Ilmo. Sr. Alcalde y
Corporación Municipal
Representantes de los centros
educativos y asociaciones
Sras. presidentas de la AMPA y de la Asociación de antiguos
alumnos
Profesorado, alumnado y
personal de administración y servicio
Padres y madres
Queridos Diego y Elena
Amigos todos.
Gracias por venir a compartir
con nosotros este día de júbilo y reconocimiento.
Enseñar es un sentimiento que emociona, porque nos
acerca al corazón
del enseñado para transmitirle lo que consideramos bueno para él.
Todos los oficios tienen un maestro y todos hemos
tenidos decenas de maestros y maestras que hemos descubierto después que han
pasado los años. Aprendemos de los demás, de la observación, de las palabras o
de los hechos, del ambiente con el que nos relacionamos.
Aprendemos desde que nacemos, respondiendo primero a
lo más elemental que nos pide el cuerpo: calor, leche materna y cariño. Por eso
la primera maestra es nuestra madre, nuestros padres.
El trascurrir del tiempo nos va enseñando a andar sin
caernos, levantarnos miles de veces, mientras nos enseñan la lengua con la que
nos vamos a comunicarnos toda la vida. En pocos años, envueltos en un cuerpo
pequeño hemos aprendido a andar y comunicarnos, hemos mamado sentimientos y ya
estamos preparados para reír y llorar con conciencia, y hemos aprendido también
con conciencia a tamizar todas las enseñanzas que nos llegan.
Estamos preparados. Y un día sin saber porqué nos
llevan a un edificio, que siempre nos parece muy grande. Aparecen cientos de
niños como tú, y unos señores y señoras mayores, desconocidos, que nos dicen:
Yo
soy el maestro; yo soy vuestra señorita.
Ahhh,
esto ya es otra cosa.
Eso
no me lo han enseñado.
Esto
es una barca atada a otras cuerdas.
¿Dónde
voy, donde me llevan?
Empieza la enseñanza reglada, la escuela
institucionalizada.
A
lo mejor no nos hemos dado cuenta, o no lo hemos pensado, pero es como el
destete.
Hay que dejar el chupe, hay que levantarse a una hora,
hacer lo que nos dicen, y como nos lo digan. ¿Y a cambio de qué?. Pues a cambio
de lo que llamamos enseñanza que luego con los años todos agradecemos.
Ese primer día el maestro, la maestra, repasa con la
mirada al alumnado, les habla, los toca, incluso los besa.
Y ahí empieza la historia.
Si ese momento está cargado de amor, de ilusión, de
utilidad todo será mucho más fácil
Por eso digo que enseñar es un sentimiento que
emociona pero hace falta mucha vocación para no errar en el intento.
Quienes apuestan, creyéndoselo por la ESCUELA, están
tocados por un sentimiento de amor al prójimo, están embadurnados de una gran
conciencia social, de la creencia firme de que la felicidad es la meta del ser
humano. Para ello hace falta brindar a todos la oportunidad y la escuela ofrece
la posibilidad de situarnos a todos al mismo nivel si contamos con una
auténtica igualdad de oportunidades. Ahí está la mejor opción para la igualdad
social. Después todo dependerá de la voluntad y del trabajo y también un poco
de suerte, el estar en el sitio en el momento adecuado. Pero a la suerte hay
que ayudarle.
El instituto ha brindado a todos los alcalaínos esa
posibilidad desde hace 50 años. Miles de alumnos y alumnas lo pueden
corroborar.
Estamos en condiciones de afirmar que tres
generaciones se han formado en nuestras aulas y han aprendido de nuestro proyecto
educativo valores eternos. Hemos ayudado a formar hombres y mujeres libres,
capaces de afrontar los estudios posteriores con posibilidades de éxito.
Por eso hoy desde la perspectiva que me da el haber
sido alumno y ser actualmente profesor, tengo que valorar y reconocer no sólo
en nombre del Instituto sino en nombre del pueblo de Alcalá, tengo que valorar
con matricula de honor el proyecto que hace 51 años la corporación municipal,
presidida por don Miguel Puelles y un grupo de profesores y voluntarios, y de
padres y madres, pusieron en marcha. Hoy aquella ilusión es una realidad, y
bendita realidad.
La asociación de antiguos alumnos/a, presidida por
doña Juana María Ríos, recogiendo ese sentir solicitó para nuestra institución,
porque nuestro instituto se ha ganado ser una institución en Alcalá, solicitó,
como digo, la máxima distinción de la ciudad.
Muchas gracias
Por todo ello el sentimiento que me embarga es el de
agradecimiento a la corporación municipal presidida por don Javier Pizarro, a
los padres y madres, al alumnado, al personal de administración y servicio, al
AMPA a los muchos colaboradores desinteresados y a la inspección educativa.
Me toca a mi por circunstancias, recoger esta
distinción y reconocimiento, que lo comparto con todas y con todas porque de
todo es. Y me toca compartirlo especialmente con aquellos primeros profesores,
encabezados por la primera directora, doña Elena Toscano Sánchez.
Luego
todo ha sido dejarse llevar.
Hoy la labor la desarrollamos un grupo de
profesionales de la enseñanza ilusionados en un proyecto que han hecho suyo,
algunos con décadas en nuestro centro. Gracias porque seguís haciéndolo posible.
Hoy toca agradecer y congratularnos todos.
Pero mañana toca seguir construyendo una Escuela participativa
y útil, democrática, dinámica que dé respuestas permanentes a los cambios y
circunstancias. Un Escuela integrada en el tejido social de Alcalá y que sirva
de fundamento a las realidades y proyectos de nuestro pueblo.
De aquí han salido y tiene que seguir formándose
quienes están llamados a crear un pueblo con esperanzas, donde podamos tener
siempre la convicción de que la enseñanza es un sentimiento que nos permite ser
feliz.
Ese es nuestro objetivo.
Con esa ilusión, recojo y agradezco esta condecoración.
Muchísimas gracias,
Jaime Guerra Martínez
Director del Instituto
Alcalá de los Gazules, 13 de Diciembre de 2019
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