miércoles, 30 de abril de 2014

ENCUENTRO DEL NAZARENO CON NTRA. SRA. DE LOS SANTOS


FERIA EXPOSICIÓN DE TALLERES PALMOSAUTO - ALCALÁ DE LOS GAZULES


SAN JORGE 2014 - ALCALÁ DE LOS GAZULES


Gracias JIBS por tu aportación.

USTED TIENE LA PALABRA


Hoy ya el Congreso ha enmudecido
y quedó también muda media España
nos embarga una emoción bastante extraña
en llantos y alabanzas dolorido.

Porque siendo igual la misma muerte,
la de un Presidente es distinta
y se ha utilizado tanta tinta
que a todos nos unió con lazo fuerte.

Fue tan grande e inmenso aquel fervor
que, unidas de izquierdas y de derechas
solo elogios se oyeron en su honor.

Ojalá ya se cierren tantas brechas
que olvidado también tanto dolor
de inmediato se alcancen las “cosechas”.


Perdonar por una vez tanta anomalía como sigue. Empecé hablando del Congreso y del Congreso seguiré hablando  ahora en prosa; ¡y es que hay tanta similitud!
Quiero darte la palabra como reza el título, para intentar hacer cumplir su contenido. Quiero darte la palabra porque la “palabra une. El diálogo, que es también palabra, desata nudos, disipa suspicacias, abre puertas, soluciona conflictos y es vínculo de unidad”.
Y quiero darte la palabra como reza el título de este escrito, para intentar hacer cumplir su texto y algo más. Escribo desde hace un año para muy distinta clase de lectores, distinta en su concepto de la vida, en ideología, en criterios, aficiones, gustos, etc. y yo no sé si en mis artículos agradaré más o menos a todos o solo a unos sí y a otros no. Y quisiera saber para contentar un poco a la mayor parte. Quisiera saber si al encontraros con alguno de mis títulos os cae bien o todo lo contrario, lo leéis con más o  menos entusiasmo o lo desecháis cerrando enseguida la página. Esto como veréis  os puede sonar a encuesta, o estadística, aunque no lo es, naturalmente. Pero por más que le doy vueltas a mi cabeza no llego a comprender cómo he de conseguirlo. Qué tendencias hay en una mayoría sobre unos temas determinados, qué inclinaciones tienen otros, qué preferencias albergan los demás, etc.
Así, de esta forma, sabiendo de antemano y en qué porcentaje, cosa difícil, podría suceder que de esta manera satisfacer a la mayoría. Pero el problema no es tan sencillo aunque yo mismo diga varias veces que todo problema tiene su solución. ¿Me vais a enviar, tal vez, un mensaje por el móvil o el ordenador? No los entendería total o parcialmente y por lo tanto no es fácil de comprender. ¿Se lo vais a hacer llegar a Andrés Moreno? ¿Sería mucha molestia? Entonces, ¿de qué manera vais a realizar vuestro cometido para quedar enterados totalmente? Pues ¿para que servirían mis propuestas y que fin perseguirían? ¿En qué proporción os agradan los variados títulos ya publicados y así escribir con preferencia de unos y otros asuntos? Entonces no se entiende el enunciado de tan democrático título arriba empleado. Pues para eso mismo, para que democráticamente os pronunciéis en uno u otro sentido. Pero otra vez nos impulsa la confusión. ¿Que pretendo con tan abigarrado relato? Que expongáis lo que queráis y como queráis.
Yo, imitando al del escaño, expongo mi idea con mi mejor intención. Perdonar, pues, semejante anomalía. Este que os escribe puede ser que tampoco lo haya expuesto con la suficiente claridad. No volveré más a escribirlo de una forma tan sutil. Pero quizás os haya quedado algo de tan larga perorata. No volveré más a meteros en materia tan intrincada.
Os lo diré más claro. Vosotros leéis el título, y de palabra o por escrito, o cuando nos saludemos en ella calle, los que viven lejos no podrán hacerlo, pero sí por escrito, me comuniquéis con plena sinceridad, no solamente si os gustó tal artículo o no, sino que podréis darme motivos, si lo encontráis largo o corto, o que escriba de tal o cual materia como lo he hecho hasta ahora. Os lo agradecería. De veras. Ese es mi deseo.

