jueves, 15 de septiembre de 2016

PINCELADAS DE UN VIAJE HISTÓRICO


Es martes y trece de septiembre del año dos mil dieciséis. Abandono Alcalá de los Gazules con su cielo muy nublado, rachas de levante moderadas y el pueblo medio  adormecido todavía, descansando tras más de quince días continuados de festejos y  acontecimientos inolvidables. Marcho contento por haber nacido en este pueblo. El año  pasado, durante la inauguración del nuevo nombre de La Plazuela, como Plazuela  EMIGRANTES DE ALCALA, en mi discurso dije: “Que los alcalaínos queremos a nuestro  pueblo, más que los demás a los suyos”, hoy me reafirmo en lo que dije entonces.  Nosotros somos diferentes. Cuando envié a don F. Salazar, del Diario de Cádiz, una nota en la que reseñaba el viaje que estábamos preparando a la Romería de la Virgen de los  Santos, con el ruego de que la publicara, se me olvidó poner que éramos de Alcalá de los Gazules. Le volví a mandar otro correo en el que le hacía ver mi “lapsus”.  Don Francisco me dijo: “Mire usted Francisco Teodoro, no hacía falta que me lo aclarara, lo entendí al momento. Solo los de Alcalá de los Gazules son capaces de organizar esas comidas y esos viajes que ustedes realizan”. Recordaré y agradeceré siempre la generosidad mostrada, la solidaridad, los buenos momentos vividos …si hubo alguno ingrato…pelillos a la mar.

Nuestros amigos Andrés e Inés, tan cariñosos y amables como siempre, nos llevan hasta la Estación de Jerez, donde cogeremos un tren que nos llevará hasta la capital  hispalense, en la que accederemos hasta un AVE que nos transportará hacia nuestra  residencia en el nordeste de España.

Sevilla nos despide llorando. Una fina lluvia refresca el ambiente y nos acompaña  hasta nuestro destino final en Lleida. El tren viaja veloz atravesando los fértiles campos de la cuenca del Guadalquivir. En el vagón, un visor luminoso nos indica que viajamos a 302 km/hora. Mientras observo el paisaje a través de la ventana, me revienen a la memoria los felices momentos vividos en mi bella provincia gaditana. Todo empezó en Cádiz, con la boda de la hija de mi “hermano”, el desaparecido ginecólogo, Antonio Lozano Coca. Magdalena Lozano, la novia, estaba bellísima con su maravilloso traje de cola. Tanto la  ceremonia, como el posterior ágape, tuvieron un final espléndidos. Tras unos días en Cádiz y Chiclana, llegamos a Alcalá. Como me ocurre siempre, se me pararon los pulsos y me  embargó la emoción al atravesar el Puerto Levante. Alcalá luce maravillosa, resaltando bajo su cielo azul, su bellísima silueta torreada: La Torre  del  Homenaje  del  Castillo,  la  Torre  de  la  Parroquia  de  San  Jorge  y  la  Torre  mudéjar  del  Convento. ¡Cuánta  belleza! ¡Qué  colorido! Dibujando  el  azul  de  su  cielo,  brilla  el  blanco  de  la  cal,  los  verdes  de  su  tupida  arboleda,  el  añil  de  las  crestas  del  Picacho  y  El  Aljibe, los  tonos  rojos  de  la  teja  mora  y  los  terrones  de  sus  tierras  de  labranza … mezclados  todos  en  un  crisol  de  embrujo,  de  duende,  de  ensueño …¡AY  ALCALA!

El  día  8  de  septiembre,  un  numeroso  grupo  de  alcalaínos  nos  reunimos, alegres  e  ilusionados,  a  temprana  hora,  para  recibir  a  los  dos  autobuses  que  llegaban  desde  Cataluña  con  un  centenar  de  paisanos  residentes  en  diversas  poblaciones  catalanas.. Llegaron  felizmente  los  autocares.  La  Playa  era  una  fiesta,  caras  sonrientes,  ansiosas  y  expectantes.  Abrazos  eternos.   Alguna  lágrima  furtiva  se  escapó  de  algunos  ojos. Vivas  a  Alcalá  y  a  la  Virgen  de  los  Santos.  Rostros  satisfechos  de  los  organizadores.  Durante  el  desayuno,  llegó  el  saludo  de  las  autoridades,  que  posteriormente  les  dieron  la  bienvenida  y  les  mostraron  la  alegría  de  que  se  encontraran  de  nuevo  en  su  pueblo, en  una  recepción  oficial  en  el  Centro Cultural de Santo Domingo.  Para  alguno, era  el  primer  retorno  tras  su  marcha.  Para  otro  puñado,  era  la  vuelta  tras  décadas  sin  poder  volver  a  respirar  su  primer  aire.  Las  caras  felices  y  alegres  se  enmarcaban,  unas  tras  otras, en  una  galería  preciosa  de  personas  de  la  OTRA  ALCALA.   Emocionaba  el  verlos  y  contagiaban  sus  sensaciones  al  resto.  Por  ello  no  me  quiero  callar.  Deseo  expresar  públicamente  mi  agradecimiento, a  título  personal, a  las  autoridades  de  mi  pueblo.  Ellos  han  hecho  posible  este  encuentro  de  las  dos  Alcalá.  Ya  forma  parte  de  la  historia  de  este  pueblo. Así,  quiero felicitar  en  primer  lugar  al  alcalde, Ilustrísimo  Sr. D.  Javier  Pizarro  Ruiz,  al  teniente  de  alcalde  D. Jesús  Barrera  Román  y  al  resto  de  componentes  del  Consistorio,  por  el  gran  esfuerzo  que  han  realizado  para  que  esta  visita  a  la  Romería  del  año  2016,  haya  constituido  un  gran  éxito  organizativo.  Ellos  nos  han  hecho  sentir  unos  alcalaínos  más.  Nos  han  dado  suficientes  muestras  de  proximidad,  de  ayuda  y  de  cariño  como  para  que  no  nos  sintamos  forasteros  en  nuestro  pueblo.  Todo  ello  sin  pedir  nada  a  cambio,  ya  que  nosotros  no  votamos  en  Alcalá.  Gracias,  gracias  Javier  y  Jesús,  por  lo  que  nos  habéis  dado, ojalá  os  podamos  corresponder  algún  día  de  similar  manera.  Formáis  parte  de  nosotros  y  en  Cataluña  os  espero  con  los  brazos  abiertos  del  hermano,  de  un  andaluz,  de  un  gaditano,  como  dijera  un  día  Alberti  a  su  llegada  a  España  tras  el  exilio.

