Todos esperábamos la salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. La Alameda de la Cruz estaba abarrotada de público. Vimos aparecer al Nazareno por la puerta de la Iglesia de la Victoria y como tomaba la calle Real dirección a la Plaza de los Emigrantes.
A continuación aparece la Virgen y no había llegado a la Alameda, cuando empezó a lloviznar. Rápidamente volvió la Señora a su templo, para evitar que se mojase.
El Nazareno que en su procesionar había llegado a la mediación de la calle Real, se dio la vuelta y volvió a su templo. Aunque llovía débilmente tuvieron que cubrirlo con un plástico para que no se mojase.
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