Alcalá, 25 de marzo de 2014
José Arjona Atienza


Día del Entierro del Expresidente.

lunes, 28 de abril de 2014

PREGÓN EN HONOR DE SANT PERE MÁRTIR, PATRÓN DE LA PORTELLA (LÉRIDA) POR UN ALCALAÍNO

Ilustrísimo  Sr.  Alcalde  de  La  Portella, D.  Miquel  Carles  Catalá  i  Visa.
Ilmo. Sres.  Alcaldes  de  Benavent, D. Josep  Mª   Palau  i  Llovera.
Ilma.  Sra.  Alcaldesa  de  Vilanova  de  Segriá,  Dª  Mª  Teresa  Vilella  i  Torrelles.
Regidors  del  Ajuntament  de  La  Prtella, Albesa, Benavent  y  Vilanova.
Pare  Alfons, mosén  de  La  Portella. 
Casal  d`Avis.
Associació  Cultural  de  Dones  “Nou   Mil.lenni”.
AMPA  “Blanca  de  Vilallonga”
Coral  “Nou  Mil.lenni”
Associació  Joves   Llargandaixos.
Club  de  Bitlles.
Portellanes  y  portellans.
Familia  y  amics  tots,  gràcies  per  la  vostra  presencia.

            Dice  el  diccionario  que  un  pregón  es  un  discurso  público  con  el  que  se  inician las  fiestas  de  los  pueblos  y  ciudades. Y  a  pregonar  pues  me  dispongo, no  sin  antes dar  las  gracias  a  D.  Miguel  Carles  Catalá  y  a  su  equipo, por  honrarme con el  nombramiento de primer pregonero  de  las  Fiestas  de  Sant  Pere de La Portella. Hoy tengo la suerte, la  gran  ocasión, de  poder  hablar aquí en La Portella a los portellanas y portellanos. Y la quiero  aprovechar para que sepan el cariño que siento por este pueblo del  Segriá catalán. Aquí nació mi querida esposa y de aquí son todos  sus antepasados. Aquí he pasado muchos días de mi vida; aquí  encontré la amistad de un grupo numeroso de  vecinos, y de ellos  presumo; aquí  he  escrito  decenas  de  poemas; aquí he atendido a  familiares  y  amigos  de  otros  lugares, a  los  que  enseñé  el  pueblo. Os  agradezco  de  corazón  vuestra  amistad, vuestra presencia  hoy  aquí,   y  vuestro  respeto.
  
      Una  gran  responsabilidad  supone  para  mí  el  pregonar, pero  espero  que  al  final  os  haya  gustado  mi  discurso.

       Yo  nací  en  un  precioso  pueblo  de  la  provincia  de  Cádiz,  en  la  Baja  Andalucía,  llamado  Alcalá  de  los  Gazules; un  pueblo  blanco  encaramado  a  un  monte, luciéndose bajo  un  cielo  azul  inmaculado.  Algunos  de  los   que  están  hoy  aquí  lo  han  visitado  conmigo.  Vivo  en  Lleida  durante  el  invierno  y  los  meses  del  verano  los  paso  aquí.  Este  es  mi  segundo  pueblo.   Este  es  el  lugar  donde  mejor  se  descansa  en  las  noches  calurosas  del  verano.  Este  es  el  paraíso  de  la  fruta  y  de  la  tranquilidad.