Han  sido  cinco  días  inolvidables,  mi  actual  estado  de  salud  no  me  ha  permitido  estar  en  todos  los  actos de  un  programa muy  extenso  de  visitas  y  comidas  ofrecidas  por  nuestro  Ayuntamiento  y  por  otras  Entidades  emblemáticas  del  pueblo. Todas  las  personas  a  las  que  he  preguntado,  se  sienten  muy  satisfechas  del  cariño  recibido y  de  la  calidad  de  los  productos  en  todos  los  eventos. Muy  generosa  la  aportación  de  la  Peña  Amigos  del  Camino  con  su  Presidente  José María  Gómez  Reyes  al  frente;  los  Amigos  de  los  Gazules,  con  mi  amigo  Antonio Salcedo, su  alma,  presente  y  primero  en  los  actos.  La Escuela de Adultos de Alcalá  con  su  extraordinario  gazpacho  caliente, Jorge Puerto colaborando, como  siempre,  con  sus  exquisitos  quesos; las  Hermanas  del  Beaterio  derrochando  cariño  por  todo  lo  nuestro;  Tomás  Acedo  y  su  charla  sobre  “La  Migración”;  el Parque  de  los  Alcornocales  con  su  director  y  la  visita  al Escuadrón de Vigilancia Aérea; la  Misa  del  Emigrante, oficiada por nuestro paisano Rafael Leiva Sánchez  y  la  ofrenda  floral  a  nuestro  Patrón  San  Jorge …  y  el contacto continuo  con  nuestros  amigos  y  paisanos. Una mención  especial  merece  la  reaparición de LOS RANGER`S, con una Playa abarrotada, nos ofrecieron una actuación  para  el  recuerdo, con  temas  de  los  años  sesenta  y  setenta  que  a  todos  nos  volvieron  jóvenes  y  bailongos.  Mi  reconocimiento  a  Juanito  Ulloa, al  maestro  Manolo Caro  y  al  canario  con  corazón  de  avestruz,  sin  duda  alcalaíno,  Carlos  Sánchez  Ortega. A  los  tres  los  tengo  como  hermanos.  Los  tres  están  llenos  de  valores  espirituales  inacabables.  Gracias  por  el  concierto.

No  sé  si  esta  experiencia  tendrá  continuación  algún  día,  pero  está  claro  que  nadie  borrará  del  recuerdo  de  este  centenar  de  alcalaínos,  los  preciosos  momentos  vividos, los  rincones  recordados,  los  sabores  reencontrados,  las  amistades  refrescadas.   He  sido  feliz,  viendo  felices  a  todos  mis  paisanos; a Pepita  Pereira,  una  alcalaína  que  presume  de  serlo; a  Emilio  Ligero  deambulando  sin  parar  por  su  barrio  de  Santo  Domingo  y  por  todos  los  rincones  de  su  querido  pueblo  y  a  tantos  y  tantos …mis  amigos  del  pueblo  de  siempre,  mis  nuevos  amigos  de  Facebook, y  entre  los  amigos,  a  los  organizadores  del  viaje, antiguos  compañeros  de  equipo,  que  han  realizado  una  buena  labor.  El  deber  cumplido,  les  llenará  de  satisfacción  y  orgullo.

Y  para  despedirme, aprovechando  lo  bien  que  lo  hemos  pasado,  quiero  recordarle  a  las  Autoridades  alcalaínas  y  a   los  componentes  del  Comité  Organizador  de  Cataluña,  que  en  los  primeros  Encuentros  celebrados, expuse  a  las  autoridades,  en  mi  condición,  entonces,  de  Coordinador  del  Comité,  de  lo  bueno  que  sería  establecer  un  día  al  año, como  DIA  DEL  EMIGRANTE  ALCALAINO. Naturalmente  este  día  no  tendría  sentido, sino  estuvieran  también  presentes,  los  alcalaínos  residentes  en  Madrid, Sevilla,  Málaga, País  Vasco  o  cualquier  otro  lugar  del  mundo.

¡¡¡VIVA  ALCALA  DE  LOS  GAZULES  
Y  SU  EXCELSA  PATRONA  
NUESTRA  SEÑORA  DE  LOS  SANTOS  CORONADA!!!




Francisco  Teodoro  Sánchez  Vera

13  de  septiembre  de  2016

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El tiempo que hará...