Con el pórtico abierto de la
Semana Santa, parece obligado hacer referencia a un acontecimiento que ha tenido lugar en la diócesis
Asidonia-Jerez y que afecta igualmente a la religión católica en Alcalá y toda
la comarca de la Janda.
La diócesis de Asidonia-Jerez ha
elaborado, en el año 2014, una historia de los 750 años de cristianismo de
Jerez y su comarca. La ha titulado “Limes-Fidei” (Lindes o fronteras de la fe). A la historia ha acompañado una
“Magna exposición” documentada con fotos, lienzos, textos y restos
testimoniales conservados en la iglesia catedral de Jerez, en las parroquias y
en las ermitas que aún perduran en la
antigua diócesis asidonense.
El contexto histórico se inicia
en el año 409 d.C. cuando tiene lugar la primera invasión germánica en España
penetrando en la península los suevos, vándalos y alanos. Presionados los
alanos por los visigodos se unen a los vándalos y juntos pasan a África. La
segunda penetración la hacen en el 414 d.C. y se distinguen dos períodos: el
arriano (414-586) y el católico (586-711).
Los vándalos dieron el nombre a
Andalucía (Vandalucía) y se dedicaron a la agricultura, mientras Los reyes
visigodos andaban en continuas rivalidades y conspiraciones. El último rey fue
don Rodrigo y, en una de estas conspiraciones, se produjo el hecho
trascendental de la invasión musulmana. Los árabes ayudados por el conde don
Julián, gobernador de Ceuta, cuya hija Florinda había sido ultrajada en Toledo
por el rey –según la leyenda-, pasaron el estrecho mandados por Tarik. Don
Rodrigo sale a su encuentro y se produce la batalla del Guadalete o de la
Janda, en la que los visigodos son derrotados, al pasarse al enemigos los dos
hermanos de Witiza, Gisberto y el obispo don Opas. Don Rodrigo huye y
desaparece, mientras su ejército lo abandona sin que se vuelva a saber de él.
Los invasores visigodos
constituían una casta militar con su aristocracia, formada por reyes, nobles,
duques, condes…Esta casta se posesiona de un tercio del suelo y establece una
sociedad rural de terratenientes y campesinos formados por colonos (bucelarios)
y siervos. Los hispanos romanos, mucho más cultos y organizados que los
visigodos, imponen sus costumbres cívicas: la lengua latina, la religión
católica, la legislación romana (Fuero Juzgo), la cultura grecolatina y la
fusión de razas.
La Iglesia influye decisivamente
sobre los pueblos bárbaros, salvando y conservando la civilización del Imperio
Romano en las colonias. Los visigodos ya eran cristianos, aunque arrianos, pero
se convirtieron al catolicismo en el III Concilio de Toledo al llegar a España,
influyendo por medio de sus obispos, sus concilios y sus asambleas religiosas.
La cultura de los visigodos tuvo como base la romana, la galo-romana y la
hispano-romana.
Las grandes lumbreras de la
Iglesia hispana fueron San Leandro y San Isidoro de Sevilla (570-636). Sus
obras más importantes fueron Las
Etimologías y la Historia de los Reyes Godos: vándalos y
suevos. El arte visigodo se inspira en la arquitectura romana con
influencias bizantinas: arco de herradura o visigodo, ventanas geminadas
partida en dos por una columna y ábside rectangular. Donde se ha conservado
mejor es en la orfebrería.
Según la obra citada,Las primeras comunidades cristianas de
nuestra región debieron de ser pequeñas y dispersas y, probablemente, no
constituyeron entre ellas una estructura de organización eclesial como tal.
Según la obra “Limes Fidei” de la diócesis Asidonia-Jerez, “El fuerte arraigo
que aún en los primeros siglos gozaban los cultos paganos heredados del mundo
romano, ralentizó tanto su introducción como su desarrollo.Cuando la extinción
del Imperio, el pueblo visigodo asentado en Hispania abrazó la fe, aquellas
comunidades se estructuraron alrededor de un obispo y, en nuestro ámbito,
fundaron una diócesis que, tradicionalmente se ha venido en llamar
“asidonense”, término que hace referencia a una amplia zona geográfica que
abarcaba la actual provincia de Cádiz y parte de la de Sevilla. Será el siglo
VII el de mayor esplendor para el cristianismo asidonense visigótico,
constatándose las grandes fundaciones de los Santos Mártires (Medina
Sidonia)San Ambrosio (Barbate), Cortijo de la Higuera (Utrera), Santos Nuevos
(Alcalá de los Gazules) y La Oliva (Vejer), además de otros santuarios y
ermitas de los que subsisten restos menores.
El creador de estas iglesias y
ermitas fue el obispo Pimenio. Y donde se pueden ver aún columnas y
ornamentación visigótica es en la ermita de los Santos Mártires de Medina.
Juan Leiva
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