        Hace  cuarenta  y  cinco  años  que  vine  por   primera  vez  a  La  Portella. Un  día,  mi  futuro  suegro,  Mariano  Utgé,  me  invitó  a  conocer  su  pueblo,  y  para  presentarme  a  su  familia,  ya  que  pocos  meses  después, me  casaba  con  su  hija,  la  Pepita  de  Cal  Po. 
          Es  mucho  el  tiempo  que  ha  pasado  desde  aquella  primera  visita;  recuerdo  la  cara  de  algunos  familiares, hoy  veo  aquí  a  varios; recuerdo  también  un  bar  al  que  se  llegaba  subiendo  una  escalera. . . y  recuerdo  el  ruido  de  los  tractores, muchos  tractores;   aquellos   Ebro  y  Pascuali , con  su  sonido  ruidoso  y  saltarín.  Para  mí  era  el  primer  contacto  con  el  mundo  de  la  agricultura,  yo  venía  de  vivir  en  grandes  poblaciones,  donde  no  se  percibía  este  ambiente  tan  auténtico,  tan  peculiar  y  diferente.  Esta  era  otra  Cataluña,  muy  distinta  de  la  que  había  conocido  hasta  entonces.  Me  impactó. 

         Pero  durante  unos  cuantos  años  no  pude  volver. Hasta  que   un  día, estando  trabajando  en  Lleida,  tuve  unas  horas  sin  nada  especial  en  que  ocuparme. Estaba  pensando  como  pasar  ese  tiempo,  cuando  me  acordé  del  pueblo  de  mi  esposa,  y  me  picó  la  curiosidad  por  volver  a  visitarlo.

         Era  verano  y  hacía  mucho  calor,  por  lo  que  al  llegar  a  la  Plaza  de  la  Cruz,  y  ver  que  allí  había  un  nuevo  bar,  nos  dirigimos a  él  para refrescarnos.  Al  entrar  en  el  establecimiento  me  encontré  con  Eusebio  Canelles  padre,  Eusebiet,  aquel  hombre  tan  y  tan entrañable, tan  simpático  y  tan  generoso.  Con  su  talante  tan  alegre,  con  su  trato  tan  cariñoso. . .  me  presentó  a  todos  sus  amigos, de  los  que  recuerdo  a  Antonio  el  de  la  Angeleta  y  Salvador,  este  alto  y  enjuto,  siempre  con  su  gorra;  me  enseñó  el  pueblo,  que  estaba  algo  cambiado  de  como  yo  lo  recordaba. . . las  casas  y  calles  estaban  reformadas…  me  sentí  muy  cómodo, muy  bien.   Pasé   un  rato  delicioso.  A   partir  de  aquel  día,  no  hubo  ninguna  visita  a  Lleida,  que  no  estuviera  unida  a    una  visita  a  La  Portella.  Mi  querido  y  recordado  Eusebiet  me  hizo  portellano.
     
Cuando  Eusebiet  se  marchó  al  cielo, yo  seguí  viniendo  a  La  Portella,  y  ya  todos  los  veranos,  para  pasar  los  cálidos  meses  estivales  con  vosotros .  

       Decía  el  sabio  don  Santiago  Ramón  y  Cajal, Premio  Nobel  de  Medicina,  que  los  pueblos  que  conocen  su  historia,  se  enriquecen  al  aprender  de  ella, y  evitan  errores  que  cometieron  en  el  pasado;  y  que  aquellos  otros  pueblos   que  no  la  conocen  están  abocados  a  tener  que  repetirla.
     
Así  que  vamos  a  hacer  un  repaso  por  la  historia  de nuestro  pueblo  e  intentar  con  ello  ser  un  pueblo  más  sabio.

      Las  primeras  noticias  que  hay  de  La  Portella  como  lugar  habitado  por  humanos, se  remonta  a  la  famosa  “ Batalla  de  Albesa “, ocurrida  el  25  de  febrero  del  año  1003, cuando  el  conde  Ermengol  I  de Urgel, apoyado  por  las  tropas  de  Berenguer,   obispo  de  Elna - Perpignán;   decidió  castigar   a  los  musulmanes;  porque  estos,  bajo  el  mando  de  su  caudillo  Abd - al – Malik – al – Muzzafar (hijo  de  Almanzor),  habían  realizado  una  incursión  por  los  dominios  de  su  condado,  causándole  grandes  daños.  En  aquel  tiempo  Albesa  y  toda  esta  comarca,  hasta  mucho  más  allá  de  Lleida,  era  territorio  de  los  musulmanes.  Albesa  era  una  plaza  árabe  importante.
         
