viernes, 15 de febrero de 2019

FOTOS DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "POEMAS PARA LA VIDA" DE CRISANTO CALERO RUIZ

PRESENTACION DEL LIBRO
POEMAS PARA LA VIDA
DE
CRISANTO CALERO RUIZ

Jaime Guerra Martínez

Febrero nos trae hoy a Alcalá la alegre noticia de una nueva publicación que ha brotado en el consciente de un alcalaíno que desgarra su corazón para mostrarnos su mundo interior y exterior en un alarde de generosidad que agradecemos.
No todos somos capaces de mostrar nuestra alma, nuestros sueños, nuestros sentimientos y realidades, y mucho menos no todos somos capaces de dejarlo por escrito.
Ello es un signo de valentía, propia solo de los enamorados de la vida que quieren que sus vivencias sean testimonios para que cada cual lo tome como quiera. Ahí están.
Aprender de la memoria es una opción. Pero esa opción que nosotros podemos aceptar o no, constituye la memoria, con mayúscula, de los pueblos y se inserta en nuestro Patrimonio como un bien cultural intangible, que no se puede tocar, que solo se puede distinguir por la inteligencia y lo sensible, porque se tratan de cosas inmateriales, aunque en el caso de la literatura es posible conservar trazas materiales de este patrimonio, como es el caso, en los escritos. Un libro es el mejor ejemplo.
Trasmitir lo aprendido y sentido es algo sin precio porque ello viene a enriquecer el patrimonio cultural tan denostado a veces. Este patrimonio cultural entrelazando vivencias del patrimonio natural posibilita la formación de ciudadanos conscientes de la pertenencia a una comunidad.
Crisanto Calero Ruiz, incrementa con esta publicación nuestro Patrimonio. Y lo hace, no desde una posición académica reglada, desde el Olimpo, que muchas veces presupone (aunque a veces erróneamente) una categoría intelectual. Crisanto lo hace desde ras del suelo, a la misma altura de los personajes, los árboles y los sentimientos, y eso le da el valor de lo próximo y de lo auténtico, y por eso es muy fácil identificarse con sus vivencias y su poesía.
Sin embargo como los pájaros de su poesía, cuando han comido y bebido, Crisanto levanta el vuelo para que se vea el color de sus alas y se escuche el trino de su canto. Por eso su poesía es de luces y colores, y dibuja en ellas un arco iris de eternas sensaciones que engordan nuestro ánimo.

La vida no es fácil para nadie. Pero los que usan su memoria para enriquecer el patrimonio cuentan con el hándicap de que esta se muestre a veces esquiva porque el tiempo es muchas veces ingrato y en ocasiones cruel.
Pero Crisanto es una de esas personas difíciles de encontrar, que optan por arrancarle a la dificultad trozos de su belleza y roen una y otra vez la madera para extraer la savia que el sabe que está ahí, que fluye aunque no se vea.
Por eso cuando hace unas semanas mi cuñado Andrés Moreno me hizo participe de la presentación de un libro, le pregunté de quien se trataba. El me respondió: aquí tienes el libro, es de Crisanto. Inmediatamente le dije que si.
No pensé si lo haría bien o mal, solo pensé, si es que me dio tiempo, que a Crisanto no le podía decir que no, a parte porque para mi es siempre un honor participar en este tipo de actos.
Cuando me quedé sólo empecé a recordar cosas de Crisanto, y se me vinieron muchísimas imágenes de los tiempos jóvenes que compartimos sobre todo en el Instituto, sobre todo en el patio de recreo:
Sus canastas a gancho imitando a Crifor Luis.
Sus saltos espectaculares en longitud  y altura.
Sus carreras de fondo en el Prado y San Jorge.
Sus trallazos en balonmano.
Y sus saques de bandas en el campo de futbol del Prado, que eran cornees y goles en la cabeza de Pedro el Conde. Como gritábamos los chiquillos. Que alegría nos procuraba.
Nunca lo vi enfadado, y menos mal, ni siquiera cuando los bajitos de estatura nos amarrábamos a los brazos y nos quedábamos colgados. Se giraba, bajaba los brazos y nos dejaba en el suelo. Se reía, se reía, se reía, con esa risa grande y generosa que solo sale de corazones generosos y nobles.
Siendo más mayores, el casado y yo también, cuando hemos coincido, nos hemos tratado con afecto y hemos compartido momentos siempre agradables.
Pero claro hoy no se trata de contar batallitas. No se trata de eso.
Se trata de su libro.
Asi que lo mejor era empezar por leerme el libro.
Y me puse a la tarea.
Conforme lo fui leyendo me fui entusiasmando y fui descubriendo al Crisanto que de joven yo había tratado.
Fue saliendo a la luz en cada poesía retazos de vivencias con los que ha ido construyendo el sendero de su vida, que en gran medida es la de muchos de nosotros.

