZA DE LA TORRE-CAMPANARIO DE LA PARROQUIA DE SAN JORGE DE ALCALÁ DE LOS GAZULES



















Adosada a una esquina de la Parroquia de San Jorge, se eleva sobre el nivel del mar 785,45 metros, y sobre la base 32 metros en su remate, siendo su anchura de 5,30 metros. Su escalera interior cuenta con 75 peldaños. Construida de ladrillo, con remate de azulejos. En el campanario propiamente dicho, cuatro balconcillos con cuatro grandes campanas. La torre tiene casi en su final habitación donde se alberga, desde principios del siglo XIX, la maquinaria de un reloj, que tuvo gran esfera ostentada al exterior hasta su destrucción por un rayo en 1898, y que señalaba las horas por medio de martillo. El campanario sirvió de puesto de vigilancia aérea en los comienzos de la última guerra. Su eminente silueta armoniza a la perfección con el resto del conjunto urbano, que corona con espiritual belleza.


Alcalá de los Gazules, 15 de Octubre de 2013


VI Aniversario Jóvenes de Blancazul



Viernes 18.- A las 20:00 horas en la Iglesia de la Victoria, quedará inaugurada la jornada con una Charla-Oración impartida por Juan Antonio Lobato, cuya temática es "Testigos de la Alegría de la Fe" y oraremos por las necesidades actuales de nuestro pueblo.

Sábado 19.- Tendremos la Santa Misa a las 13:00 horas en la Iglesia de la Victoria, cantada por el nuevo Coro Juvenil, presidida por nuestro Párroco y con la participación de todos los asistentes. Al terminar la celebración, tendremos un almuerzo fraterno en el Claustro de la Iglesia de la Victoria.

OS ESPERAMOS

domingo, 13 de octubre de 2013

EVOCACIÓN ALCALAÍNA

Salvador Sánchez y Sánchez

Con motivo del Día de la Hispanidad, he acudido a una evocación alcalaína, que vivieron antepasados nuestros. Uno de ellos fue Salvador Sánchez y Sánchez, nacido en Alcalá de los Gazules en la última década del año 1900. Como tantos otros, emigró a Argentina, para lo cual estuvo esperando una oportunidad en La Línea de la Concepción, entre los trasatlánticos de la Compañía Transmediterránea con rumbo a Argentina. Había que tener paciencia, porque La Línea estaba abarrotada de españoles que esperaban la misma oportunidad. Muchos se afincaron en Gibraltar y La Línea.   

En aquella última década del siglo XIX, los alcalaínos emigraban a Argentina. Era uno de los países que mejor acogían a los españoles. Salvador tenía una barbería en la Alameda de la Cruz y era un formidable peluquero. Muchos de sus clientes habían estado en América y le hablaban de lo fácil que era para un español, con profesión, hacer dinero allí. Tenía una hermana llamada Gaspara, y un hermano de nombre Juan. Los relatos de los que volvían de Argentina, le hicieron concebir gloriosas aventuras y, sin decir nada a nadie, acudió a gente de La Línea, que negociaban pasajes y trabajos para los barcos que pasaban por Gibraltar, camino de Cádiz y rumbo a Buenos Aires.

Algunos de aquellos emigrantes volvieron a Alcalá, pero la mayoría se quedaban en Argentina. El oficio de peluquero, en aquellos tiempos, no daba el dinero suficiente para construir una casa, comprar muebles y organizar una familia. Salvador era joven y se decidió a emigrar y correr la aventura de las Américas. Sus hermanos -Gaspara y Juan- quisieron quitarle de la cabeza la osadía, pero no lo consiguieron. Juan se fue a Cádiz a trabajar, se casó con una gaditana llamada Dolores y tuvo dos hijos. Pero enfermó de tuberculosis y murió en el sanatorio de Puerto Real. Su hermana Gaspara se educó en el internado del Beaterio de Jesús, María y José de Alcalá; a los dieciséis años se casó con un oficial del Ayuntamiento y llegó a ser madre de siete varones y seis hembras.

Gaspara quería mucho a su hermano Salvador y le escribía con cierta frecuencia. Éste le contestaba enviando fotografías, entre ellas una de la formidable peluquería que había montado en Buenos Aires. Decía, también, que conocía a una joven con la que pensaba contraer matrimonio. Ganó bastante dinero y un día comunicó que se había casado, que había traspasado la barbería y se había ido a la región del Chaco, donde compró unas tierras y unas cabezas de ganado vacuno. El Chaco es una extensa comarca de América del Sur, perteneciente a tres países: Argentina, Paraguay y Bolivia, con extensas llanuras y bosques. La suerte y su prestigio le ayudó y llegó a ser alcalde de un pueblo de la comarca del Chaco.