Si  miramos  el  río  Noguera  Ribargozana  a  su  paso  por  aquí,  observamos  que  la  ribera  izquierda (la  de  Albesa)  es    prácticamente  plana;  y  sin  embargo  la  ribera  derecha (la  de  La  Portella)  es  muy empinada  y  de  difícil  acceso;   quedando  ésta  orilla  en  una  posición  dominante  sobre  la  otra. La  Portella  quedaba  a  la  altura  de la torre  del  castillo  de  Albesa.  Esto  hacía  que  fuera  un  excelente  punto  de  vigilancia  de  los  movimientos  que  se  producían  en  la  otra  parte  del  río.  Por  eso,  una  avanzadilla  de  las  tropas  cristianas,  se  estableció  en  La  Portella. Esta  es  la  primera  noticia  documentada, de  que  vivieran  personas  en  este  lugar.
        
La  batalla  de  Albesa  terminó  siendo  favorable  a  las  tropas  musulmanas.  El  obispo  de  Elna-Perpignán, Berenguer,  murió  en  dicha  batalla  e  incluso  el  propio  conde  Ermengol  I,  fue  hecho  prisionero, logrando  su  libertad  meses  más  tarde,  tras  el  pago  de  un  rescate. Después  de  esta  batalla, los  musulmanes  llevaron  a  cabo  una  operación  de  castigo  por  el  territorio  cristiano,   en  la  que  llegaron  hasta  Manresa  y  el  Penedés.  El  conde  Ermengol  I  murió  el  año  1011,  ocho  años  después  de  la  batalla  de  Albesa,  en  una  incursión  contra  los  moros  de  Córdoba, en  la  que  acompañaba  a  su  hermano  Ramón  Berenguer  II, conde  de  Barcelona.  El  cuerpo  de  Ermengol  I  fue  trasladado  hasta  Ripoll,  para  que   se  le diera  cristiana  sepultura  en  su  monasterio.
        
Bueno,  tras  la  batalla  de  Albesa,  este  territorio  siguió  en  poder  de  los  moros  ciento  cincuenta  años  más,  hasta  que  fue  ocupado  entre  los  años  1149-1151, tras  la  conquista  de  Lleida  por  Ramón  Berenguer  IV, conde  de  Barcelona,  hecho  acaecido  el  año  1149.  Tras  la  conquista  de  Lleida, se  consiguió  expulsar a  los musulmanes  de  todas estas  comarcas.  Esta  tierra,  poco  a  poco,  se  fue  repoblando,  entre  ellas,  La  Portella,  con  personas  originarias, en  su  mayoría,  de  pueblos  dels   Pallars.    
             
Después  de  la  toma  de  Lleida, el  año  1149, estas  tierras, ya  cristianas,  pasaron  a  ser  propiedad  de  los  condes  de  Urgel,  a  los  que  se  las  donó  el  conde  de  Barcelona, el ya  mencionado  Ramón  Berenguer  IV. 
     
Veinticinco  años  después (1173),  el  conde  Ermengol  VII  de  Urgel (a  los  Ermengol,  a  veces  también  se  les  escribe  como  Armengol;  en  castellano  Hermenegildo,  es  nombre  visigodo).  Pues  bien,  como  decíamos,  el  conde  Ermengol  VII  regaló  las  tierras  de  La  Portella. La  mitad  se  las  concedió  a  los  Caballeros  de  la  Orden  de  San  Juan  de  Jerusalén,  también  conocidos  como  Caballeros  Hospitalarios.  Y  la  otra  mitad  de  las  tierras   las  dio  a  Pedro  de  Bellvís.  Seis  años  más  tarde,  el  tal  Pedro  de  Bellvís  le  vendió  su  mitad  a  los  Caballeros  Hospitalarios, que    de  esta  manera,  se  hicieron  los  dueños  absolutos   de  estos  terrenos, y  los  incluyeron,  junto  a  Corregó,  Ratera  y   Vilanova  de  Segría,  dentro  de  la  baronía  de  Alguaire,  de  la  que  eran  señores.

