Es martes y trece de septiembre del
año dos mil dieciséis. Abandono Alcalá de los Gazules con su cielo muy nublado,
rachas de levante moderadas y el pueblo medio
adormecido todavía, descansando tras más de quince días continuados de festejos
y acontecimientos inolvidables. Marcho contento
por haber nacido en este pueblo. El año
pasado, durante la inauguración del nuevo nombre de La Plazuela, como
Plazuela EMIGRANTES DE ALCALA, en mi discurso
dije: “Que los alcalaínos queremos a nuestro
pueblo, más que los demás a los suyos”, hoy me reafirmo en lo que dije
entonces. Nosotros somos diferentes.
Cuando envié a don F. Salazar, del Diario de Cádiz, una nota en la que reseñaba
el viaje que estábamos preparando a la Romería de la Virgen de los Santos, con el ruego de que la publicara, se
me olvidó poner que éramos de Alcalá de los Gazules. Le volví a mandar otro
correo en el que le hacía ver mi “lapsus”.
Don Francisco me dijo: “Mire usted Francisco Teodoro, no hacía falta que
me lo aclarara, lo entendí al momento. Solo los de Alcalá de los Gazules son
capaces de organizar esas comidas y esos viajes que ustedes realizan”.
Recordaré y agradeceré siempre la generosidad mostrada, la solidaridad, los buenos
momentos vividos …si hubo alguno ingrato…pelillos a la mar.
Nuestros amigos Andrés e Inés, tan
cariñosos y amables como siempre, nos llevan hasta la Estación de Jerez, donde
cogeremos un tren que nos llevará hasta la capital hispalense, en la que accederemos hasta un AVE
que nos transportará hacia nuestra
residencia en el nordeste de España.
Sevilla nos despide llorando. Una fina lluvia refresca el ambiente y nos
acompaña hasta nuestro destino final en
Lleida. El tren viaja veloz atravesando los fértiles campos de la cuenca del Guadalquivir.
En el vagón, un visor luminoso nos indica que viajamos a 302 km/hora. Mientras observo el paisaje a través
de la ventana, me revienen a la memoria los felices momentos vividos en mi bella
provincia gaditana. Todo empezó en Cádiz, con la boda de la hija de mi
“hermano”, el desaparecido ginecólogo, Antonio Lozano Coca. Magdalena Lozano, la novia, estaba bellísima con
su maravilloso traje de cola. Tanto la
ceremonia, como el posterior ágape, tuvieron un final espléndidos. Tras
unos días en Cádiz y Chiclana, llegamos a Alcalá. Como me ocurre siempre, se me
pararon los pulsos y me embargó la
emoción al atravesar el Puerto Levante. Alcalá luce maravillosa, resaltando
bajo su cielo azul, su bellísima silueta torreada: La Torre del
Homenaje del Castillo,
la Torre de
la Parroquia de
San Jorge y
la Torre mudéjar
del Convento. ¡Cuánta belleza! ¡Qué
colorido! Dibujando el azul
de su cielo,
brilla el blanco
de la cal,
los verdes de
su tupida arboleda,
el añil de
las crestas del
Picacho y El
Aljibe, los tonos rojos
de la teja
mora y los
terrones de sus
tierras de labranza … mezclados todos
en un crisol
de embrujo, de
duende, de ensueño …¡AY
ALCALA!
El día 8
de septiembre, un
numeroso grupo de
alcalaínos nos reunimos, alegres e
ilusionados, a temprana
hora, para recibir
a los dos
autobuses que llegaban
desde Cataluña con
un centenar de
paisanos residentes en
diversas poblaciones catalanas.. Llegaron felizmente
los autocares. La
Playa era una
fiesta, caras sonrientes,
ansiosas y expectantes.
Abrazos eternos. Alguna
lágrima furtiva se
escapó de algunos
ojos. Vivas a Alcalá
y a la
Virgen de los
Santos. Rostros satisfechos
de los organizadores. Durante
el desayuno, llegó
el saludo de las autoridades,
que posteriormente les
dieron la bienvenida
y les mostraron
la alegría de
que se encontraran
de nuevo en
su pueblo, en una
recepción oficial en el Centro Cultural de Santo Domingo. Para
alguno, era el primer
retorno tras su
marcha. Para otro
puñado, era la
vuelta tras décadas
sin poder volver
a respirar su
primer aire. Las
caras felices y
alegres se enmarcaban,
unas tras otras, en
una galería preciosa
de personas de
la OTRA ALCALA.
Emocionaba el verlos
y contagiaban sus
sensaciones al resto.
Por ello no
me quiero callar.
Deseo expresar públicamente
mi agradecimiento, a título
personal, a las autoridades
de mi pueblo.
