domingo, 23 de diciembre de 2007

JUNTA DEL CRISTO DEL PERDÓN


31 DE ENERO DE 1952 - DÍA DE SAN JUAN BOSCO

PRIMERA FILA: Don José García Moreno, Sebastián Coronil Corchado, Antonio Pérez Moreno y Cipriano Pérez Barroso.
SEGUNDA FILA: Manuel Sánchez Romero, José Andrés Cobos Moreno y José Sánchez Elejalde.
TERCERA FILA: Francisco Delgado Lozano, Juan Bosco García Pavón, Manuel Morilla Chaves y José Delgado Lozano.

MI INFANCIA SON RECUERDOS Y ANÉCDOTAS

Da comienzo mi etapa escolar con unos 4 o 5 años en la Escuela de D. Antonio Fernández, que estaba situada en un salón grande de una segunda planta un poco mas arriba de la Plazuela, como era pequeño iba acompañado de Domingo Ruiz Torres, ya que vivíamos los dos muy cerca, en la calle de los Pozos y él era un par de años mayor que yo. En aquellos años se comenzó la construcción de la primera Escuela Estatal conocida por el Parque, que aglutinó a todos los niños que estaban en pequeñas Escuelas, ésta se denominó “Juan Armario” por ser el nombre del Alcalde de aquellas fechas.
Un año después paso a una Escuela en la calle de los Pozos, que abre D. Bartolomé Fernández Gallego, allí estoy otro año, a Miguel Pastor le recuerdo también su paso por allí. A estos profesores que tenían sus Escuelas particulares, nuestros padres tenían que pagarles la correspondiente mensualidad, que sería pequeña, no la recuerdo, pero más precaria era la economía familiar de la época, por tal motivo, cuando se abre la SA.FA. una avalancha de unos 160 niños aproximadamente, nos damos cita en aquella andadura, ya nuestros padres no tienen que pagar nada.
Primero subía desde la calle de los Pozos y después desde las Peñas, dos veces al día, mañana y tarde, menos 15 días de Junio y otros 15 de Septiembre si mal no recuerdo, que solo había clases por la mañana.
Mi etapa Escolar en el Convento fue desde los 8 a los 16 años, o sea, desde la apertura en el Curso 54-55 hasta el 62-63 que pasamos a empezar la Oficialía en Andujar.
Es durante esos primeros años de mi niñez cuando se inicia el nacimiento y la niñez de la SA.FA. en Alcalá de los Gazules, una puesta en marcha lenta pero con firmeza, con precariedades pero con mucho corazón, de aquellos primeros hombres y mujeres que afrontaron la tarea, cuyas pautas y directrices ya estaban marcadas a semejanza de las otras Escuelas que ya se habían abiertos en otros puntos de Andalucía.
Eran muchas las ilusiones e inquietudes que tenían aquellos primeros Profesores, los cuales al mismo tiempo nos la iban inculcando a nosotros que tuvimos la suerte de iniciar aquella andadura, desarrollar e inculcar en nosotros los valores humanos que toda persona debe poseer para luego afrontar los avatares que luego en la vida se les van a ir presentando.
Don Manuel Velasco Vega (q.e.p.d.) fue uno de los profesores que marcó huella en mi infancia, por su esfuerzo, dedicación y cariño y con una dedicación exclusiva hacia nosotros.
Formó un pequeño coro del cual Manolo Rosado y yo éramos solistas, cantábamos en la Parroquia en la Fiestas Litúrgicas más señaladas, acompañados por Don Manuel Mansillas (q.e.p.d.), con el órgano pequeño y otras veces por Don Arsenio (q.e.p.d.) padre de Jaime Cordero.
Hoy a los cincuenta años de aquellas fechas, aquel niño os recuerda hoy, ante los alumnos actuales del Centro con mucho cariño, a los dos Manueles: Velasco y Mansilla y os da las gracias por todo lo positivo que sembrasteis en él, como profesores suyo y desde esta misma Escuela, quiero mandaros hoy un fuerte abrazo para cada uno de vosotros, allá donde estéis.
Cuánto nos reíamos en clase de Geografía cuando alguno teníamos que pronunciar el río Bramaputra, jugando al salto de la mula en el patio pequeño y al fútbol en el grande que al principio lo que había era escombros de las zonas derruidas y el abandono de años.
Cómo escribíamos con aquellas plumillas metálicas que si se te caían de punta o le apretaras demasiado las tenías que tirar, teníamos la tinta por litro, pues había un botellón de litro, se rellenaba de agua del grifo, se le echaba una o dos pastillas de colorante, se agitaba y a rellenar los tinteros que cada uno teníamos delante de nuestro pupitre, había manchas por todas partes, en los pupitres, en las manos, en la ropa, etc.
Recuerdo que se hacían obras de teatro para fin de Curso y se hacía la entrega de premios y Diplomas. Una de las obras fue “El Piyayo” interpretada, entre otros, por Jacinto Pérez García, hoy Profesor de Magisterio, residente en Cataluña. El profesor Don José Arjona y don Ernesto, con su bandurria y su guitarra, respectivamente, llegaron a formar también una pequeña rondalla.
La Primera Comunión nos la dio el Padre Lara y después de la Comunión, al Colegio a desayunar el chocolate con el bollito de la época, seguidamente a Casa de Ricardo, que vivía un poco más abajo de la Puerta del Sol, para hacernos la foto para el recuerdo y seguidamente nos llevaban a visitar a la familia y amistades a los cuales les íbamos dando la estampita recordatoria de aquel día tan señalado y ellos nos daban muchos besos y algunas monedas.
También os diré que después de salir del Colegio por las tardes, me dijo un día mi padre que me fuese a la tienda de Pepe Domínguez y que no me quería verme en las calles “matando gatos”. Éste hombre tenia dos tiendas, una de tejido, que daba a la calle Real y otra de Ultramarinos que daba a la calle de atrás y se comunicaban por la misma casa. Allí estaría un par de años o tres, después como lo que me gustaba era la mecánica me fui a la Tienda-Taller que tiene Juan Valadés en Las Peñas, entre tanto, mi padre me llevaba al campo todas las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano a colaborar con él en todas las tareas del campo, el huerto, la leña, hacer el pan, las matanzas del cerdo etc., etc. pués era un hombre muy activo, tan activo que de noche me enseño a liarle los cigarrillos de picadura para que al día siguiente no parase ni a liarlos.
En el Curso 63-64 ingresamos en el Internado de Andújar 5 o 6 compañeros, pues ya estaban allí, del curso anterior, Manuel Pérez Moreno y Juan Barrios Puerta (q.e.p.d.), cuñado de Jaime Guerra. Aquel mismo año, llega con nosotros, el que iba a ser Director del Colegio durante los cinco años que estuvimos allí, el Jesuita Miguel Ángel Ibáñez Narváez.

