A los que han hecho que hoy esté yo aquí... PADRE PERDÓNALOS
PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.
Buenas tardes.
Antes de nada, permitidme, agradecer a mi amiga Yolanda, las
palabras que me ha brindado. Son más de las que merezco y sobretodo después de haberte puesto en un aprieto como
el de hoy. Para los que no la conozcáis, a ella le gusta pasar desapercibida,
le gustan los rinconcitos y voy yo y le pido que haga el previo a este Pregón,
que ni yo misma me veo capaz de hacer, pero que una vez más, si solventáramos
esta situación, sería por el equipo que formamos. Ahora mismo, lo estás pasando
peor que cuando estabas aquí arriba, pues estarás pensando “Que se calle ya y
empiece con su pregón que todo el mundo me está mirando". Soy consciente
de que lo has pasado fatal, y yo contigo, sabía lo que te suponía, y hasta
cuando pensé en Ti, como presentadora, me dije: “Me va a costar convencerla”.
Que ilusa... te puse en una tesitura importante, pero no fuiste capaz de
decirme que no, pudo más en ti, la responsabilidad de amiga y la de ayudar
siempre, que te hacen ser como eres. También sé que en breve (hoy no porque
tenemos el susto en el cuerpo), haremos chistes o parodias de todo esto, porque
¡Qué papelón! Mira que hemos organizado cosas, nunca hubiésemos imaginado
vernos en estas circunstancias. Por eso, te estoy y estaré eternamente
agradecida. Que la vida te dé todo lo bueno que te mereces.
También quiero agradecer al Consejo Pastoral. No tengo ni idea,
como habéis podido pensar en mí para proclamar la Pasión, Muerte y Resurrección
de Jesús de Nazaret. Espero no decepcionaros, y hacer buen uso de la confianza
depositada, pero hasta yo misma reconozco que ha sido un atrevimiento.
Agradecer a mis familiares, amigos y conocidos, el que me estén
acompañando en un día que no sé como acabará pero que ha empezado con muchos
nervios por afrontar este reto que me habéis propuesto. A los que están conmigo
en el pensamiento, porque les ha sido imposible venir, por incompatibilidad de
agendas o por cosas que pasan y que se escapan a nuestra voluntad, también
gracias, vuestras energías me están llegando. Espero que por lo menos no me
tiemble la voz y este humilde pregón llegue a vuestros corazones y al sentir
cofrade de este pueblo de Alcalá. GRACIAS.
Quiero dedicar este pregón, a todas las personas que lo están
pasando mal. A las que viven en sus carnes, situaciones injustas y
desesperadas, a los que han sido y son victimas de esta crisis. Y a los que en
un momento de fragilidad se han sentido solos y desvalidos. Desde aquí les digo
que solo tienen que levantar la vista para hallar la mirada del Padre. Él está
ahí sosteniéndolos. Su cruz es la de Jesús de Nazaret.
A mis padres que con su ejemplo me han ayudado a coger mi cruz y a
seguirte. A Antoñete por verme capaz desde el principio de hacer este pregón y
animarme para ello.
Y por último, a dos componentes de mi familia que están luchando
por superar las adversidades de la vida, aceptando tu voluntad.
Canción: DEJA LA TIERRA.
Deja la tierra, en que habitas
Ven conmigo, mar adentro
Solo en mis aguas
Veras, la verdad de mi
proyecto.
"Y sucedió que, cuando se puso a la
mesa
con ellos, tomó el pan pronunció la
bendición,
lo partió y se lo iba dando.
Entonces se les abrieron los ojos
y le reconocieron, pero él desapareció
de su lado.
Se dijeron uno a otro: «¿No estaba
ardiendo
nuestro corazón dentro de nosotros
cuando
nos hablaba en el camino
y nos explicaba las Escrituras?»
(Lc.
24, 30 – 33)
Reverendo Señor Cura
Párroco.
Ilmo. Sr. Alcalde y Miembros
de la Corporación Municipal.
Reverenda Hermana Mayor y
Comunidad del Beaterio de Jesús, María y José.
Hermanos mayores de las
Hermandades y Cofradías de Alcalá.
Miembros del Consejo
Pastoral Parroquial
Dignísimas e Ilustrísimas
autoridades religiosas y civiles.
Familiares, cofrades y
amigos todos.
He querido comenzar este pregón, en el año de
la Fe, con el pasaje de San Lucas de “Los Discípulos de Emaús”. Hay cierta
similitud entre lo que vivieron ellos en los días posteriores a la Crucifixión
y Muerte de Jesús y lo que vivimos en la actualidad. Hay una tristeza y una
decepción que predomina. Los discípulos están cansados, agobiados,
malhumorados, e iban discutiendo sobre lo sucedido, tan ensimismados, que no
fueron capaces de reconocer a Jesús Resucitado a la primera. Eso nos pasa en la
actualidad. Andamos ciegos, en penumbras, nos da miedo decir Sí a Dios con
rotundidad. Permanecemos en la noche y aún sabiéndolo no hacemos nada, solo
quejarnos y excusarnos a cada rato para no dejarnos llevar por Él, aunque, como los discípulos, sintamos que “arda nuestro corazón cuando nos habla”, pero es más fácil no
comprometerse y alimentar el yo, que vivir en la gracia del perdón y de la
vida.