         ¿Quién  era  este  tal  Pedro  de  Bellvís  que  durante  unos  años  fue  dueño  de  la  mitad  de  La  Portella?. Era  un  hombre  de  armas,  un  caballero  al  servicio  del  conde  de  Urgel,  y  que  después  pasó  a  servir  al  rey  de  Castilla.  Por  sus  hazañas  en  la  lucha contra  los  musulmanes  recibió  regalos  y  donaciones  de  sus  señores. Ocho  años  después   de  vender  su  parte  de  La  Portella,  era  el  Señor  de  Tarancón, en  la  provincia  de  Cuenca.

        El  día  23  de  junio  de  1250,  se  inauguró  el  monasterio  de  monjas  de   Alguaire, era  un  monasterio  de  monjas  hospitalarias,  y  su   primera  Madre  priora  fue  Marquesa  de  Saguardia.
     
Los  caballeros  hospitalarios  le  donaron  la  baronía  de  Alguaire,  con  todas  sus  tierras,  a  estas  monjas  de  su  misma Orden.  Y  de  esta  manera,  las  monjas  pasaron  a  ser las  nuevas  dueñas  de  La  Portella.
     
Tras  unos  años  de  prosperidad,  viene  a  continuación  una  larga  etapa  de  conflictos  y  luchas  entre  los  pueblos  de  estas  comarcas. De peleas y continuas desavenencias que  empobrecieron  el  territorio.  Con  esta  situación  acabó  el  rey  Fernando  II  de  Aragón, llamado  el  Católico, que  impuso  su  autoridad  y  devolvió  la  tranquilidad  a  la  zona.
     
Entre  los  años  1421  y  1446, fue  Priora  del  monasterio  de  Alguaire  y  por  tanto  dueña  de  La  Portella, una  monja  de  la  nobleza  catalana  llamada  Blanca  de  Vilallonga.  Esta  monja  le  concedió  la  jurisdicción  a  La  Portella.  Con  ello  este  pueblo  pudo  resolver  sus  litigios  sin  tener  que  acudir  a  la  autoridad  de  Alguaire.  Años  más  tarde,  se  incluyó  en  la  Veguería  de  Lleida.  Las  escuelas  públicas  de  este  pueblo  llevan  el  nombre  de  esta  monja  notable, que  se  llamó  Blanca  de  Vilallonga.
      
Las  monjas  fueron  dueñas  de  La  Portella  hasta  el  año  1836. Por  la  ley  conocida  como  “Desamortización  de  Mendizábal”, el  Estado  expropió  los  bienes  de  la  Iglesia  y  los  vendió  en  pública  subasta  o  los  donó  a  los  municipios.  Y  con  ello  este  pueblo  pasó  a  ser  propiedad  de  un  terrateniente  llamado  Josep  Teixidor.  Dejó  de  pertenecer  a  la  demarcación  de  Lleida  y  pasó  a  depender  del  partido  judicial  de  Balaguer, al  parecer  en  contra  de  la  voluntad  de  los  vecinos.  Y  con  ello  empieza  la  historia  moderna  de  nuestra  villa.  Y  termina  mi  exposición  sobre  la  historia  portellana.

         Ahora  vamos  a   hablar  de  ciertas  cosas  de  este  lugar, que  se  preguntan  los  portellanos  y   que  muchos  desconocen  su  respuesta.  Vamos  a  tratar  de  poner  en  claro,  algunas  de  estas cosas.

