Para
aquellas preciosas muchachas
que
llegaban
al pueblo para
la Feria de
Mayo,
desde los campos
de Alcalá.
Picacho verde
y bravío
desde
tu agreste atalaya,
observas el
señorío
de
Alcalá, tu enamorada.
Por
el Barbate serrano
bajan
gotas de agua
clara,
que
el Aljibe, monte hermano,
destila para
tu cara.
Ya
llegan para la
feria
con
sus trenzas bien
peinadas,
sus
caras preciosas, serias,
y sus
falditas planchadas.
Bajan
desde la alta
sierra,
casi
como avergonzadas;
el
pueblo es distinta
tierra
a
sus chozas encaladas.
Mas
pronto estarán contentas
saludando a
sus vecinos,
abrazando a
sus parientas,
ojeando alcalaínos.
Alguna busca
el amor
que
desde el año
pasado,
sueña
con todo fervor,
verlo
feliz a su
lado.
Por
la Playa van
buscando
sus
ojazos, impacientes,
que
Jorge la esté
esperando
por
la feria, entre
las gentes.
Disfrutaran de
las fiestas,
y
marcharán a sus
campos,
y
si la
suerte se apresta…
se
verán para Los
Santos.
Francisco
Teodoro Sánchez Vera. 2013
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