FUERON TRES
Cuando Pedro tres veces le negó
Al Maestro en aquella noche fría,
Eras tú quien con tanta cobardía
Dices sí cuando debes decir no.
Si en la calle tres veces se cayó
Con la Cruz porque el peso le excedía,
Era yo que en sus hombros le ponía
Tanta carga que, al fin, se derrumbó.
Al clavarlo con tres clavos siniestros
Entre todos buscamos un martillo
Y los golpes, sin duda, fueron nuestros.
Y colgado tres horas, tan sencillo
Hoy lo vemos, tal vez, sin compasión,
Como objeto de adorno o procesión.
José Arjona Atienza
0 comentarios:
Publicar un comentario