Canción:
ENTRA EN MI NOCHE, SEÑOR.
Entra en mi noche, Señor.
Entra en mi noche Señor.
Y lléname de tu claridad, de tu claridad,
guía mis pasos hacía Ti,
Guía mis pasos hacía Ti.
Todo lo que viene de Dios nos hemos
acostumbrado a cuestionarlo. Es un mecanismo para ocultar nuestros miedos e
inseguridades. Miedo al ridículo, al que dirán... Y llega una de las semanas
más grandes del Cristiano, la Semana donde vemos la realidad de la humanidad,
como podemos pasar de la alegría del
Domingo de Ramos, a la vergüenza de entregar, juzgar y condenar a Jesús. A
pesar de todo ello, Él venció a la muerte y esta es la alegría que debemos de
pregonar y hacer llegar a todos los rincones de nuestro corazón. Aunque
antes... sucedió lo que os relato.
1.- Viernes Dolores.
“Dejad que los niños se acerquen a mí” (Mc. 10, 13-16)
Son ellos los que toman las calles del pueblo,
ofreciéndonos su particular visión de la Semana Santa. Ponen en relieve todo el
folclore que ellos palpan en estos días. No falta detalles, el sacerdote, los
monaguillos, los capataces con su martillo y sus dotes de mando, los
cargadores, las mantillas, la banda de música, hasta el “aguaor”, en fin todos
imprescindibles para llevar a cabo la escenificación de la semana que nos
ocupa. La vida de Jesús de Nazaret, les llena de curiosidad, desde su
nacimiento hasta su muerte y no lo disimulan.
No se cuestionan nada, son amigos de Jesús y no
entienden por qué siendo una persona tan buena murió en la cruz. No saben ni de
intrigas, ni de envidias ni de temor ante la pérdida de poder. Y no se lo
imaginan. Es importante que desde pequeños aprendan a vivir esta parte de
nuestra cultura y que se queden con lo que ven a simple vista, ya a medida que
vayan creciendo sabrán que la parte visual, encierra a la espiritual y ambas se
pueden complementar muy bien, por eso deben ir de la mano, íntimamente ligadas.
No se construye una casa por el tejado, porque
no se sostendría. Necesitamos unos cimientos sólidos, donde los áridos seamos
los cristianos. Deben ser de varios tamaños. Aquí entran los que se dicen
practicantes, los que no, los que han consagrado su vida a Dios, los laicos...
TODOS.
El agua que da Vida, nos empapa a través del
Alimento de la Palabra y uso una máxima montañera y la adapto al tiempo
cofrade, que nos ocupa, que dice: “Grupo Cofrade y me refiero a la Junta de
Gobierno, a los Hermanos y Hermanas, a
los Capataces, Cargadores, Costaleros, Músicos, Penitentes, Acólitos,
Mantillas, etc, Grupo Cofrade que no ora, Grupo Cofrade que Muere”. Las
dificultades se superan cuando estamos unidos y a los cristianos lo que nos une
es la oración. Porque aquí estamos todos de acuerdo y hay una solo voz para el
Padre.
Por último, damos vital importancia al Aditivo
especial, que nunca debe faltar y este año menos todavía, nuestra Fe y es la
que, en estos últimos tiempos, está flaqueando y su síntoma palpable es el
conformismo ante las situaciones injustas de nuestro alrededor.
Ya por la tarde, sale a la calle “EL
MEDINACELI” y lo acompañamos por su calvario Alcalaíno a través de las calles
próximas a la Iglesia de la Victoria. Recorremos cada una de las estaciones,
para recordar con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió para
salvarnos del pecado durante su Pasión y Muerte. Jesús es sentenciado por los
que antes lo vitoreaban.
Señor del Medinaceli. Tus ojos y tus oídos
fueron testigos de cómo Pilatos no tuvo la valentía, por temor a perder su
estatus, de darte la libertad, al no encontrar en Ti, motivo de detención. Su
cobardía le llevó a lavarse las manos y a dejarte a merced de la multitud, que
ante la falta de Fe, prefirieron a Barrabás.
“Y tú te dejaste apresar, humillar,
vilipendiar, solo para acatar la voluntad del Padre, aún sabiendo que el guión
estaba escrito y debías perecer en la cruz”.
Que distinto sería
todo si gozáramos y acatáramos la misión encomendada como cristianos
convencidos. Si nuestra obediencia fuera pronta y alegre como la de María. No
nos daría tiempo a rebatir la existencia del Padre.Es curioso como es el mundo en el que vivimos. Lo de Dios lo sometemos
a cuarentena, pero cuando nos dicen que el whats`up va a ser de pago nos liamos todos como locos a mandar mensajitos y nos lo creemos del tirón.
