Alcalá de los Gazules es un pueblo
que tiene un perfil profundamente religioso. Eso se debe a varios factores que,
unidos a través de los siglos, han conseguido una devoción y una fe cristiana
arraigada e inconmovible.
Primeramente, Alfonso X “El Sabio”
puso unos cimientos religiosos apoyados en la devoción a la Santísima Virgen
María, hasta tal punto que quiso perpetuar el nombre de nuestro pueblo con el
apellido de Santa María de Todos los Santos.
Colocó en Alcalá unos cimientos
insondables. Posteriormente, los párrocos han sido fieles a este título y han
sabido cultivar, a través de los siglos, la devoción a la Santísima Virgen
María. Esa fe se ha ido conservando y aumentando a través de los años. El pueblo
muestra su fe de una manera palpable y persistente con grandes celebraciones,
que atraen a todos los feligreses, incluso a los alcalaínos de la Diáspora.
Otras celebraciones son las de
Semana Santa. En estos días de la Semana Mayor, Alcalá se convierte en un gran
retablo, al que acude todo el pueblo para vivir la pasión y muerte de Jesús en
el Calvario. Todos, en cierta manera, acompañan a Jesús para pedirle ayuda y
llevar la cruz que a cada uno nos ha tocado transportar en nuestra vida, la
cruz de Jesús, nuestro salvador.
Todo comenzó con la Navidad o
Natividad de Jesús en Belén. Las familias se esmeran para reunirse y asistir a
la santa misa, en la parroquia de San Jorge, y al nacimiento de Jesús en el
Portal de Belén, con los cánticos de
villancicos.
Otro acontecimiento religioso de la
Semana Santa tiene como símbolo eterno el de Jesús Crucificado, con los brazos
abiertos para acoger a todos los humanos. Este símbolo se ha arraigado en
Alcalá con las Hermandades, con una fuerza especial, tanto en los niños, como en
los jóvenes y en los mayores. Esa cruz está presente no sólo en las iglesias y
los días de Semana Santa, sino en todas las
familias y durante todo el año. Todos los
humanos llevamos una cruz en nuestra vida, sabiendo que nuestra salvación
es Jesús Crucificado, nuestro salvavida.
Una tercera celebración es la de la
Resurrección de Jesús, las fiestas de San Jorge, y la Romería al Santuario de la Virgen de los
Santos.
Las veladas y las ferias son el símbolo
de nuestro pueblo para festejar la alegría de la Resurrección de Jesús, que
alcanza a todos.
Todo esto reseña un perfil que une
al pueblo y consigue orientar nuestra vida con una garantía de fe cristiana y
la salvación de todos.
Por último, quiero añadir un colofón
dedicado a quien todos conocemos, valoramos y agradecemos. Se trata de un
alcalaíno que ha dedicado toda su vida a la comunicación de las noticias y de
los acontecimientos de nuestro pueblo, tanto a los alcalaínos presentes o de la
diáspora. Nos tiene tan perfectamente
informados de las noticias y acontecimientos de nuestro pueblo, que
grandes ciudades quisieran tener. Su trabajo nunca será totalmente agradecido.
Precisamente el 24 de enero se
celebra la festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas y
comunicadores. Con tal motivo, en La
Casa de la Iglesia del Obispado de
Asidonia-Jerez, la Delegación Diocesana con su obispo, José Mazuelo, a la cabeza, y los periodistas de la
diócesis celebran la Santa Misa y, a continuación, un encuentro profesional y
cristiano con una convivencia entrañable y acogedora, y la siguiente
ORACIÓN DEL COMUNICADOR:
Señor Jesucristo, por María Santísima,
haznos transmisores de la verdad, libres
y defensores de la libertad, independientes, imparciales promotores del
bien común y de la concordia, voceros de los valores humanos y espirituales,
veraces, ecuánimes, y honrados, impulsores de la justicia y portavoces de los
marginados, leales a nuestra conciencia.
Ayúdanos a defender la paz y la
convivencia, a respetar la dignidad de las personas, a mantener nuestra
dignidad profesional, a rectificar nuestros errores.
Líbranos de la ligereza de la
frivolidad, de la adulación al poder y del servilismo del sensacionalismo y de
la prepotencia de los prejuicios y de la agresividad. Haznos sencillos
portavoces de la Verdad, que conduce a Ti, Señor Jesús. AMEN.
Juan Leiva Sánchez
Diciembre de 2017
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