viernes, 6 de diciembre de 2013

POESÍA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

INMACULADA


Yo quisiera tener para cantarte
toda la gracia de la tierra mía,
del mar azul que besa dulcemente
la arena que rebrilla en la bahía.

Del ruiseñor, los armoniosos trinos,
de la fuente, la dulce melodía
y el suave murmullo de la fronda…
¡Todo para cantarte, oh Madre mía!

¡Quién pudiera tener rosada nube
cual tiene el sol, cuando se apaga el día
para tejer corona vaporosa
sobre tu frente Inmaculada y Pía!

Tener de los jardines el perfume,
de los niños que juegan, la alegría,
de las fragantes rosas los colores
y el fulgor de la estrella con que brilla.

Todo es poco señora, para amarte,
todo parece poco al alma mía,
quisiera bendecirte y adorarte
con todo lo que tiene luz y vida.

Con el encaje blanco de las olas
que mueren silenciosas en la orilla,
con el ronco tañer de la campana
que a todos llama en la humilde villa.

Porque para los hombres Dios te puso
en el mar azaroso de la vida,
como faro que brilla en lontananza
sirviéndonos de luz, sostén y guía.

Eres del pecador, seguro asilo,
los jóvenes te invocan a porfía
y al desgraciado, pobre y desvalido
¿quién sino Tú consuelo le daría?

Por eso Madre, con fervor te invoco
en la fiesta solemne de tu día,
que cuando abandonemos este mundo,
a nuestro lado estés ¡Virgen María!


Ana María Salgado de Barroso

Poesía premiada con la flor natural el día 8 de Diciembre.




Esta poesía fue publicada en La Información del Lunes, de Cádiz, el día 10 de Diciembre de 1962.

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