No dudamos en tirar la piedra, y nos creemos
libres de pecado. Total, yo no he robado, no he matado, soy de lo mejorcito en
la Viña del Señor. Vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el
nuestro. Señor, haznos dóciles a tu voz y transforma nuestras vidas. Que
sepamos verte en todos y a todas horas.
“Aleja de mí la soberbia, el mal genio, mi despotismo.
Aunque no lo demuestre en mi día a día, Sé que Tú estás ahí, sé que Tú velas
por mí y también sé que no me lo merezco. Es tu Misericordia la que me da otra
oportunidad para reparar las faltas y mi desdén con el prójimo”.
Muchas son nuestras trabas, para seguirte.
Estamos aferrados a nuestras comodidades a nuestra falsa alegría, propiciada
por las cosas mundanas, las que nos alejan de todo lo que tiene que ver
contigo. La verdadera alegría, viene de creer en Ti y de dejarnos llevar. Por
eso, tiendo mi mano sobre tu píe descalzo y te pido: " no permitas que me
quiten mi fama, mi libertad, mi alegría. Y ayúdame en los momentos más
difíciles de mi vida, que descienda tu Justicia, fundamentada en el Amor".
Que mi fe, sea tan férrea como la tuya en la prueba del desierto. Que no
cedamos a las tentaciones. Cristo del Medinaceli, Ruega por nosotros.
2.- Domingo de Ramos.
Desde muy temprano, todo está preparado, las
palmas y el olivo en el Beaterio, las campanas repicando con la alegría y la
euforia del Domingo de Ramos. No podía tener mejor complemento este día que la
felicidad de todos los niños que en breve recibirán su Primera Comunión y la de
sus padres y familiares al verlos tan contentos.
Todo comienza con la bendición de las palmas y
las ramas de olivos. Caminamos en procesión, en un primer momento se vislumbra
la cruz de guía, que simboliza el sacrificio de Cristo y en un sentido más
amplio, a todos los cristianos. Justo detrás sale el cuerpo de monaguillos con
sus farolillos y su incienso, los sacerdotes, los hebreos, samaritanos, las
virtudes teologales, Jesús en un rucho, (como diría mi abuela Dolores),
escoltado por sus discípulos y nosotros los feligreses; una vez más, poniendo
música a este pasaje tan emotivo la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús
Nazareno.
Que magnetismo más grande, el de Jesús, que
montado en un simple burro, lo reconocimos como Hijo del Padre. Y mira que bien
acompañado iba con la FE, la ESPERANZA y la CARIDAD. Virtudes fugaces hoy, pero
que se recuerdan y se añoran; por eso en este 2013, año de la Fe, la Iglesia y
todos los que la formamos pretendemos que cobre más presencia en cada uno de
nosotros. Si nuestra Fe, fuese total, nuestra certeza en lo que se espera y en
la evidencia de lo que no se ve, será plena. Perderíamos el miedo, no nos
dejaríamos manipular, ni por la política, ni por los mercados, ni por el
déficit, seríamos felices, poniendo nuestras vidas, en las manos del Padre,
como lo hizo Jesús. “La fe, mueve montañas”, que mejor lema, para la situación
que estamos viviendo.
Canción: CONFÍO.
Sé de quien
me he fiado, confío Señor en Ti
Y aunque a
veces parezca de piedras, confío Señor en Ti.
Y aunque el
corazón se pegue a la tierra.
Confío en
Ti, mi Señor.
Si nuestra fe, va con nosotros, también lo
harán la Caridad y la Esperanza. Esta última es la portadora de las fuerzas
necesarias para salir adelante. Siempre que intuyamos un nuevo amanecer,
lucharemos por un mundo mejor. Salgamos todos unidos, en Iglesia, que esta
unión sea de palabra y de obra. Sabemos que Jesús es Camino, Verdad y Vida (Jn. 14, 6 – 9). Si
miramos a nuestro alrededor, hay familiares, amigos, vecinos, conocidos que
tienen problemas más graves que los nuestros y que podemos ser los cirineos que
ayuden a cargar esa cruz. Basta de quejarnos y lamer nuestras heridas, es
momento de actuar, de arrimar el hombro y paliar situaciones injustas,
desesperadas y dolorosas.
Jesús va montado en su burro, bendiciendo a
todos, quiere que su mensaje llegue a nosotros a través de los tiempos y aunque
muchos se han empeñado en hacer que pierda intensidad, aún perdura, quiere que
seamos receptores de su escuela de vida. Pongamos nuestro granito de arena para
que la sociedad en la que vivimos sea más justa. Recuperemos el Norte de
nuestra vida, y hagamos que el contexto de los nuevos tiempos, esté en
equilibrio, que con nuestro ejemplo hagamos un mundo mejor a nuestros hijos y a
los hijos de nuestros hijos. Y nosotros, los mayores, seamos como ellos, para
poder alcanzar el Reino de Dios.
