¿Son compatibles la lealtad partidista y el interés personal?
Lluís
Orriols
Democracia de trinchera. ¿Por qué votamos a quienes votamos?
Barcelona,
Península, 2023
Para vivir, todos los seres vivos -las
plantas, los animales y las personas- necesitamos convivir porque la
supervivencia no es posible sin la colaboración. Los seres humanos sabemos que
ninguno de nosotros es autosuficiente porque todos somos frágiles, débiles,
vulnerables y, por lo tanto, interdependientes como personas, como familias,
como empresas, como pueblos y como naciones. Y, además, todos hemos comprobado
que el aislamiento nos debilita y puede ser mortal, y que la convivencia y la
colaboración son indispensables para la supervivencia individual y colectiva: son
uno medios y unos fines en sí mismos. Esta es una de las razones por las que
nos asociamos en diferentes “comunidades” según nuestros intereses, nuestras
ideas o nuestras aficiones.
El valor y la utilidad de este libro, que
trata sobre las maneras de adherirnos a los grupos políticos y, más
concretamente, sobre nuestros modos de votar radican en la concreción de sus orientaciones
para resolver los problemas colectivos, en la profundidad de sus análisis
psicológicos y sociológicos, y en la claridad de sus explicaciones concretas y
prácticas.
El politólogo Lluis Orriols, profesor y
vicedecano de la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de
Madrid, con sus ideas, con sus preguntas y con sus respuestas nos orienta y nos
estimula para que reflexionemos y autocritiquemos nuestras maneras de integrarnos
o de votar a los partidos. ¿Lo hacemos -nos pregunta- por lealtad o por
conveniencia? Él parte del supuesto de que la identidad partidista –con sus
males y con sus virtudes- posee un papel importante en el funcionamiento de la
democracia. Explica cómo nuestro voto es un mecanismo de control a los
gobernantes, es una manera de expresar nuestra confianza o nuestra
desconfianza, es una forma de seleccionar a los que ofrecen soluciones
adecuadas y de rechazar a los que no cumplen sus promesas.
Su pregunta inicial es el punto de
partida para los análisis de nuestras opciones como votantes: ¿debemos votar a
los partidos con cuyas ideologías estamos identificados o a los que responden a
nuestros intereses? Tras reconocer que quienes se identifican con los
gobernantes tienden a ser más indulgentes y buscan excusas para no reconocer
sus errores ni que “las cosas van mal”, también nos explica la conveniencia y la
necesidad de establecer unos vínculos emocionales para configurar nuestra
identidad social. Este conjunto de análisis, de reflexiones, de criterios y de
pautas orientadoras, en mi opinión, es un punto de partida válido para guiar
nuestra participación en la política y, también, para valorar nuestras colaboraciones
en los diversos grupos sociales y culturales. A mi juicio, puede ayudar a los
políticos, a los profesores, a los educadores y a los críticos para orientar la
reflexión y el manejo adecuado de los resortes emocionales, y para generar hábitos
de convivencia, de diálogo y colaboración.
José Antonio Hernández
Guerrero
Catedrático de Teoría
de la Literatura
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