La permanente unidad de la vida y la muerte.
José
Regio
Poemas de Dios y del Diablo
Madrid,
Hermida Editores, 2021
Oportuna, sin duda alguna, la
publicación de esta obra, una de las creaciones poéticas contemporáneas más
importantes de la lengua portuguesa, y acertada, por supuesto, su edición
bilingüe. Los textos escritos de poesía lírica son partituras, soportes
visuales para que los recitemos en voz alta porque, como es sabido, sus sonidos
son elementos esenciales para que disfrutemos de sus ritmos y de sus melodías.
Por eso me permito sugerir -incluso a los que no dominen el idioma portugués-
que lean en voz alta las dos versiones.
Comprobarán cómo los sonidos generan
unas sensaciones conectadas a experiencias emocionales e imaginarias. Esta es
la razón por la que las diferentes composiciones líricas se distinguen, sobre
todo, por la musicalidad, por los ritmos, por las pausas, por las melodías y
por la entonación. Los poemas nos suenan y nos resuenan mientras los leemos o
los escuchamos. Aquí reside en parte el disfrute que nos proporciona este arte
poético.
Teniendo en cuenta la escasa atención
que los lectores de lengua española hemos prestado a la literatura portuguesa,
en mi opinión, el conocimiento de esta importante obra nos proporciona una
visión bastante cercana de los contenidos y de los estilos que gozaron de notable
prestigio y de excelente crítica durante los primeros años del siglo pasado en
el país vecino.
Con su juego de palabras, de imágenes y
de conceptos estos Poemas de Dios y del
Diablo nos generan reiteradas sorpresas al proponernos unas cuestiones que
despiertan nuestra curiosidad, estimulan nuestro interés, mantienen la atención
y, finalmente, nos impresionan con las soluciones menos esperadas. Es una literatura
que nos descubre el resplandor y la oscuridad del misterio humano, y nos cuenta
la visión y los ecos emotivos que la realidad de las cosas cotidianas despierta
en José Régio.
Poemas
de Dios y el diablo, a través
de diferentes tipos de oposiciones de palabras, de sensaciones, de emociones y
de ideas, nos descubre la profunda respuesta que en el cuerpo y en el espíritu
generan los objetos y los episodios cotidianos de la vida. Mediante antítesis -
“amor y odio”, “blanco y negro”, “grande y pequeño”, “claro y oscuro”- y a
través de paradojas - “orgullo de la humildad”, “un vacío lleno de muerte”,
“amor cruel”-, el poeta nos explica esa contradicción existencial entre la vida
y la muerte que forman una unidad indivisible porque están simultáneamente
presente en cada etapa de muestra existencia humana.
Tengo la convicción de que esta obra -que
mezcla rasgos románticos, modernistas y vanguardistas- responde al modelo de
literatura vigente en la actualidad y muestra cómo el espíritu humano, cuando
se enfrenta con episodios dolorosos, estimula la reflexión sobre la complejidad
de la realidad humana, sobre la contradicción de los deseos y de los temores en
los que, en última instancia, estriba en esa permanente unidad de la vida y la
muerte que invade todo el dominio humano, esas dos partes complementarias de un
proceso irreversible.
José Antonio Hernández
Guerrero
Catedrático de Teoría
de la Literatura
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