Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
En esta
ocasión –querida amiga y querido amigo- en vez de referirme a una obra
concreta, prefiero invitarte a que visites la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. En vez de explicarte la
riqueza que atesora y la oferta gratis que nos proporciona, te dejo que, tras
visitarla, elijas la imagen que mejor explica la diversidad y la riqueza de su variada
oferta. ¿Almacén, museo, templo, farmacia o teatro? En mi opinión, este balcón
abierto, dirigido y animado por especialistas, entusiastas y cualificados técnicos,
nos regala unos servicios libres y gratuitos para que alimentemos nuestro
espíritu, para que curemos nuestras dolencias íntimas y para que disfrutemos
con la imaginación y con todos los sentidos.
He llegado a la conclusión de que quien, tras
conocer su variada oferta, si no se decide a leer, sólo puede aducir una razón:
que “no le da la gana”; porque aquí todos tenemos a nuestra disposición las
obras que necesitemos sin que nos pidan nada a cambio. Es posible que te
sorprendas cuando descubras esa serie de obras de cualquier autor o materia que
te proveen de sustancias mágicas y de energías saludables para ayudarte a examinar, a digerir y a
vivir tu propia vida, y que te sirven para que descubras nuevos mundos y para que
te relaciones con personas insólitas con las que, unas veces, te identifiques o
con las que, otras veces, discrepes.
Aquí sí
que todos los ciudadanos, de cualquier edad y de cualquier nivel cultural, puede
descubrir ese placer íntimo, creciente y expansivo de la lectura para extraer
de los episodios en apariencias anodinos los jugos deliciosos que nos alivian,
nos animan, nos vivifican, nos tonifican y nos divierten. Porque,
efectivamente, el gusto por la lectura -igual que el paladar-es una facultad
que nos permite disfrutar, pero a condición de que lo eduquemos. Ésta es una
manera gratificante de ensanchar nuestra capacidad de sentir, de evocar, de
pensar, de soñar y, por lo tanto, de vivir.
Aquí podemos
encontrar esos libros que son –o pueden ser- los amigos fieles que nos esperan
dispuestos a acompañarnos, a llenar nuestros tiempos vacíos, a sugerirnos
preguntas y a responder a nuestras inquietudes, esos reflectores que nos
descubren el sentido de la vida, nos acercan a la libertad verdadera; los
motores de superación personal y los mecanismos impulsores de cambios
saludables y de ilusiones nutritivas; los lazos que ligan el pasado con el
presente y con el futuro e, incluso, los remedios terapéuticos que nos
reconcilian con nosotros mismos y nos empujan, amigablemente, a luchar para no
ser presas prematuras de una muerte inevitable. Ya verás cómo te resultará
fácil localizar el libro que no sólo refleja, analiza, descubre, denuncia y
modifica tus representaciones de la vida, sino que también te puede transformar
tu misma vida.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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