Ni “un simple juego” ni, tampoco, “un juego simple”
Mª del Carmen Rodríguez López
Un lugar mágico
Poesías y cuentos
para niños y niñas
Soy
consciente del riesgo que corro al declarar mi sorpresa por la elevada calidad
literaria y por la intensa fuerza didáctica de este libro de poesías y cuentos
dirigido a niños y niñas. María Luisa Niebla López, en su detallado y oportuno
prólogo, nos adelanta que también a nosotros, los adultos, “como si fuéramos
infantes con la ilusión a flor de piel”, nos puede servir si estamos dispuestos
“a disfrutar de un juego sin límites de la imaginación”. Tras la lectura y el
análisis de los poemas y de los cuentos, y la atenta contemplación de los
dibujos realizados por tres adultos y por cuatro niñas, me siento obligado a declarar
que, a mi juicio, esta obra constituye un modelo ejemplar para los escritores,
profesores y pedagogos que estén dispuestos a indagar en las claves que
determinan su calidad literaria y su eficacia estética.
Aunque
es cierto que agradar o divertir a los lectores no pueden ser los objetivos
supremos de los libros, también es verdad que, si resultan aburridos,
difícilmente lograrán alcanzar las otras metas que se proponen. La originalidad,
la creatividad y la agilidad de esta obra, cuya “arquitecta” es la escritora Mª
del Carmen Rodríguez López, constituyen las razones de su calidad didáctica
porque, como es sabido, la literatura, los dibujos y los juegos son unas herramientas
pedagógicas fundamentales en la educación infantil y en nuestro aprendizaje activo
a lo largo de la vida. ¿Cómo? Facilitando la comprensión y retención de conocimientos,
y, sobre todo, desarrollando habilidades cognitivas y estéticas que estimulan
la memoria, la atención y la resolución de problemas.
Estos
versos y estos dibujos fomentan la creatividad y la imaginación, favorecen la
capacidad de innovar y de pensar fuera de lo convencional y refuerza la
socialización y la colaboración mediante el trabajo en equipo. Estoy convencido
de que a muchos les ayudará descubrir el mundo que les rodea y su propio interior,
y, por lo tanto, a aprender, a crear y a disfrutar.
En
mi opinión esta obra nos proporciona a los niños y a los adultos algo más que
una distracción, una diversión o un mero entretenimiento porque puede contribuir
al desarrollo de valores y de habilidades personales, al cultivo de valores
humanos tan importantes como la disciplina, la constancia, la generosidad, el
respeto a las normas, la empatía con los compañeros, el compromiso y, por
supuesto, a generarles alegrías y esperanzas en medio de una atmósfera tan cargada.
Y, por supuesto, son propuestas eficaces y amables capaces de difuminar los
rasgos de aburrimiento, de tristeza y de mal humor. Estoy convencido de que no
es el fruto del azar sino la muestra de las personales habilidades de la
autora: no es “un simple juego” ni, tampoco, “un juego simple”.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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