Salvador tuvo varios hijos y una hija. En 1932, estalló un conflicto armado entre Paraguay y Bolivia, por lo que, sintiéndose mayor, dejó el Chaco y se volvió a Buenos Aires cerca de sus hijos y nietos. Siempre mantuvo la voluntad de volver a España para ver a su hermana Gaspara, pero murió sin haberlo podido cumplir. En los años 60, su hija y el marido vinieron y estuvieron unas semanas en Jerez, en casa de su tía Gaspara. Lo hicieron para cumplir el deseo de su padre. Salvador Sánchez y Sánchez era hermano de nuestra madre y, por tanto tío nuestro. Mi madre nos hablaba continuamente de sus hermanos Salvador y Juan. De ahí que dio sus nombres a dos de sus hijos. Cada año, el día de la Hispanidad, rememoro la evocación de nuestro tío Salvador.



JUAN LEIVA






lunes, 7 de octubre de 2013

TÚ SÍ QUE VALES

 Alcalá es un tanto reacia en reconocer los méritos ajenos y en aplaudir la talla del personaje y la valía de su obra. Más tarde, cuando ya ha visto o escuchado algo del artista en cuestión, no tiene inconveniente en reconocer, admirar y aplaudir. Igual que cuando de una terna de toreros se trata, el público y los aficionados aplauden a rabiar, y todavía no ha salido ni el primer toro ni se ha visto el primer lance; eso se debe hacer y de ellos hemos de aprender. Luego será otra cosa; o seguirán las palmas o habrá pitos en abundancia, pero ellos, los tres, ya venían precedidos de una fama, un historial, un “curriculum”. Son las palmas las que hacen levantarle el ánimo, darle valor y ver la tarde con optimismo; así es posible que todo vaya mejor, la faena más profunda y la estocada más certera.
Recuerdo que hace unas docenas de años vinieron una noche a cantar Antonio Machín, Juanito Valderrama, Antonio Molina y otros más, y éste último, artista ya consagrado, salió al escenario cuando le tocó su turno con un paso ligero triunfante con los brazos abiertos y con aire de figura. Quedó estupefacto en el centro al ver que los espectadores permanecían inmóviles, en silencio y sin sonar una sola palmada. Ante tanta extrañeza tuvo que decir unas cuantas palabras, dando a entender algo así como si en este pueblo no se supiese aplaudir; fue entonces cuando todos se arrancaron con un aplauso fuerte y cerrado.
Como se ve, del pesimismo al optimismo va un abismo. De estar crecido a estar hundido, amilanado, abatido, existe una gran distancia. Y es que el público impone mucho.
Este verano, Alcalá ha estado bastante movido: Jesús Cuesta Arana, el Ayuntamiento, el Compás, Andrés Romero Torres, actuaciones por la noche en la Alameda, etc., y no se si siempre se ha estado a la altura debida. Cito, por ejemplo, a Andrés Romero. En alguna ocasión, Santo Domingo ha estado medio vacío y él mismo y su esposa, han estado dando toda clase de explicaciones sobre su obra, rica y variada, a los escasos visitantes que se podían contar con los dedos de una sola mano; dibujos, cuadros al óleo, a carboncillo, a plumilla, etc. Todo un compendio sintetizado del Arte de la Pintura. No digamos nada de sus obras tridimensionales como el Santuario, la Parroquia, etc. Es un artista fecundo y variado que no está, y esto no lo sé cierto, en proporción al éxito obtenido. Creo que él se merece más. Conozco a pintores de menos categoría, pero que con más influencia tal vez y en distinta circunstancia han llegado más lejos. El, en cambio, Andrés Romero, no ha pasado en sus exposiciones del Puerto de Santa María, fue la contestación que me dio a una pregunta mía, casi al paso, pues la circunstancia mía este verano, por aspectos personales, no ha sido de mucho callejeo.
Quiero terminar y vuelvo a ti Andrés Romero, para darte ánimo, decirte que debes tener tú más futuro con tu obra y te aplaudo con entusiasmo y calor porque, imitando al título del programa de la televisión, descubridor de artistas y valores de todo tipo, sin esperar que los cinco círculos rojos se cambien a verde, por obra del jurado y espectadores, y con la alegría y fuerza que grita en su afirmación nuestra paisana MERCHE, te digo, sin poder emularla a ella: “TU SÍ QUE VALES



José Arjona Atienza
Alcalá, 14 de septiembre de 2013


domingo, 6 de octubre de 2013

CON SU CABALLO COLINO



A   Servando  Sánchez  y  su  hijo  Pepe.
Mi  tío  me  habló  de  Alcalá  y  Pepe  le
                    habló  a  la  Virgen  de  los  Santos…


Con  su  caballo  colino
galopa  por  la  vereda,
con  el  galope  el equino
levanta  una  polvareda.