107 poesías.
650 cuartetas.
2600 versos forman el coctel poético que hoy Crisanto nos ofrece en este libro lleno de reflexiones sobre la vida.
No es fácil darle unidad a una diversidad poética, pero en ella hay un hilo conductor, que es la experiencia vital. Lo que nos cuenta Crisanto en este libro no es otra cosa que retazos de su vida, sus experiencias vividas y sentidas que el pone, limpia de polvo y paja, para que reflexionemos sobre lo que nos puede pasar a cada uno de nosotros. En ocasiones cuando uno va leyendo vamos mirándonos en nuestro propio espejo, y otras veces observamos desde fuera realidades que están ahí, por las que pasamos sin mirar y él, de manera acertada, nos la recuerda y nos la presenta. Todo ello en pleno contacto con la naturaleza de la que ha tenido la oportunidad de disfrutar y defender profesionalmente y por convicción. En el contexto juega con las referencias a los animales, las plantas y las flores usándolas como metáforas de realidades y sueños.
Las golondrinas, los tordos, palomas, ruiseñor, la rana, los grillos, los topos, venado, zorzal, petirrojo, mariposas, caballos, perro, cigüeña, pito real, grullas y cucos, etc.… nos reflejan la variedad de intereses, la diversidad de miradas de un corazón que respira una “economía sostenible” que hagan al hombre un elemento de la naturaleza no un explotador que la violente.
Por ello se le rebosa el verso de ternura ante el jazmín, las rosas, la albahaca, el clavel, la lavanda, el azahar, el alcornoque. Y eso lo hace quien lleva el nombre de una flor de oro, el crisantemo. Todo lo mezcla, lo funde con el olor al pan, la lluvia, el levante, el carbón, el queso, el rocío, el gazpacho y como no el vino, blanco o tinto. Así va sumando ingredientes a un collage de experiencias, de vivencias, como si construyera una colcha multicolor de muchas aplicaciones como hacían nuestras madres.
Su poesía tiene en muchas ocasiones la rusticidad de lo manufacturado, de lo hecho a mano, como un artesano bravío, que trabaja la madera con una navaja, no preocupándole el refinamiento excesivo pero si la exposición de imágenes que nos impactan, que nos llegan, que nos trasmita. Lo que no emociona no puede producir arte, y sus versos francos, sinceros, y directos, no están exentos de innegable belleza, que gustan releer varias veces.
El mismo lo dice; la poesía es
Poder oír tu voz
Cada DIA al levantarme
Contemplar juntos la puesta de sol
Y sentir tu presencia al acostarme.