(Mt. 18, 1 – 4)
Aunque todo el mundo reconoció a Jesús, el hijo de José y María,
como el Mesías, el Salvador, el Domingo de Ramos, NO FUE SUFICIENTE...
2.1.- ACTO PENITENCIAL. LUNES.
El lunes por la tarde, con el examen de conciencia que emprendimos
el Viernes Dolores con el Vía Crucis del Medinaceli y el Domingo por la tarde
con El Perdón, nos sabemos pecadores. Hemos condenado a Jesús injustamente, aún
sabiendo que no ha hecho daño a nadie, aún sabiendo que todo lo que ha hecho a
su paso, es el bien; Fuimos débiles y nos dejamos llevar por la maldad de unos
pocos, que tenían miedo a que Jesús les arrebatara su trono dorado, a pesar de
que Él, no hacía más que decir que su Reino no era de este mundo. (Jn. 18, 36 – 37)
Flaqueamos ante el primer obstáculo no te supimos arropar cuando
naciste ni defenderte cuando te comenzaron a atacar. El miedo nos paralizó y
hasta te negamos tres veces por temor a represalias. La teoría la conocemos, la
práctica nos cuesta más.
Canción: INFINITO ABISMO.
Entre lo que canto y vivo
Hay un infinito abismo,
Pero no puedo dejar de cantar.
Entre lo que canto y vivo
Hay un infinito abismo,
Pero no puedo dejar de cantar,
de cantar.
Danos la capacidad de reconocernos pecadores y poder arreglar
nuestras faltas. Danos la humildad, para poder reconocerte en todos y saber
cuales son nuestras debilidades.
3. - MARTES SANTO:
Señor ¿cómo podré contemplarte con
serenidad en este momento de la flagelación?
El
ver tu cuerpo destrozado me tendría que basta para
decidir una profunda reforma de mi vida.
¿Por qué eres castigado, siendo inocente?
Soy
yo el que pequé,
¿por
qué has de cargar tu con mis culpas?
Yo
merezco los azotes mil veces por
haber sido la causa de tanto sufrimiento y
tormento que tú pasaste por mí. No pases de largo, Señor, sin
consolarme con la abundancia de tu gracia.
Yo
te bendigo por tu infinita bondad y misericordia.
Yo
te adoro y te bendigo porque, al
devastarte de esta manera, me
muestras mejor que con cualquier explicación el
amor insondable de Dios nuestro Padre.
Átame, Señor contigo, con lazos de amor, a la
columna sólida de la voluntad del Padre.
Y
ayúdame a perseverar allí,
venga
lo que viniere en tu compañía. Amén.
(Oración de autor desconocido)
El trasiego de viandantes durante la Semana Santa en la Plaza
Alta, evidencia la capacidad de trabajo de las Hermandades para que todo luzca
perfecto estos días. En breve tomarán la calle,
Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna y Ntra. Sra. María Santísima de las
Lágrimas. Hermandad Joven con espíritu de superación y muchas, muchísimas ganas
de hacer las cosas bien.
Tenéis la suerte de saber llegar a los jóvenes. Y es vuestra
responsabilidad saber motivar y educar la vida del Cofrade.
A estos jóvenes que vienen y se meten bajo el paso para cargarlo,
les diría que hacen la parte más complicada y la más generosa, por un lado
soportan la tortura y el martirio de Jesús Atado a la Columna y por el otro dan
consuelo y arropan a la Señora de Las Lágrimas, cargando sus pasos. A
los que solo se dejan ver en ese momento, me gustaría invitarles a que
participaran de lleno en la vida Cofrade, formando parte de los cultos
mensuales, participando en el Triduo Pascual, en su besa pies, en sus cabildos,
acudiendo a las charlas y reuniones que organiza el consejo pastoral y que se
sientan y se identifiquen como miembros
activos de nuestra Parroquia. Les diría que se dejan una parte importante y que
pierden emociones por el camino. Los que cargáis al igual que los discípulos de
Emaús, sentís la alegría en vuestro corazón, a pesar del esfuerzo físico del
momento.
Señor, te despojaron de tus vestiduras,
te colocaron una corona de espinas, te maltrataron, padeciste lo insufrible y
aún así te quedó amor para perdonarnos y abrirnos las puertas del cielo. Que
sombra más cruel se dibuja en nuestras blancas fachadas el Martes Santo. Un
inocente condenado a la peor de las penas. Tu rostro dibuja el maltrato
soportado. Tu mirada perdida, buscando al Padre. Porque hasta siendo el Hijo de
Dios, te encarnaste en un hombre y con resignación cumpliste la tarea
encomendada. Nuestra cobardía, silenció esta injusticia. Solo María, tu Madre
supo mantenerse firme y estar ahí, una vez más. Ella creyó en Ti, su estandarte
fue su sencillez y su lema el servicio a Dios, a su Hijo y a todos los
creyentes. Ella como Madre de la Iglesia baja por el pueblo bajo un cielo azul
estrellado iluminando cada uno de los rostros que salen a su encuentro y
mediando ante su Hijo, para que las confidencias que le hemos contado en
nuestro cruce de miradas sean atendidas. Aquí tenemos que decir de nuevo...
todo este sufrimiento, NO FUE SUFICIENTE...
