Tras
dudarlo durante varios días, finalmente, empujado por las peticiones de tres
lectores –Juan, Luis y Antonia- me he decidido a publicar esta breve
explicación de una palabra que, desde hace ya varias semanas me han pedido
dichos amigos. Lo hago a pesar de que, en mi opinión, resulta un rollo.
Enfermo
La palabra “enfermo” deriva del término latino
compuesto in- firmus: firmus –significa firme, sólido,
estable, resistente, fuerte. In- es un prefijo de negación. Infirmus,
por o tanto, es “no firme”-, y servía para indicar a las personas que eran
incapaces de mantenerse firmes, levantadas, activas, de pie. Está infirmus quien, por
padecer alguna dolencia grave, se ve obligado a permanecer tumbado, acostado,
postrado en cama.
Este significado han conservado, hasta nuestros días,
tanto la palabra italiana “infermo” como la castellana enfermo, y sus
derivados enfermedad, enfermería (de infirmarium), enfermar,
enfermera o enfermizo. Pero, el infirmus latino se
aplicaba también a las personas débiles o endebles que, auque no padecieran
dolencias físicas, tampoco eran capaces de mantenerse firmes.
Esta palabra latina ha experimentado en otros
idiomas europeos modernos una evolución diferente. Ni el francés infirme
ni el inglés (infirm) significan "enfermo", sino débil,
achacoso, enfermizo, lisiado, inválido o impedido, y otro tanto sucede con infirmité
e infirmity, que no deben confundirse con maladie e illness.
Quizás nos resulte interesante recordar el origen de otra
palabra estrechamente relacionada con “enfermo” como “firmamento”
El nombre que hoy damos al firmamento deriva
de un error de traducción de la Biblia. Al comienzo del Génesis, en el relato de la Creación, leemos cómo Dios creó la luz
e, inmediatamente, la bóveda celeste o firmamento, que en hebreo llamaron raqia
(extensión). Los traductores de las Sagradas Escrituras al griego confundieron
esta palabra hebrea con una palabra siríaca de grafía idéntica, pero que
significaba "solidez", de modo que la tradujeron por stereoma (construcción sólida).
Cuando, en el siglo V, San Jerónimo realizó la
traducción Vulgata de la Biblia, recurrió lógicamente al latín clásico firmus
(firme, sólido, fuerte) para traducir esta palabra griega, y llamó firmamentum
(lo que está firme, sirve de fundamento y de apoyo) a la bóveda celeste.
Del latín firmus derivan, como es fácil de imaginar, los verbos afirmar (de affirmare,
"asegurar"), confirmar, “corroborar” y firmar (de firmare,"dar fuerza,
afirmar"). La firma, como
es sabido, es el nombre y los apellidos de una persona que se ponen al
pie de un documento para darle fuerza; es decir, para proporcionarle
autenticidad y para declarar que se aprueba su contenido. En otras ocasiones propondré algunos ejemplos –también
solicitados por los mismos amigos- de términos pertenecientes a los campos de
la Anatomía, de la Patología y de la Farmacología.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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