Evitar la trampa de creer que todo es falso
José
Antonio Marina
La vacuna contra la insensatez
Barcelona,
Ariel, 2025
Aunque pensar
es una necesidad humana –de todos los humanos-, cultivarla a veces nos
resulta difícil sobre todo cuando los problemas son complejos o cuando nos
dominan los intereses y las pasiones. Fíjense cómo, en la actualidad, a pesar
de que algunas verdades como la redondez de la tierra o la eficacia de las vacunas
ya están demostradas, abundan quienes proclaman que nuestro planeta es plano y
quienes sostienen que las vacunas son productos venenosos. Es cierto que los seres humanos nos definimos
–nos deberíamos definir- por el uso de la razón, pero los hechos nos confirman
que, con excesiva frecuencia, todos –tú y yo- cometemos errores que generan
graves consecuencias individuales y sociales.
José Antonio Marina en esta obra nos muestra
cómo el ambiente social se infecta con ideas perniciosas que, como virus,
“distorsionan nuestra memoria, sesgan nuestros juicios y nos vuelven
vulnerables a la manipulación política, económica e ideológica”. Él nos
descubre algunos de los “trucos elementales” que los poderosos emplean para
convencernos de sus, a veces, perniciosas ideas. Muchos descubrimos que son
burdos recursos para ganar adictos a sus causas, pero no siempre advertimos la
gravedad de esos venenos tan contagiosos. Lo peor quizás sea que caemos en la
trampa de creer que todo es igualmente falso y que, por lo tanto, nos es
posible “pensar” para conocer la realidad. Aunque el conocimiento no garantiza
la buena conducta, la ignorancia es casi siempre una garantía de lo contrario.
Marinas afirma categóricamente que “no hay
mayor manifestación de estupidez que la de quien, poniendo cara de autenticidad
virtuosa, no es capaz de reconocer sus ignorancias y sus errores: “Eso equivale
a decir que no ha aprendido nada”.
En esta obra nos proporciona abundantes
sugerencias para que nosotros reflexionemos sobre nuestras maneras de pensar,
de hablar y de actuar. Cuando decimos que el “poder corrompe”, estamos afirmando
que el poder abre un campo donde los errores se expanden con facilidad en un
marco de insensatez. Explica cómo la bipolaridad feroz de los partidos
políticos disminuye permanentemente su capacidad para resolver los problemas reales
de la sociedad. Tras distinguir los fracasos cognitivos, los afectivos y los
volitivos, califica de “ingenuidad” ese ingenuo e interesado aplauso a la
“sabiduría de multitudes” que, en realidad es la “insensatez de las
multitudes”.
En mi opinión, además de la claridad de sus
escritos sobre el pensamiento, en esta ocasión sus análisis resultan oportunos
para que reflexionemos sobre la importancia ética, social y política de unas
ideas que influyen de manera determinante en la vida individual y colectiva de
todos nosotros. Ojalá su lectura resulte orientadora para quienes ejercen
poderes políticos, sociales, económicos y culturales. Una obra oportuna e
imprescindible para quienes, quizás, no la leerán.
José Antonio Hernández
Guerrero
Catedrático de Teoría de la
Literatura
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