viernes, 30 de abril de 2010

EVOCACIONES ALCALAÍNAS

37.- La imagen de la Virgen de los Santos

El “Año de Gracia” que el Obispo de Cádiz y Ceuta ha concedido a la Ermita-Santuario de la Virgen de los Santos Coronada, con motivo del Centenario de la erección canónica de la Hermandad de nuestra patrona, está llegando a su punto álgido. Una serie de actos y la presencia de la imagen de la Virgen en el pueblo, con la pontifical presidida por el cardenal emérito de Sevilla, monseñor Carlos Amigo, anunciarán que las grandes celebraciones en honor de Nuestra Señora de los Santos han comenzado. Como consecuencia, la imagen de la Virgen va a ocupar el lugar preeminente de todos los actos. Por tanto, es bueno que echemos una ojeada a la historia de su imagen.

Conviene recordar, antes que nada, que para los alcalaínos, la ermita-santuario con la Virgen es el tesoro más preciado que posee la ciudad. Y, además, el vínculo de unión de todos los que hemos nacido en Alcalá y de todos los devotos de la Virgen de los Santos. Su origen devocional se remonta a la victoria de los cristianos sobre los benimerines en el río Salado de Tarifa (Cádiz), 30 de octubre de 1340. La victoria puso fin a las invasiones musulmanas y fue el último acto de la Reconquista durante el siglo XIV. El nombre del santuario es “del Jardal”. El 12 de diciembre de 1723, fue levantada acta sobre el hallazgo y procedencia de la imagen.
Esa imagen que veneramos los alcalaínos desde siempre, está presente en todas las casas de Alcalá y en el corazón de todos los alcalaínos. De eso se encargaban nuestras madres. Desde pequeños, nos transmitían la devoción a la Santísima Virgen de los Santos y nos grababan su imagen en el alma, para que no se borrara en toda nuestra vida. Los iconos de la Virgen aparecían, además, en los blasones del Cabildo, en los edificios oficiales, en los bares, en los cuadros de las casas, en las medallas de nuestra niñez, en las estampas de nuestros libros. Era la tradición inveterada que pasaba de padres a hijos. Es posible que muchos se pregunten: ¿Desde cuándo tiene lugar ese cruce de la imagen con la trayectoria histórica de nuestro pueblo? La historia se ciñe a los acontecimientos reales y los trata como tales, aunque no desprecia las versiones legendarias, porque son tradiciones del pueblo, aunque las reciba con cierta discreción. En las evocaciones de la vida alcalaína, han ido apareciendo datos y documentos que han servido para sacar algunas conclusiones sobre la imagen de la Virgen y la romería, que data del siglo XVI. Según los datos de la Hermandad, la imagen debe ser muy anterior a 1507, ya que se ha encontrado un testamento, en el que se menciona la existencia de la misma. Ha sido estudiada por el escultor gaditano J.M. Sánchez Peña, quien asegura que la imagen es de finales de la Edad Media, muy parecida a otras de la misma época. Por tanto, debe situarse a finales del siglo XIV o principios del XV.
El fondo documental más importante que tenemos sobre Alcalá de los Gazules y la ermita es el de Sánchez del Arco. La Diputación Provincial y el Excmo. Ayuntamiento de Alcalá lo han reeditado en el 2001, con introducción, edición y notas de la mano de nuestro paisano Gabriel Almagro Montes de Oca. Es una Monografía de Alcalá de los Gazules y fue publicada en 1893. Aparece bajo la autoría de Eloy Sánchez del Arco, pero ha quedado aclarado que el verdadero autor es Domingo Sánchez del Arco. En él, bajo el título de Santuario de Nuestra Señora de los Santos, se dice: “Es un hermoso templo que dista del casco de la población de Alcalá unos cuatro kilómetros, y en el cual está establecida la ayuda de parroquia, que sirve el tercer teniente cura de la de San Jorge. Se ignora el origen de la fundación, que el entusiasmo popular da por milagrosa, señalando la imagen como labor de ángeles. La arquitectura del templo es sencilla y de buen gusto, formando una sola nave con media naranja proporcionada. El altar mayor llama la atención así como el camarín donde está colocada la imagen en unas andas de plata de valor considerable y de algún mérito. Las paredes del templo lucen cuadros y objetos de plata, con los que la devoción conmemora sucesos que tuvo como milagrosos. El doce de septiembre en que celebra la Iglesia el Dulce Nombre de María, hay solemne fiesta en Nuestra Señora de los Santos, acudiendo a ella gran número de fieles. Adosado al templo se encuentra un caserío en los que se acogen los que acuden a tomar los baños sulfurosos de la Hedionda, y es capaz para albergar unas treinta familias. En aquel sitio hay además tres edificios.
