martes, 2 de abril de 2013

LOS PUEBLOS NO SON CULPABLES





Amigos míos de Alcalá;
a los que olvide la muerte;
me pregunto que será,
cual habrá sido tu suerte.

Seréis padres y hasta abuelos
en unos pueblos lejanos,
y habréis roto mil pañuelos
añorando a los hermanos.

Los años te han hecho duro;
la distancia es mala amiga
y hace ver lo claro, oscuro;
pero no quiero que digas
que tu pueblo fue el culpable
de tu marcha matutina,
el nunca fue responsable
de décadas de ruina.

¡Ay, si pudieran volver
la sierra haciendo carbón,
el pan moreno cocer,
ó el gazpacho y el morcón!

Son ya cosas del pasado
que marcaron nuestras vidas,
y que dejaron plagados
nuestros recuerdos de heridas.

Pero la tierra es bendita,
y como bendita madre,
nunca tuvo la culpita
de tu marcha hacia otra parte.

Gobiernos que no han sabido
hallarle la solución,
consintieron este nido
de paro y de sumisión.

No hubieron primeras piedras,
sino ruedas de molino
rotas, cubiertas de hiedras,
sobre el polvo del camino.

Esta noche misteriosa,
denso silencio , rotundo,
piensa en las cosas hermosas
que te entregaba aquel mundo.

Necesidad sí, y belleza
en ambiente de alegría,
compartiendo con nobleza
lo que cada cual tenía.

Juventud llena de sueños
y los primeros amores,
aquellos que fueron dueños
de caricias y pasiones.

Recordarás aquel día
bajo la luna plateada,
cuando abrazando a María
le dijiste que la amabas.

Y aquella aurora temprana
que subido a tu caballo,
te paraste una mañana
frente a la Venta del Gallo.

Ibas a las procesiones,
estaba el tiempo sereno,
y niñas en los balcones
esperando al Nazareno.

Mas tarde cuando la feria,
ya con tu novia a tu lado,
ella compuesta y muy seria
con su traje colorado.

La ternura te domina,
marcharás cuando Dios quiera…
mientras, la gloria divina
se va luciendo a tu vera.



Francisco Teodoro Sánchez Vera

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