4. - JUEVES SANTO.
Jesús, acabas de ser condenado a muerte. Y eres tú el que portas
la cruz donde exhalarás tu último aliento de vida. Tu cuerpo está tan
castigado, que caes no una, ni dos sino tres veces en tu subida al Calvario.
Hasta los lirios captaron tu divinidad y se postraron creándote una alfombra
para que las caídas te fueran menos dolorosas.
Jueves Santo, día del Amor Fraterno y uno de los días que brilla
más que el Sol, aunque en los últimos años este refrán no te hace justicia.
A eso de las doce de la mañana, mi madre, mi hermana y yo, nos
acercábamos a la Iglesia de la Victoria. Ya estaba todo listo y no podíamos
esperar hasta la tarde. En un pasado reciente, los días previos y los
siguientes, al Jueves Santo, mi padre se perdía y siempre estaba en torno al
Nazareno y su Junta de Gobierno, perdón, rectifico sus amigos. Todo el trabajo
le parecía poco, quería que luciera perfecto hasta insistía repetidas veces en
que me preparara alguna saeta (pasión de padre), para que su Nazareno y su
Virgen de los Dolores en su salida procesional no tuviese ninguna falta. He de
decir, que la lluvia de estos últimos años, no ha sido cosa mía.
Papá, has querido apartarte de todo esto y estás más comprometido
con esta causa que nunca: estás sufriendo por tu hijo, igual que lo hizo tu
Virgen de los Dolores y cargas a la vez con la cruz del Nazareno, llevando esa
pena contigo. En el 2006, cuando estaban arreglando la Calle Real y era
inviable su paso, se creó un itinerario procesional alternativo. Los titulares
de esta Hermandad bajaban por Río Verde hasta el Paseo de La Playa. Cuando ya
subían hacía su templo quiso El Señor de la Alameda, honrarnos y
excepcionalmente, pasar por Sánchez Flores y decirnos, que la cruz sería pesada
y el camino lento. Que no se iba a olvidar de nosotros y que estaría ahí
velando por nuestra causa. Así son los renglones torcidos de Dios. Confía,
todo se arreglará. No me negarás, que tú corazón no saltaba de gozo en torno a
Jesús y su madre; me refiero a Jesús el Nazareno y no a Jesús Mansilla y
compañía.
Después de los oficios, la Alameda es testigo de cómo salen del
templo de La Victoria Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los
Dolores. Se abren las puertas y el olor a incienso empieza a hacerse notar en
los alrededores. Los balcones perfectamente ataviados rinden homenaje a su
paso. Y la campanilla que marca el paso a los penitentes ya empieza a dejarse
oír.
Primero, sale el Hijo. El peso de nuestras culpas le impide
levantar su mirada, la sangre agolpada en su rostro, tampoco ayuda. Se siente
solo, vulnerable y desvalido. Aguanta porque quiere redimir nuestros pecados,
porque sabe que no será un sacrificio en vano y porque cree en las segundas
oportunidades. Nosotros somos la higuera estéril y él, su viñador. Una vez más
intentará cavar alrededor a ver si consigue así que de fruto.
Nazareno sereno, Nazareno abatido, ruega por este pueblo de
Alcalá, por esa juventud que la tarde del Jueves Santo acude para cargarte, haz
que puedan labrarse un futuro, que puedan optar a un trabajo digno. Que se
mantengan firmes y sepan decir no a la droga, a la violencia. Que el respeto
hacía sus semejantes sea su carta de presentación.
En breve las horquillas irán marcando su paso hacía el Calvario.
La Agrupación Musical aguarda y empieza a tocar cuando ven a Su
Señor, bajar los últimos escalones que acceden a la Alameda. ¡Que alegría que
nuestro pueblo pueda contar con esta agrupación de tanta calidad musical!
Parece mentira, como empezó y como tocáis. Siempre me emocionáis cuando os
escucho. Aunque lo
más
emotivo para mí fue, aquel Viernes Santo cuando a vuestra llegada de Ceuta, en
el primer barco que pudisteis coger, fuisteis a la Iglesia de La Victoria, a
tocar las marchas que el día antes os fue imposible, porque el temporal hizo
que no pudieseis acompañar a vuestra Hermandad. Pude compartir ese momento con
ustedes, porque os vi cuando bajabais del autobús y otra vez mi hermana, mi
madre y yo fuimos testigos de ese momento inolvidable, yo me llevé la cámara de
video y todo, pero como soy un desastre de reportera a saber que grabé encima.
Ahí, mi hermano Juanmi tocaba la corneta, y compartimos vuestras sensaciones. Fue
un momento mágico, donde todos los presentes estábamos en la misma sintonía y
nos transmitisteis el desasosiego vivido el día anterior.
