Sufro
por mi Andalucía,
pués
nunca llega el
consuelo
a
los buenos andaluces,
que
abandonan cada día
a
su familia y
su suelo…
igual
que las avestruces.
Los
que ostentan el
poder
se
tienen que preocupar
de
que aquí llegue
el progreso,
y
no tener que
esconder
la
tristeza de emigrar
sin
saber si habrá
regreso.
Sueño
con los andaluces,
laborando
por su entorno
durante
generaciones …
y
no cargados de
cruces,
por
caminos sin retorno,
lejos
de sus devociones.
Que
la justicia social
y
el reparto de
riqueza
lleguen
por fin al
lugar,
y
una inyección de
moral,
calme
el alma y
la cabeza
de
la gente, al
trabajar.
Que
se sientan orgullosos
de
una vida floreciente,
gracias
al sudor ganada,
y
no esperando dolosos,
en
aptitud indolente,
limosna
que le degrada.
Porque
al trabajar, la gente,
desarrolla
su sapiencia
y
se siente realizada …
A
esta tierra inteligente,
de
libertad y conciencia,
ya
le toca su alborada.
No
podemos seguir siendo
la
cuna de los
parados.
Tiene
que surgir la luz
que
termine convirtiendo
a
sus pueblos y
sus prados,
en el emporio
andaluz.
Francisco
Teodoro Sánchez Vera
Marzo 2017
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