Ellos han hecho
posible este encuentro
de las dos
Alcalá. Ya forma
parte de la
historia de este
pueblo. Así, quiero felicitar en
primer lugar al
alcalde, Ilustrísimo Sr. D. Javier
Pizarro Ruiz, al
teniente de alcalde
D. Jesús Barrera Román
y al resto
de componentes del
Consistorio, por el
gran esfuerzo que
han realizado para
que esta visita
a la Romería
del año 2016,
haya constituido un
gran éxito organizativo.
Ellos nos han
hecho sentir unos
alcalaínos más. Nos
han dado suficientes
muestras de proximidad,
de ayuda y
de cariño como para que
no nos sintamos
forasteros en nuestro
pueblo. Todo ello
sin pedir nada
a cambio, ya
que nosotros no
votamos en Alcalá.
Gracias, gracias Javier
y Jesús, por
lo que nos
habéis dado, ojalá os
podamos corresponder algún día de
similar manera. Formáis
parte de nosotros
y en Cataluña
os espero con
los brazos abiertos
del hermano, de
un andaluz, de
un gaditano, como
dijera un día
Alberti a su
llegada a España
tras el exilio.
Han sido cinco
días inolvidables, mi
actual estado de
salud no me
ha permitido estar
en todos los
actos de un programa muy
extenso de visitas
y comidas ofrecidas
por nuestro Ayuntamiento
y por otras
Entidades emblemáticas del
pueblo. Todas las personas
a las que
he preguntado, se
sienten muy satisfechas
del cariño recibido y de
la calidad de
los productos en
todos los eventos. Muy
generosa la aportación
de la Peña
Amigos del Camino
con su Presidente
José María Gómez Reyes
al frente; los
Amigos de los
Gazules, con mi
amigo Antonio Salcedo, su alma,
presente y primero
en los actos.
La Escuela de Adultos de Alcalá
con su extraordinario gazpacho
caliente, Jorge Puerto colaborando, como
siempre, con sus
exquisitos quesos; las Hermanas
del Beaterio derrochando
cariño por todo
lo nuestro; Tomás
Acedo y su
charla sobre “La Migración”; el Parque
de los Alcornocales
con su director
y la visita
al Escuadrón de Vigilancia Aérea; la
Misa del Emigrante, oficiada por nuestro paisano
Rafael Leiva Sánchez y la
ofrenda floral a
nuestro Patrón San
Jorge … y el contacto continuo con
nuestros amigos y
paisanos. Una mención
especial merece la
reaparición de LOS RANGER`S, con una Playa abarrotada, nos ofrecieron una
actuación para el
recuerdo, con temas de
los años sesenta
y setenta que
a todos nos
volvieron jóvenes y
bailongos. Mi reconocimiento a
Juanito Ulloa, al maestro
Manolo Caro y al
canario con corazón
de avestruz, sin
duda alcalaíno, Carlos
Sánchez Ortega. A los
tres los tengo
como hermanos. Los
tres están llenos
de valores espirituales
inacabables. Gracias por el concierto.
No sé
si esta experiencia
tendrá continuación algún
día, pero está
claro que nadie
borrará del recuerdo
de este centenar de
alcalaínos, los preciosos
momentos vividos, los rincones
recordados, los sabores
reencontrados, las amistades
refrescadas. He sido
feliz, viendo felices
a todos mis
paisanos; a Pepita Pereira, una
alcalaína que presume
de serlo; a Emilio
Ligero deambulando sin
parar por su
barrio de Santo
Domingo y por
todos los rincones
de su querido
pueblo y a
tantos y tantos …mis
amigos del pueblo
de siempre, mis
nuevos amigos de
Facebook, y entre los
amigos, a los
organizadores del viaje, antiguos compañeros
de equipo, que
han realizado una
buena labor. El
deber cumplido, les
llenará de satisfacción
y orgullo.
Y para
despedirme, aprovechando lo bien
que lo hemos
pasado, quiero recordarle
a las Autoridades
alcalaínas y a
los componentes del
Comité Organizador de
Cataluña, que en
los primeros Encuentros
celebrados, expuse a las
autoridades, en mi
condición, entonces, de
Coordinador del Comité,
de lo bueno
que sería establecer
un día al
año, como DIA DEL
EMIGRANTE ALCALAINO.
Naturalmente este día
no tendría sentido, sino
estuvieran también presentes,
los alcalaínos residentes
en Madrid, Sevilla, Málaga, País
Vasco o cualquier
otro lugar del
mundo.
¡¡¡VIVA
ALCALA DE LOS
GAZULES
Y SU
EXCELSA PATRONA
NUESTRA
SEÑORA DE LOS
SANTOS CORONADA!!!
Francisco
Teodoro Sánchez Vera
13 de septiembre
de 2016
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