         En  primer  lugar  vamos  a  saber, ¿por  qué  es  Sant  Pere  nuestro  Patrón?  Sant  Pere  Mártir  o  Sant  Pere  Apóstol, como  le  queramos  llamar,  es  nuestro  patrón  porque  así  lo  quisieron  los  condes  de  Urgel,  que  fueron  señores  de  este  lugar. Los  condes  de  Urgel  eran  muy  devotos  del  santo.  Tanto  es  así  que  el  conde  Ermengol  I, al  que  me  he referido  antes,  cuando  hablaba  de  la  batalla  de  Albesa,  hizo  dos  viajes  a  Roma  para  visitar  la  tumba  del  Apóstol . El  primer  viaje  lo  hizo  el  año  992, acompañado  por  Gualdo, que  tenía  la  pretensión  de  ser  nombrado  obispo  de  Vic.  Con  este  fin  se  entrevistaron  con  el  Papa  Gregorio  V.  Nueve  años  después, volvió  a  la  Ciudad  Eterna, esta  vez  acompañado  por  el  obispo  Sallas  de  Urgel,   y  después  de  orar  ante  el  sepulcro  de  San  Pedro, se  entrevistaron  con  el  nuevo  Papa  Silvestre  II. Los  siguientes  condes  de  Urgel  fueron  también  muy  devotos  del  santo. Muchos  pueblos  de  su  condado  tienen  sus  iglesias  consagradas  a  el.  Así,  por  ejemplo,  ocurre  con  Áger,  en  cuya  colegiata  de  Sant   Pere  está  enterrado  el  conde  Ermengol  III, con  Alcarrás, con  Alfés  y  con  Roselló.  Todos  ellos  tienen  las  llaves  del  santo  en  sus  escudos,  igual  que  La  Portella.
        
         Otra  cosa  que  tenemos  que  conocer  son  nuestros  símbolos.  Nuestros  símbolos  son  nuestro  escudo  y  nuestra  bandera.  El  escudo  de  La  Portella  tiene  forma  de  rombo, y  sobre  un  fondo  de  gules  (En  heráldica  se  conoce  como  gules  el  color  rojo  vivo), están  las  llaves  de  San  Pedro  cruzadas  en  aspa. Una  de  oro  y  otra  de  plata, estando  la  de  oro  sobre  la  de  plata. Con  los  dientes  de  las  llaves  arriba  y  mirando  hacia  fuera. Encima  de  las  llaves  esta  la  Cruz  de  los  Caballeros  de  San  Juan  de  Jerusalén  o  Caballeros  Hospitalarios  que  fueron  dueños  de  la  villa.  Esta  cruz  es  conocida  también  como  Cruz  de  Malta. La  cruz  es  de  color  blanco  con  cuatro  brazos  iguales.  Cada  brazo  termina  en  dos  puntas, con  lo  que  la  cruz  tiene  ocho  puntas. Todos  los  Caballeros  Hospitalarios, tenían  la  obligación  de  llevarla  en  el  pecho  sobre  un  hábito  negro.  Así  lo  dice  el  artículo  nº  1  de  sus  reglas.
      
Así  que  en  nuestro  escudo  las  llaves  están  por  San  Pere, y  la  cruz  por  los  Caballeros  Hospitalarios.  Pero  este  escudo  no  fue  siempre  así.   Según  don  Pascual  Madoz, en  su  Diccionario  Geográfico – Estadístico (Madrid  1849),   en  el  tomo  XII, apartado  II, dice  que  el  escudo  de  PORTELLA  es  ovalado  y  lleva  las  llaves  de  Sant  Pere, pero  con  los  dientes  abajo. Y  debajo  de  las  llaves  estaba  escrita  la  palabra  PORTELLA, bordeando  a  las  llaves  en  la  parte  inferior  del  escudo. En  este  escudo  no  estaba  la  Cruz  de  Malta.  Este  año  de  1849, según  Madoz,  tenía  este  pueblo: cárcel  propia  en  el  Ayuntamiento, una  fábrica  de  aguardiente, un  molino  de  aceite  y  su  censo  era  de  400  vecinos.
     