El Padre Ibáñez dejó en mi y seguro que en el 99% de los alumnos que allí habíamos, una huella muy positiva para nosotros, tanto por su conducta férrea hacia nosotros, como por su carácter y formación liberal, con la que nos fue moldeando durante aquellos cinco años que estuvimos allí con él, pues en aquellas fechas ya nos dejó formar en el Colegio, un conjunto músico-vocal formado por los alumnos del Colegio y dábamos bailes en el Salón de Actos del Colegio en fechas señaladas adonde acudían las chicas de la Ciudad, pues muchas de ellas deseaban más que nosotros el comienzo del Curso, algunas de ellas llegaron a casarse con alumnos del Colegio, caso por ejemplo de Miguel Álvarez Gómez, de aquí de Alcalá de los Gazules, que se caso con una chica de Andújar y hoy día tienen dos hijos, todos viven en Martos y trabaja en la fabrica de VALEO de origen francés.
Una vez finalizado en Andújar los estudios de Maestría y habiendo trabajado durante los anteriores veranos en las corchas desde los 17 años, para ayudar a la economía familiar. A partir del verano del 68 comienzo a trabajar en las distintas contratas de los Astilleros de Cádiz, Matagorda y San Carlos, San Fernando, todo esto para poder seguir estudiando Náutica en Cádiz, ya que con lo que nos daban de Beca solo había para la mitad del Curso. Comienzo ha hacer las prácticas de Náutica, como Alumno de Máquinas, el 3 de Marzo del 72 y las termino el 31 de Julio del 73. Como Diego Álvarez, que también hizo Náutica al mismo tiempo, pero terminó antes las practicas me dejó los apuntes del Curso de Oficial y durante mis prácticas estuve estudiando también a bordo, porque me jugaba o seis meses o quince meses de mili de aprobar o no. Así que a punto de agotar las prorrogas por estudios con casi 27 años termine las prácticas en Julio y en Septiembre pasamos por la Vicaría del Santuario de Nuestra Señora de los Santos, mi esposa y yo, después de cinco años de novios y de mutuo acuerdo y sin presiones de ningún tipo. Sigo estudiando y apruebo el Curso de 2ª Oficial en Octubre, por lo tanto ya solo tenía que hacer 6 meses de mili, hasta que llega Enero. Para ir a la mili trabajo en Astilleros y cuando llegamos en Enero al Cuartel de Instrucción de San Fernando parece ser que sobran reclutas y de buenas a primera nos dejan fuera del servicio a mas de 50, unos por gordo, otros por la talla, otros por la vista, etc., etc. Algunos lloraban por que querían hacer la mili, yo daba saltos de alegría, pues de seis meses que iba a estar, lo que estuve allí fueron ocho días.
El 4 de Febrero de 1974 embarco como Oficial de Maquinas en el B/T “Campoalegre” de la Flota de C A M P S A donde navego durante 30 años, hasta final de 2002 que me jubilo con algo mas de 55 años, por los diez años de reducción que se nos otorga por Ley a los Marinos Mercantes.
Ahora quisiera preguntaros: ¿he tenido Suerte ó Buena Suerte en la vida?
Porque hay bastante diferencia. ¡eh!.