Según otro alcalaíno, Fernando Toscano de Puelles, la imagen de la Virgen tiene origen desconocido. Hay versión de que provino de la misma parroquia local, pero otra más divulgada y legendaria es la tradición consabida de que fue donada por dos caminantes desconocidos, suponiéndose también especial intervención divina en su artificio, anterior ciertamente a 1591 en que el Sínodo diocesano prohibió las llamadas imágenes de candelero vestidas. Por este tiempo abundan las bautizadas alcalaínas de nombre María de los Santos, comienzan los más antiguos exvotos que han llegado a nuestros días y la ermita debió ampliarse cuando un documento habla ya de la “Yglesia de nuestra señora de los Santos.” Añade Fernando Toscano que “la construcción actual de la ermita es heredera de otra anterior que ha dejado su huella románica en la portada del templo. Fue obvia también la aparición paulatina de algunas modestas construcciones, al intensificarse incesantemente el culto y estima comarcal de la Virgen de Alcalá. El Cabildo la tuvo primitivamente en sus armas blasonadas y el pueblo la veneró por Madre y Reina desde siempre, aunque el patronato oficial no se otorgó por la Santa Sede hasta el siglo pasado. No se debe distanciar la transformación del último humilladero en santuario mariano. Como hipótesis, nos atreveríamos a suponerla casi en los linderos del reinado de don Alfonso XI (siglo XIII). El Rey Sabio estuvo en Alcalá, otorgó ilustres títulos a la villa cercada de murallas y mostró su fervor marianista. Y dejó escrito: “Nos tenemos por señora é abogada en todos nuestros fechos é a honra é a servicio de todos los Santos de la Corte Celestial.”
El mismo Fernando Toscano nos describe la trayectoria que se recorrió para llegar al reconocimiento de la Virgen de los Santos como patrona. En la práctica, el consenso general del pueblo había proclamado ya el Patronazgo de la Virgen, como sucedió en la epidemia de fiebre amarilla, cuando el Concejo, por medio del Vicario, hace Voto de Villa. El título de la Virgen de los Santos como Patrona de Alcalá de los Gazules, se encuentra ya en 1675, cuando don Alonso de Villegas encarga las andas de plata doble. Era un patronato popular, no oficial, porque aún no había sido refrendado por la Autoridad de la Iglesia con documentación solemne y pública.
Don Pedro Mariscal Recio, por medio del párroco don Manuel Barberá, investiga y da a conocer el acuerdo municipal de 27 de septiembre de 1877, dirigido al Sr. Obispo de la Diócesis de Cádiz: “Que sea celebrada y proclamada la Virgen de los Santos como Patrona de Alcalá de los Gazules, siendo Alcalde Constitucional, Francisco de Paula Castro”. En visita pastoral a la ciudad de Alcalá de los Gazules, Fray Félix María Arriete, obispo de Cádiz y Algeciras, el 29 de abril de 1877, acoge la petición y la eleva a S.S, el Papa Pío IX. Otros nombres asociados al Patronazgo fueron el del Secretario de Cámara, Dr. Roa; el del Lcdo. Castro, Arcipreste y Cura Propio, y el del Lcdo. en Medicina, don José María de Puelles y Centeno.
Otro deseo de un grupo de hijos de Alcalá fue el de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Santos. Entre ellos hay que destacar al cura ecónomo, don Manuel Barberá. En la festividad de la Inmaculada de 1960, pedía que se iniciaran los trámites para la Coronación Canónica de la Virgen, cuya encomienda se hacía a la Corporación Municipal, al Venerable Clero y a la Acción Católica y fue dirigida al Sr. Obispo de la Diócesis. En 1987, la Hermandad pedía al Cabildo Vaticano la Coronación Canónica de la imagen, aludiendo al requisito de la antigüedad de la imagen y de su patronazgo. En 1989, la Hermandad, presidida por don Francisco Domínguez García, inicia el proyecto de la Coronación. Se crea una Comisión integrada por Julio Toscano, Jaime Cordero, Juan Romero, Andrés Lozano, Jaime Guerra y Fernando Toscano. El Obispo, Dr. Dorado, dio una benevolente acogida al proyecto. Poco después se disolvió la Comisión y la nueva Junta de Gobierno, encabezada por Julio Toscano y Montes de Oca, la relanzó y fue hecho realidad por la participación del nuevo obispo recién nombrado, monseñor Antonio Ceballos. El Ayuntamiento, por su parte, hizo dos concesiones: la primera, la de Alcalde Honorario de esta localidad a Nuestra Patrona la Santísima Virgen de los Santos con la concesión, por suscripción popular, de un bastón como insignia correspondiente al cargo. La segunda concesión fue la del Escudo de la Ciudad a la Hermandad de Nuestra Señora de los Santos por los tres grupos políticos municipales integrantes de la Corporación Municipal en la legislatura 1987-1991. Por fin, en 1994, se llevó a cabo la Coronación Canónica de la imagen de la Virgen por el Obispo don Antonio Ceballos, con la aclamación y el beneplácito de todo el pueblo de Alcalá.


JUAN LEIVA

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