Siguiendo  con  los  símbolos  del  pueblo,  hablemos  de  la  bandera.  Nuestra  bandera  es  de  color  rojo  vivo. En  el  centro  está  la  Cruz  plana  blanca  de  Malta,  cruzada  por  dos  barras, una  de  oro  y  otra  de  plata, que  representan  las  llaves  de  Sant  Pere.

         Otra  cosa  de  la  que  he  oído  hablar  estos  años, y  de  la  que  parece  que  nadie  sabe  con  certeza  la  respuesta, es  la  referente  al  origen  del  nombre  de  la  villa :  LA  PORTELLA.
         ¿Por  qué  se  llama  así?  Unos  dicen  que  por  las  llaves  del escudo. Las  llaves  sirven  para  abrir  puertas, de  puerta a  LA  PORTELLA,  puede  ser (?).  Otros  explican  que  podría  venir  del  monasterio  de Sant  Pere de  La  Portella ,  que  está  en  Quart,  en  el  Berguedá. . .  Yo  me  inclino  más  por  esta  otra  versión:  Os  decía  antes  que,  este lugar fue  poblado, tras  la  conquista  cristiana, por  personas  que  procedían  en  su  mayoría  de  pueblos  dels   Pallars;  pues  bien  en  pallarés,  a  un  montículo   elevado  se  le  llama  “PORTELLA”.  Es  decir  que  una  Portella  es  una  pequeña  montaña.  Está  claro  que  desde  aquí  oteamos  los  valles  de  Vilanova,  de  Alguaire,  de  Albesa.  Estamos  en  una  posición  de  altura.  A  mí  me  gusta  esta  teoría.   Naturalmente  esta  es  mi  opinión,  y  no  tengo  ningún  documento  que  la  autentifique,  así  que  cada  uno  se  quede  con  la  que  más  le  guste.

      Hasta  aquí  hemos  hablado  de  la  historia  de  LA  PORTELLA  y  de  curiosidades  de  este  pueblo, ahora  hablaremos  de  los  portellanos,  de  los  agricultores  de  aquí;  de  los  payeses;  del  payés  y  junto  a  él , codo  con  codo,  la  payesa. 

       Os  voy  a  leer  un  poema  titulado  PAYESES  PORTELLANOS,  y  que  he  escrito  en  vuestro  honor:

                              Con  monótono  ronquido,
                              se  oye  lejano  el  tractor,
                              luce  el  campo  florecido ,
                              brilla  el  blanco  de  la  flor.

                              Ya  pasó  el  invierno  frío,
                              tan  duro,  que  dejó  huella
                              hasta  en  el  cauce  del  río
                              que  pasa  por  La  Portella.

                              Ya  está  calentando  el  sol
                              las  copas  de  los   frutales,
                              llenándolas  de  dulzor
                              y  engordando  los  ramales.

                             El  bancal  está  sediento. . .
                             agua  refresca  su  entraña,
                             para  que  siga  creciendo
                             la  mejor  fruta  de  España.

                             Rica  fruta  portellana
                             llena  de  jugo  y  sabor,
                             que  cuida  cada  mañana
                             el  payés  trabajador.

                            Hombres  que  sin  descansar,
                            laboran  en  los  bancales
                            para  que  pueda  engordar
                            el  fruto  de  sus  frutales.


                            Ya   con  la  fruta  cogida,
                            el  sudor  queda  olvidado,
                            goza  payés  de  la  vida,
                            te  lo  tienes  bien  ganado.