¿Suerte o buena suerte?

Conviene diferenciar entonces dos conceptos: suerte, por un lado, y buena suerte por el otro.
La “suerte”, entendida tal como nos la presentan las definiciones al uso, tiene mucho que ver con el azar. Por tanto, no es controlable ni reproducible por la voluntad humana. Caprichosa y efímera, su aparición puede ser favorable, pero en cualquier caso su presencia es ocasional y no dura para siempre.
No está de más recordar que la amplísima mayoría de las personas que han obtenido un gran premio en juegos de azar, han perdido todo lo ganado al cabo de un lapso entre cuatro y siete años, y además, su red de afectos ha salido gravemente dañada, debido a problemas derivados de la falta de previsión, a la escasez de preparación para gestionar la fortuna, al despilfarro o a la vanidad.
Por otro lado, la buena suerte, dicen aquellos que consideran tenerla, la crea uno mismo: uno es la causa de su buena suerte. Quizás lo que ocurre es que a menudo parecemos olvidar los buenos principios vinculados al sentido común, que conocían bien nuestros abuelos y abuelas, pero que por ser obvios, son olvidados.
Es decir, yo diría que cada uno de nosotros disponemos de una serie de valores, llamados valores humanos, como son: honradez, lealtad, sencillez, humildad, etc. que en la sociedad de hoy no solemos valorar, hoy se le pone más atención a los valores que cotizan en Bolsa.
Espero que vosotros que sois el futuro, sepáis apreciar esos valores humanos que tiene cada uno de vuestros compañeros con los cuales compartís el día a día y al mismo tiempo ir fomentando esos valores para que no se materialice más las siguientes generaciones de lo que estamos hoy en día.
Cuenta la historia que Thomas Alva Edison realizó más de mil ensayos antes de crear la que fuera la primera lámpara incandescente. En cierta ocasión, uno de sus colaboradores le dijo: “Señor, disculpe mi pregunta, pero… ¿no se siente uno fracasado después de haber realizado más de mil ensayos y aun no haber conseguido nada?” A lo que Edison respondió, ajeno a toda vanidad: ¡En absoluto! Precisamente, ahora ya se más de mil maneras de cómo no hay que hacer una bombilla. Poco tiempo después, Edison culminaba exitosamente su creación.





Juan Galván Lobato
Escuelas SA.FA.
Alcalá de los Gazules, 24 de febrero de 2005

El tiempo que hará...