Una amable invitación a la aventura, al diálogo y a la conversación
María Jesús Rodríguez Barberá
A
pluma de gaviota
Sevilla, Publicaciones del Sur Editores
En esta colección de poemas, María
Jesús, evidencia Gracias su agudo instinto literario, su encendido entusiasmo
por la belleza y a su esmerado aprecio por el rigor de la palabra, Nos muestra
su convicción de que los recursos métricos no son elementos meramente
decorativos sino unos instrumentos para expresar los acordes emocionales de su
alma. Sus rimas y, sobre todo sus ritmos, constituyen unos privilegiados
vehículos para sentir el paso del tiempo y para expresar el sentimiento del
recuerdo.
Nos explica cómo la rima es una manera
de canalizar la fantasía y, también, una forma de controlar la marea verbal.
Fíjense, por ejemplo, cómo sus versos, ilustrativos ejemplos constituyen unos
misteriosos puentes, no sólo de sonidos, sino también -como ocurre con la buena
música- de conceptos, de imágenes, de sensaciones y de sentimientos: de
dibujos, de pinturas y de melodías. Y es que María Jesús es dibujante, es
pintora y es música.
La lectura estas
composiciones nos demuestran que los recursos métricos no son elementos
meramente decorativos, sino unas herramientas mágicas con los que ella nos
expresa los acordes emocionales de su alma, y nos explica cómo las rimas y,
sobre todo el ritmo, constituyen unos privilegiados vehículos para regalarnos
generosamente las sensaciones y de las emociones que ella experimenta con cada
una de sus experiencias.
María Jesús nos demuestra cómo la rima
-una manera de canalizar la fantasía y una forma de controlar la marea verbal-
constituye un misterioso puente por el que transitan conceptos, imágenes,
sensaciones y de sentimientos. Y es que, como ella repite, en la lengua poética
los sonidos adquieren una singular relevancia. Ella me ha confesado que lee y
relee a los autores clásicos porque le proporcionan nuevos impulsos, porque la
inquietan, la interpelan y la estimulan para respirar el aire libre del
pensamiento y para sumergirse en el mar abierto de la fantasía. Y es que,
efectivamente cada una de las palabras de esos textos son fecundas simientes
que, iluminando las cuestiones de más palpitante actualidad, penetran en
nuestras entrañas, germinan y producen frutos gratos y provechosos.
Este vuelo de gaviota por el océano
de sus versos nutre nuestros deseos de vivir la vida de una manera diferente
haciéndonos pensar, sentir, emocionarnos, disfrutar, sufrir, llorar y reír, y,
en resumen, alimentan nuestras vidas y nos invitan a la aventura, al diálogo y
a la conversación.
José Antonio Hernández
Guerrero
Catedrático de Teoría
de la Literatura
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