      Y  es  que  el payés  es  el  personaje  central  de  este  pueblo. Yo  no  soy  ningún  experto  agrícola,  conozco  muy  poco  la  agricultura,  pero  veo  a  estos  hombres  dedicados  plenamente a  tener  sus  campos  en  las  mejores  condiciones. Los  veo con  el  tesón,  con  la  constancia,  con  las  fatigas  de  los  productos  que  tienen  que  emplear  para  sanar  sus  árboles;  les  veo  sudar  en  tiempo  de  podar,  en  tiempo  de  pulgar  y  en  tiempo  de  recoger  la  fruta. . . Y  creo  que  no  están  pagados, que  no  reciben  la  recompensa  que  se  merecen  por  su  esfuerzo.  Creo  que  la  palabra  es “valorar”.  Como  he  dicho  antes,  al  payés  no  se  le  valora,  ni  su  esfuerzo, ni  el  saber,  ni  la  dedicación, ni  los  gastos  y  tampoco  se  valora  el  precio  del  producto,  no  se  le  da  un  precio  justo. . . después  de  pasar  noches  sin  dormir  pendientes  de  la  helada, de  días  de  mirar  al  cielo  temiendo  al  fuerte  viento  y  a  la  piedra. . .  Deseo  que  esto  se  arregle, ellos  son  el  sostén  de  la  economía  de  esta  zona  y  merecen  ser  compensados  por  ello.  Ellos  hacen  que  en  este  pueblo  no  exista  el  paro,  ellos  han  hecho  rico  a  este  pueblo  y  vuelvo  a  repetir,  que  para  ellos  deben  llegar  las  ayudas  y  las  recompensas.

      No  os  quiero  cansar  más.   Rezo  mi  oración  desde  el  fondo  de  mi  alma  al  Crist  del  Bon  Consol,  para  que  le  ordene  a  Sant  Pere,  que  no  deje  de  proteger  a  los  vecinos  de  este  pueblo, llenándolos  de  salud  y  de  alegría.  Que  vigile  sus  campos  y  sus  casas . . . Quiero  ver  a  los  portellanos  con  la  sonrisa  siempre  en  los  labios, felices  y  satisfechos.

        Me  quiero  despedir  de  todos  ustedes, recitándoles  un  poema  que  escribí  a  esta  plaza  que  tenemos  delante . Lo  titulé:   PLAZA  DE  LA  CRUZ.    Y  dice  así:

Desde  un  pedestal  de  piedra,
un  Cristo  de  hierro  forjado
que  está  clavado  en  la  cruz,
te  dá  nombre  y  es  tu  hado
limpia  Plaza  de  la  Cruz.

Unos  árboles  frondosos
mimosos  filtran  la  luz,
dándole  a  la  fuente  fresca
un  aire  de  senectud.
Y  a  sus  dos  grises  tazones
les  manda  sin  descansar
agua  clara  catalana
el  cántaro  de  un  chaval.

Plaza  de  la  Cruz  tranquila,
zona  de  encuentro  y  de  cita
del  pueblo  de  La  Portella
a  cualquier  hora  del  día.
Y  nunca  se  queja  ella
de  los  motores  ruidosos,
de  coches  que  van  y  vienen
con  payeses  laboriosos.

Plaza  de  la  Cruz  solemne,
en  tu  rellano  se  escucha
con  nitidez  imponente
las  horas  que  da  el  reloj
y  el  toque  de  las  campanas,
de  Dominga  y  Meritxell
llamando  a  duelo;  o  a  misa
las  fiestas  por  la  mañana.

Plaza  de  la  Cruz  sencilla,
árboles,  farol  y  fuente,
y  bancos  que  dan  cabida
los  jueves  semanalmente
al  mercado  de  la  villa.

¡¡Plaza  de  los  portellanos,
ojalá  seas  muchos  años
testigo  de  mis  paseos
en  los  meses  del  verano!!.

       Y  con  esto  termino,  muchas  gracias  por  vuestra  presencia.  Que  todos  los  portellanos  y  los  que  nos  visitan  pasen  bien  la  Fiesta  de  Sant  Pere.  Todos  contentos  a  participar  en  ellas. Todos  alegres  a  disfrutar  de  ellas.



¡¡¡VISCA   SANT   PERE!!!
Y
¡¡¡VISCA  LA  PORTELLA!!!. 

             



Francisco  Teodoro  Sánchez  Vera 
La Portella 25 de Abril de 2014 

A LA MEMORIA DE PEPE JIMÉNEZ RÍOS


domingo, 27 de abril de 2014

FOTOS DE SAN JORGE 2014 - ALCALÁ DE LOS GAZULES - 27 DE ABRIL








































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