miércoles, 3 de abril de 2024

ENCUENTRO EN LAS ALTURAS - NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

 

                            ENCUENTRO EN LAS ALTURAS 

 

         El día 20 de marzo comenzó la primavera. La Semana Santa estaba en puertas. A la hora tercia, en algún lugar del Universo tuvo lugar un encuentro apremiante de seres especiales y bondadosos. La situación era difícil en algunos lugares de la Tierra, aunque nunca tan grave como otras que también aterran, como: hambre, epidemias, odios, guerras…

 

“NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA”

 

Convocaron Asamblea

todos los Santos del cielo

por ver en Semana Santa

cuál era el mejor tiempo

que allí, abajo, hacía falta.

 

Se sentaron a la mesa

con voluntad de consenso,

sensatez en la cabeza,

sin rencores ni aspavientos,

con decisión y nobleza.

 

Asistieron en nombre de ellos:

Pedro, Santiago y José,

Simón, Tomás y Mateo,

Andrés,  Juan y Bartolomé,

Felipe y Judas Tadeo.

 

Y en representación de ellas:

Isabel, las dos Teresas

(luciendo vestido blanco),

Ana, Ángela, Catalina

y María la de Los Santos.

 

El Señor que presidía

a los presentes habló:

-“¿Qué tiempo en Semana Santa,

os parece que es el mejor

después de seca tan larga?

 

Tras un intenso debate

con orden y empatía,

se analizó la situación,

como mejor procedía

y nadie el respeto faltó.

 

Las Santas, como es costumbre,

en un tono dulce de voz,

comentaron que ellas, por fin,

tenían también su razón

para opinar y decidir.

 

La discusión prosiguió

con generosa actitud,

siempre en buena armonía,

sin la menor acritud

y ¿por qué no? ... con alegría.

 

Al final de la sesión

se pudo lograr un acuerdo

que en Acta se recogía

y todo lo que fue expuesto

se aprobó por mayoría.

 

“Reunidos los Presentes,

y vistas las circunstancias,

acordamos que es lo mejor

que llegue agua en abundancia

en la Semana de Pasión.

 

Que ante la falta de lluvias,

los Santos desde los cielos,

sabemos mejor que nadie

que éstas son más consuelo

que Nosotros en la calle.

 

Y si tenemos en cuenta

que igual sufrimos los Santos

los daños por lluvia y viento,

preferimos mientras tanto

quedarnos en nuestros templos.

 

Que aunque nunca suele llover

a gusto de todo el mundo,

en los templos estaremos

todos los días del año

por si alguien quisiera vernos.

 

Y aunque somos conscientes

del perjuicio que causarán

al ocio y hostelería,

dichas lluvias alegrarán

a una inmensa mayoría.

 

Y, sin más asuntos que tratar,

siendo la hora sexta

del día señalado

se levanta la sesión

felices por lo acordado”.

 

Que ya en el año que viene,

si Dios y Santos lo estiman,

tendremos un tiempo mejor,

pero el agua da la vida       

y damos las gracias a Dios.        

                                                     

Paco Gil García

31/03/2024


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