Detrás, va su Madre Dolorosa, no encuentra consuelo y se ha
vestido para la ocasión con un manto de terciopelo rojo y un puñal clavado en
el pecho, que la parte en dos. Un rosario, en sus manos que reza buscando
respuestas y estas que tardan tres días en llegar. También rezan este rosario
las que van detrás del paso, vestidas de luto riguroso con mantilla. Pero ahí
está ella, siguiendo a su hijo, no quiere perderlo de vista, solo quiere paliar
su sufrimiento y que cuando el levante su mirada, la pueda ver dándole su
apoyo. La Lola, como así la llaman sus
cargadores, vive su momento álgido antes de llegar a la Plaza Alta. Se desvían
por la Calle Soledad, estrecha y tres esquinas que deben salvar. Las distancias
están calculadas al milímetro. Justo delante del Beaterio, al pasar por delante
de la puerta de la Capilla, los cargadores empiezan a cantar la oración del Ave
María.
Con sus voces nos están diciendo que van todos en la misma
dirección, que todos son necesarios para llevar el paso, que todos están bajo
la misma bandera del Dolor y que todos sienten como madre a su Virgen de los
Dolores. Por su forma de cantar intuyo que viven unos instantes súper emotivos,
de los que calan en el alma y no se pueden olvidar.
En todo el trayecto donde Jesús cargó con la cruz, solo La
Verónica se compadeció de El y limpió su rostro, llegados aquí, hemos de decir
de nuevo que este sufrimiento en la subida hacía el Calvario, tampoco fue
suficiente...
5. - MIÉRCOLES SANTO: EL PERDÓN
El cielo emite duelo y pena. El ambiente está enrarecido, pues
Jesús pereció en la cruz ante el consentimiento de todos. Ninguno lo impedimos.
Nos dejamos llevar, consentimos esa “barrabaridad”. Hasta en la escena de la
crucifixión, cuando se suponía que ya habíamos gastado toda la crueldad, quedó
latente el ensañamiento mortal hacia tu persona. Pues sí, nos pediste agua y te
dimos vinagre; hasta te clavamos una lanza en el costado y te partimos las
piernas para que tu muerte fuese lo más rápida posible.
Por todo eso, tenemos que callar, por todas las
penalidades por las que te hicimos pasar, tenemos que callar; por toda la
maldad concentrada, tenemos que callar, porque nos escondimos y hasta te
negamos tres veces, tenemos que callar. Por eso eres el Cristo del Silencio,
porque sufriste escarnecidamente por nuestra culpa y lo hiciste en silencio,
cumpliendo la voluntad del Padre. También eres el Cristo del Perdón, porque a
pesar de todo, no nos guardaste rencor y nos perdonaste. Primero al ladrón arrepentido le abriste las
puertas del cielo. Aquí su corazón si que saltó de alegría, cuando le dijiste, “Hoy estarás conmigo en el Paraíso (Lc 23, 35-43)”. Y, después a
nosotros los cristianos arrepentidos.
Nos amaste primero y libraste por nosotros la gran
batalla hasta dejarte herir de muerte para destruir en tu cuerpo clavado en la
cruz nuestro pecado. Cristo venciste así. Tu triunfo es el triunfo del amor
sobre el odio, sobre el mal, sobre la ingratitud. Tu victoria es, en
apariencia, una derrota: el modo de vencer del amor es dejarse vencer. A veces nuestra soberbia impide que asumamos nuestras culpas. Por
eso, hago mía las palabras de San Francisco Javier y te digo:
ORACIÓN: ACTO DE AMOR
¡Oh Dios mío! Yo os amo; y no os amo porque me salvéis, o porque
castiguéis con fuego eterno a los que no os aman. Vos, vos, Jesús mío, habéis
abrasado todo mi ser en la Cruz; sufristeis los clavos, la lanza, las
ignominias, innumerables dolores, sudores, angustias, y la muerte: y esto, por
mí y por mí pecador. ¿Por qué, pues, no te he de amar, oh Jesús amantísimo? No
porque me lleves al cielo, o porque me condenes al infierno, ni por esperanza
de algún premio; sino así como vos me amasteis, así os amo y os amaré: sólo
porque sois mi Rey y sólo porque sois mi Dios. Amén.
(PAUSA)
Invito a todos a guardar silencio cuando el Cristo del Perdón
procesiona por nuestro Alcalá. Invito a todos a orar, como cuando lo hacemos en
su Vía Crucis, está vez por las proximidades de La Parroquia. Hasta el tiempo
meteorológico esta de luto y siempre hace un frío que hiela a los feligreses
que te queremos acompañar. Muchos años te he acompañado con mi guitarra y con
mi grupo de amigas para cantarte, intentando poner música al dolor que
padeciste, para calmar nuestra pena ante el silencio consentidor de tu injusta
condena.
Os invito también a la oración de las siete palabras el Viernes
Santo a las doce de la mañana. Es de las oraciones más bellas y más hermosas de
la Semana Santa. En ella se pone de manifiesto una vez más la bondad
personificada de Jesús de Nazaret, su compromiso con el Padre y la generosidad
para con nosotros.
