En
España, aunque en 1704 la dinastía de Borbón introdujo el sistema de
reclutamiento forzoso, fue el 3 de noviembre de 1.770 cuando el rey Carlos III
dictó una Ordenanza en la que uno de cada cinco jóvenes en edad militar (las Quintas),
entre los 18 y los 40 años, mediante sorteo, tendrían que incorporarse cada año
al Ejército. Sus nombres se extraían del padrón de mozos que formaban el censo
militar. Ir a la mili era "servir al Rey".
. Los
hijos de las clases altas quedaban exentos o pagaban a otros de condición más
humilde para que les sustituyeran en la mili o en la guerra, como sucedía al
final del Siglo XIX en los conflictos de África, Cuba y Filipinas.. En una
palabra: una enorme injusticia pues iban a la guerra sólo los pobres. Las
familias humildes se arruinaban tratando de pagar un dinero para evitar que sus
hijos fueran a combatir.
En el
Reglamento de Reclutamiento y Reemplazo de primeros del Siglo XX se abolieron
los sistemas de Quintas implantándose uno nuevo en el cual seguía
habiendo injusticias. Incluía de nuevo la modalidad de "Redención a
Metálico y Sustitución". Los hijos de nobles y clases pudientes pagaban al
Estado para no ir a la guerra. Eran los llamados “soldados de cuota” y era
la época de la guerra de Africa. Se libraban de la mili o pagaban a otros
para que se la hiciese. Esto causó a veces graves incidentes como ocurrió con
la llamada “Semana Trágica de Barcelona”. La situación
injusta creada por este tipo de reclutamiento se arregló parcialmente con el
Reglamento de 19 de Enero de 1912 y la
Ley de Bases del Servicio Militar, la figura del
"soldado de cuota" seguía existiendo pero no eximía de la mili sino
que como mucho la reducía en el tiempo. Podía elegir la Unidad militar en donde
servir y corría a su cargo el vestuario y el equipo. La cuota a pagar según los
casos variaba entre 1.500 y 5.000 pesetas. Mucho dinero para aquellos tiempos.
La Guerra
del Rif, también llamada la
segunda Guerra de Marruecos o Guerra de África, fue un
enfrentamiento originado en la sublevación de las tribus rifeñas (región montañosa del norte de Marruecos) contra las autoridades coloniales española y francesa, concretada en los Tratados de Tetuán (1860), Madrid (1880)
y Algeciras (1906) completado éste con el de Fez (1912).
La guerra movilizó en el bando español casi medio millón de
soldados y en ella murieron o fueron heridos mas de 30.000
En el bando rifeño participaron unos 80.000 soldados y en
ella murieron o fueron heridos unos
15000.
Un autentico desastre
Los problemas sociales y políticos de la época y el Desastre de Annual permitieron que,
Primo de Rivera, de ideales militaristas, nacionalistas y autoritarios, diera
un golpe de Estado (13 de
septiembre de 1923)
con el apoyo de diversos sectores de la sociedad española (militares,
industriales y sectores conservadores en general), suspendiendo la Constitución ,
prohibiendo la libertad de prensa, disolviendo el Gobierno y el Parlamento e
implantando un régimen
dictatorial.
Tras su acceso al poder, abandonó sus anteriores posiciones
abandonistas y de modo contrario, consolidó la presencia española en Marruecos
mediante una victoria militar (el desembarco
de Alhucemas 8 de septiembre de 1925) que puso fin a años de permanentes guerras y dificultades,
Alcalá de los Gazules no fue ajeno a este estado de cosas.
Muchos
varones de nuestro pueblo se vieron obligados a acudir a los reclutamientos
para la guerra de Marrueco y desgraciadamente muchos no regresaron, enterrando
sus vidas y cuerpos en la arenas del Rif, ya que en la mayoría de los casos los
cadáveres no se repatriaron.
La angustia, la indignación y el dolor alcanzaron cotas muy
elevadas. Tras las derrotas iniciales llegaban las luctuosas noticias y el
pueblo vivía una continua desesperación.
El triunfo hispano-francés en Alhucema puso fin al conflicto
pero el daño humando era desgraciadamente irreparable.
Ante tanto dolor el ayuntamiento de nuestro pueblo acordó
rendir un homenaje popular a los caídos a los que se consideraron héroes de guerra. Se levantó entonces
un monumento conmemorativo consistente en una cruz a la que se acompañó de una
lápida nombrando a nuestros paisanos Hijos
Predilectos.
La cruz y la placa se colocaron en la Plaza de san Jorge, entre la Parroquia y la antigua
Casa del Cabildo en la Puerta
del Sol.
La cruz fue reformada en los años cuarenta, readaptándola
para homenajear a los caídos en el bando Nacional en la Guerra Civil , añadiendo una
peana con el rótulo “CAIDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA”
La cruz fue retirada a comienzos de los años ochenta del
siglo pasado. Quizás nuestros munícipes desconocían la razón inicial de dicha
cruz, aunque no he entendido nunca lo de la retirada de la placa.
Estoy
en la tarea de reconstruir esta parte de nuestra historia con la intención de
conocerla pero sobre todo para poner nombres a todos esos hijos de Alcalá que
han quedado en el anonimato y que merecen al menos nuestro reconocimiento y
recuerdo.
Quiero aprovechar estas breve reseña para hacer un
llamamiento a todos/as los que hayas tenido familiares que de alguna manera
participaron en esta guerra para ver si entre todos podemos ponerles nombre.
Merecen nuestro recuerdo.
Jaime Guerra Martínez
3 de Enero de 2018
0 comentarios:
Publicar un comentario