Lleva  al  hombro  su  garrocha
que  tanto  toro  ha  sacado,
de  lentiscos  de  la  trocha,
cuando  tentaba  el  ganado.

En  la  cabeza  el  sombrero.
Chaqueta  corta  y  espuelas,
como  visten  postineros
los   ganaderos  de  escuela.

Le  enamora  su  camada,
puñales  de  muerte  al  viento,
sagrada  casta  guardada
con  saber  y  sentimiento.

La  marisma  está  soñando. . .
y  en  la  ribera  del  río,
sentir  los  toros  bramando
produce  un  escalofrío.

La  luna  enseña  la  cara
por  la  dehesa  bravía,
y  alumbra  de  forma  clara
las  tierras  de  Andalucía.

En  la  noche  un  maletilla,
con  la  muleta  plegada,
salta  presto  la  angarilla.
La  muerte  espera  callada. . .

¡Muerte  guarda  tu  guadaña,
deja  que  exploten  las  flores,
y  por  los  ruedos  de  España,
retumben  fuerte  los  oles!




Francisco  Teodoro  Sánchez  Vera

Otoño  del  2013.    

EVOCACIONES ALCALAÍNAS



LA CAZA EN ALCALÁ

Ayer, domingo, amaneció un día de otoño espléndido, casi primaveral. Y nos fuimos por Alcalá y Benalup, por la presa del Barbate y por los montes y las colinas de   la autovía y las carreteras que llevan a los cotos. La afluencia de vehículos experimentaba una animación inusitada. Era el primer día de la temporada de caza y se levantaba la veda. Desde muy de mañana, se veían coches todo-terreno, con sus jaulas y perreras, en los bares y  ventas de las carreteras. Los caminos y las trochas de la provincia estaban abarrotadas y el tema estrella en los bares de cazadores, la cacería.

En la época de los 40, una de las actividades principales de muchos alcalaínos era la caza menor. Eran años de hambre, de espárragos, de caracoles y tagarninas. El fenómeno de la cacería furtiva era un reto. Venía a constituir una clase auroleada y heroica, que se exponía con el furtivismo a ir a la cárcel, pero aquellos hombres no tenían otro medio para alimentar a la familia en los períodos más difíciles del año. Los adolescentes imitaban a los mayores y se iniciaban en la cacería de pajarillos comestibles con perchas y liria. Los domingos nos levantábamos temprano, íbamos a las monjas de arriba a misa de alba y nos marchábamos al “Prao” a poner perchas y liria. Eran otros tiempos.

Pero, actualmente, la cinegética tiene un peso extraordinario en la economía del Parque Natural de los Alcornocales. Y no es sólo la caza mayor, con 80 cotos en la provincia, sino también la caza menor con otros tantos espacios gaditanos. Hoy, el 70 % del Parque Natural es en su mayoría coto de caza mayor.

En los años 60, la caza irrumpió en los Alcornocales desplazando a otras actividades arraigadas, más tradicionales. En los noventa, se hace un saneamiento de la especie cervuna y una configuración en el futuro del corzo, más respetuoso con el medio. Así, la densidad de ciervos dentro del territorio se estima ya en gran número y parece que se recomienda una reducción del mismo. Por otro lado, el gamo en Jimena, Alcalá y Los Barrios, a veces se hace superior a los ciervos. Fuentes del sector indican que la caza mayor genera en toda la provincia un movimiento cercano a cuatro millones de euros.

La caza menor en la provincia alcanza, igualmente, un gran peso económico en la economía de los Alcornocales, equiparable al de la caza mayor. Los cotos del entorno del Parque están, preferentemente, en zonas abiertas, junto a las dehesas, a los cultivos y a zonas alomadas. La perdiz roja y el conejo son las piezas más cobradas. Como consecuencia, las ventas y los restaurantes de toda la comarca se han convertido en especialistas de cocina de carne de caza mayor y menor. Su fama atrae a muchos cultivadores de la buena gastronomía.

El otoño del triángulo interior de la provincia ha sido una de las épocas más beneficiosas para el futuro de la flora y la fauna de los pueblos de la comarca. Dicen los estudiosos del Parque Natural de los Alcornocales, que el período de mayor actividad se centra en los meses que van desde final de octubre hasta mediados de febrero, para el gamo, el muflón y el jabalí. Para el corzo, se habilitan dos períodos comprendidos entre julio-agosto y marzo-abril. Afortunadamente, Los Alcornocales sigue siendo una de las riquezas naturales más espléndidas de la provincia.


JUAN LEIVA
  

El tiempo que hará...