Después de haber entregado a Jesús, se le condena a una muerte de
cruz. Y cuando Jesús muere, es cuando nos damos cuenta que era inocente. Ante
este sentimiento de culpabilidad, buscamos la mirada del Padre y necesitamos
orar y buscar el perdón. Tenemos que sentirnos abatidos, abandonados y solos para
ser conscientes del daño que no solo hemos provocado sino que también hemos
consentido.
Una vez más, te compadeciste y oraste tú por nosotros y para que
no nos sintiéramos solos, nos dejaste a Tu Madre, que era lo más preciado para
ti. Tu dolor se hizo tan intenso en la cruz, que clamaste al cielo pidiendo
amparo al Padre. Tuviste sed. Sed de Agua y de Vida. Pero acataste la voluntad
de Dios y en sus manos encomendaste tu Espíritu y expiraste, pero, tampoco fue
suficiente…
6. - VIERNES SANTO: SANTO ENTIERRO.
Llega la soledad por tu partida. Tu apóstol amado Juan y María
desconsolados por tu muerte, aguardaron al pie de la cruz. No hay consuelo para
tanto dolor. De color negro, de luto riguroso va la Madre de la Iglesia, calle
abajo para enterrar a su Amado Hijo. Nuestra Señora de la Soledad, deambula y
le cuesta digerir tanto sufrimiento. Seguramente, como buena madre, se
preguntaría, dónde estaban todos aquellos que lo aclamaban el Domingo de Ramos.
Pero lo importante es que Ella, ofreció su dolor para la salvación de todos y
cada uno de nosotros. Su generosidad para con nosotros quedó latente al igual
que su obediencia, a partir
de ahora sería la Madre de los que habían matado a su Hijo.
María en su duelo siente una soledad tremenda, Ella sabía que era
el principio de un gran fin, pero aún así no puede dejar de sentirse sola.
En los oficios del Viernes Santo, vemos el madero desnudo, y ya
empezamos a ser conscientes de lo sucedido. María y Juan han recogido el cuerpo
sin vida del Crucificado, lo han cubierto con un sudario blanco y lo trasladan
al sepulcro. Aquí me quedo sin palabras…
Canción: LOS QUE LLORAN
El mundo está esperando
resucitar a la vida.
El mundo está esperando pasar
de la muerte a la vida.
Tú, Señor, transformarás todo
llanto, todo dolor
En profunda alegría.
Es muy fácil querer a la Virgen María, en la advocación que sea,
ya sea de Pasión o de Gloria. Pues acudimos a ella, como Madre Nuestra que es
en los buenos momentos, en los regulares y en los malos. Porque siempre está
ahí, vela por nosotros y nos protege. Y
todas son la misma Madre Servicial, Gentil, Consoladora, la Madre de las Madres
y una protagonista secundaria de excepción en la Pasión, Muerte y Resurrección
de Jesús de Nazaret.
Señor, te vemos tendido, envuelto en tu sudario, irradiando bondad
por los cuatro costados. Cualquiera que pudiera contemplar aquella estampa, se
daría cuenta de la crueldad de los hechos y a simple vista podría asegurar que
el que allí perecía era un inocente que no opuso resistencia porque su destino
era vencer a la muerte.
Hoy día, debido a la falta de fe, hay muchas personas muertas en
vida. Sus vidas no cobran sentido, se empeñan en avanzar sin tenerte como
referente, solo se miran en su propio reflejo y la misión de sus vidas carece
de orden y concierto pues vemos y oímos lo que queremos, lo que nos interesa,
dependiendo del momento. Una vez más,
esto, tampoco fue suficiente…
7.- RESURRECCIÓN.
Partimos de la oscuridad absoluta, por tu muerte. Estamos
huérfanos, el amor se ha volatilizado y hemos perdido el rumbo, la ilusión, y
el miedo al mañana nos paraliza. En este morir, hacemos
examen de conciencia y sabemos que no lo hemos hecho bien; es el momento de
coger perspectiva y desandar lo andado para volver a reconocer a Jesús de
Nazaret al partir el pan.
Señor, que necios fuimos. No nos bastó con ver como en el desierto
salías victorioso ante las tentaciones del maligno enemigo ni cuando estando
orando en el Huerto de los Olivos te apresaron como al peor de los delincuentes
de la época, ni cuando te martirizaron y ridiculizaron despojándote hasta de
tus vestiduras. Tampoco nos bastó cuando te hicieron cargar con la cruz que te
vería morir. No nos bastó nada de eso, nuestra insensibilidad clamaba al cielo.
Y Tú, con tu forma de llevar el sufrimiento a cada rato nos estabas dando
pistas de que eras el “Hijo Amado, el Predilecto” (Mc. 9, 2-13)
Y por todo ello, nos sentimos culpables… hemos consentido una
injusticia y nos hemos ensañado con el que menos culpa tenía.