Ese “TU” no es solo la voz de la amada, es también la voz de la amistad, de la familia, de los amigos, de la naturaleza, del hombre que sufre, del niño, del joven, del anciano, del que ríe y del que llora.
Crisanto se define entre líneas como: Un hombre libre que valora la libertad como una imprescindible amiga y siempre espera ese arco iris que vuelve tras los versos como un escape hacia el cielo.
Un ecologista práctico que cree en el desarrollo sostenible.
Un alcornoque centenario de buen corcho y recias bellotas.
Un amigo agradecido para soñar en compañía.
Un filósofo que responde a las enseñanzas de los sabios bravíos.
Un enamorado de la verdad y la palabra al que se le queda estrecha la camisa del hombre feliz, pues su corazón no le cabe en el pecho.
Un silencioso enamorado que reza a la virgen de los Santos y canta a la plaza Alta, al molino de viento, a la salina de las Joyas, a la Playa, a la Pastoriza y a la zua, a los Carrascales y al Parque natural de los alcornocales
Un Segismundo que rompe las cadenas para soñar despierto.
Un agradecido por el dia a día que le permite disfrutar del amanecer de los buenos sentimientos y de los nobles proyectos.
Un labrador de esperanzas que rompe terrones de ignorancia e injusticia.
Un maestro de promesas y secretos, empeñado en retener a los amigos de aquellos tiempos de gloria.
Una pasión que mira con ojos de niños buscando tesoros en las cosas pequeñas.
Un aventurero de la voz y la palabra envuelta en la sonrisa de una alegre existencia.
Un Cuentacuentos de viejas cazuelas y de puchero de la abuela.
Una melodía de humedades y silencios que mira al cielo buscando las estrellas.
Un carnavalero de paladar fino y piano de cola, de esteros y olas gaditanas.
Un cantaor que calienta el aire con los árboles que mueren.
Un reivindicador social porque soñar no va a estar nunca prohibido.
Crisanto sentencia en sus versos algunas máximas para la vida:
Mi huerto del deseo con vuestra amistad se labra.
Sin riesgo no hay solución.
Mira que el invierno es frío mas fría es la soledad.
Me conformare con soñar si estoy contigo hasta el alba.
A lo largo de su camino poético y su vida se queda con:
El amor sin razonamiento de los niños.
Con la juventud que vive el momento.
El tiempo que maquilla lo vivido.
Con la voz que rompe el silencio.
Se queda:
         Con el amor del cuidador que es la vida del enfermo.
Con las flores de mayo que festejan a las madres.
Con ver salir el sol todos los amaneceres.
El ocio compartido con los amigos.
La mirada furtiva de los enamorados.
El elixir que embeleza el sabor de la añoranza.
Se queda
Con el redoble del pito real.
El canto de una voz desgarrada.
La desnudez del almendro florecido.
El sudor del que sobrevive.
El éxtasis esperado.
Se queda con
El sueño sin ruido.
La capacha del amigo.
La libertad que respeta las ideas.
La música de la vida.
La poesía que sirve a la naturaleza del sustento.
Se queda con
La lluvia de pétalos y polen de primavera.
El huerto de su conciencia y
Las vivencias que residen en la memoria.
Condena al olvido
Las malas experiencias.
La vela que se apaga.
Los senderos que no conducen al amor.
Los árboles secos en los que no cantan los pájaros.
El papel que no admita un poema, y el día que se agote la fuente de inspiración
Condena al olvido
A la tierra seca.
Al corazón que calla cuando el amor muere.
La amistad con cláusula de reciprocidad.
La soledad no buscada.
Los amantes de la paz que asesinan en su nombre.
El juego del cuco en nido ajeno.
Condena al olvido
El tiempo gastado inútilmente.
El amor adulterado.
El abandono de la masa forestal.
Las promesas incumplidas.

El titulo POEMAS PARA LA VIDA es el preludio de un canto a la esperanza para todos, donde Crisanto se muestra como un jabato, luchador continuo entre la realidad asumida (mi soledad no buscada, dice él) y su deseo de no entregar la cuchara respondiendo como la naturaleza al ataque de los hombres “con flores, perdonando su torpeza”
La lección de vida no puede ser más mágica, sincera y generosa.
Me siento profundamente agradecido por permitirme participar, Crisanto, en la presentación de este regalo para la vida que me ha hecho vivir y soñar, y que hoy me hace estar de nuevo contigo en esta cancha para balancearme en los hilos de tu memoria, sabedor que tu respuesta como cierre será la risa alegre y contagiosa de un hombre bueno, de un niño grande y de un amigo sincero.
Un PASEO POR LA VIDA que Crisanto presenta hoy es un autentico regalo.
Aunque solo sea por eso, por habernos entretenido, te estamos agradecidos. Las enseñanzas que las tome el que quiera.
Gracias y felicidades por tu libro
Ahora nos toca a todos y todas leerlo y disfrutarlo.


  
15 de febrero 2010
Centro Cultural Santo Domingo































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