Señor, un Haz de Luz, se dibuja en el horizonte. Las mujeres que
han ido por la mañana temprano al sepulcro publican la noticia, “no busquéis
entre los muertos al que está vivo” (Lc. 24, 1-10).
Y una vez más, vuelves a sorprendernos, con tu benevolencia para
con nosotros. Nos amas y has vencido a la noche, para dejarnos un porvenir, una
esperanza y una ilusión y así indicarnos el camino de vuelta a la casa del
Padre.
Por tanto, es el amor misericordioso de Dios el que une
firmemente, hoy como ayer a la Iglesia y hace de la humanidad una sola familia.
(Benedicto XVI, 19 de abril de 2009)
Vuelvo a incidir en que, uno no es cofrade solo un día al año, uno
es cofrade todo el año. Y a los que estáis en las distintas Juntas de Gobierno
de las Hermandades y Cofradías, sed conscientes que hay jóvenes que quieren
trabajar por la Semana Santa y que tienen ilusión y muchas ideas que pueden
resultar interesantes. Contad con ellos y motivadles, para que el día de mañana
puedan hacerlo tan bien como ustedes. Es indiscutible el engrandecimiento de la
Semana Santa alcalaína en estos últimos años. Uso de nuevo otra máxima que dice
“Si al joven se le exige poco, no da nada, si se le exige mucho, da más y aún
todo”. Igual ellos desconocen que la vida del Cofrade tiene un significado más
amplio, que no acaba con la salida procesional sino que deben trabajar el resto
del año por el Culto, por la Caridad y por la Formación.
Lo dicho dejaros llevar y no nadéis contra corriente, la verdadera
alegría, viene de Dios.
Canción: AL OTRO LADO DEL MAR.
Rema mar adentro
No te quedes en la orilla una
vez más
Rema mar adentro,
Arriesga tu vida, al otro lado
del mar,
Al otro lado del mar.
Y esta es nuestra alegría, la explosión de luz que llega con la
Resurrección nos dan las fuerzas necesarias para desterrar la muerte y la
oscuridad. Nuestra existencia vuelve a cobrar sentido. Visualizamos el
horizonte y lo podemos palpar y hasta alcanzar. Solo tenemos que imitar la vida
de Jesús de Nazaret. Sabernos querido por el Padre nos motiva a ser mejores
personas. Debemos afrontar ya nuestro cometido. Es el momento. Que este año de
la fe, empiece a dar sus frutos.
PADRE NUESTRO, JESUS NIÑO.
Tu nacimiento trajo la
Esperanza al mundo.
Por favor, no dejes que la
destruyamos.
No dejes que el Miedo nos
la quite.
No dejes que el Miedo nos
paralice.
No hagas del dinero
nuestro dios.
Que el cansancio no nos
obligue a desistir.
VEN SIEMPRE CON NOSOTROS.
QUE SIEMPRE TE SINTAMOS
CERCA.
PADRE NUESTRO, JESÚS
NAZARENO.
Viniste a recordarnos:
"No sólo de pan vive
el hombre,
sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios".
Por favor, no dejes que
caigan
en el olvido estas sabias
palabras.
Necesitamos la Fe.
Decías: "Todo es
posible para el que cree"
La fe es oír, es escuchar,
es aceptar,
es elegir entre distintas
voces que atraen,
es encomendarnos a Ti en
todo momento.
Jesús, que nuestra
vorágine diaria
no nos separe Ti, de
nuestro ser más íntimo.
Que no caigamos en vanas distracciones
que sólo conducen al vacío
espiritual.
QUE SIEMPRE ESTEMOS LLENOS
DE TI.
Ayúdanos con "Nuestra
Cruz"
Que sepamos llevarla con
dignidad.
Que sepamos estar a la
altura
de las circunstancias
"siempre",
por muy duras que estas
sean.
PADRE NUESTRO, JESÚS
CRUCIFICADO.
..Y después de todos estos
años...
el ser humano sigue sin
saber enfrentarse a sus propios
miedos.
Te detuvieron y condenaron
injustamente
porque los sacerdotes y
políticos de la época
temían perder sus
privilegios.
Aún así, TU AMOR POR
NOSOTROS
hizo que aceptaras todo lo
malo, aún sabiéndolo.
A pesar de como te
tratamos,
seguiste curando a
enfermos,
seguiste dando lo mejor de
Ti.
Señor, que tus palabras
nos inspiren,
Que
nuestras penas sirvan para redimirnos también.
Señora, señores, en breve el incienso tomará las calles, nuestro
paso irá impuesto por el ritmo de la Horquilla, los capirotes apuntarán al
cielo, señalándonos el camino hacía la Casa del Padre, la cera rechinará en la
calzada al paso de los coches, en modo de protesta, reclamándonos la convicción
absoluta en el mensaje de Jesús de Nazaret, Las cornetas y tambores, amenizarán
este viaje por nuestra vida e impedirá que perdamos el compás de Dios, cojamos
nuestra cruz y sigámosle.
Ahí quedó.
María de los Dolores Calero Alex
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