domingo, 24 de enero de 2010

EVOCACIONES ALCALAÍNAS

25.- El “Joyo” de la Fábrica de la Luz

“¡Vámonos al ‘Joyo’!” –decían continuamente los chavales cuando no tenían otra distracción. Y se entablaba una carrera contra reloj por ver quién llegaba antes. El “Joyo de la Fábrica” era una gran hendidura situada en la “Playa”, junto a la Fábrica de la Luz, donde hoy se encuentra el Parque. Constituía una enorme cavidad, a unos veinte o treinta metros de profundidad. Pienso que, con la modernización de la fábrica de electricidad, el terreno que fue haciendo falta para la instalación de las nuevas maquinarias, se abastecía de la hendidura de la orografía.
Según el formidable artículo de Gabriel Almagro, sobre la Eléctrica Nuestra Señora de los Santos, “en la década de los 30, la Fábrica de la Luz se convirtió en una Central Térmica alimentada por un motor activado por correas, que hacía funcionar una dinamo, que conectada al primitivo cuadro central, distribuía la electricidad por todo el casco urbano de Alcalá. Pronto, la capacidad de la central quedó mermada y desde 1932 hubo que añadir un segundo motor que entró en funcionamiento en 1934. Con la crisis de carburante originada por la guerra civil de 1936, los servicios de la central quedaron reducidos al mínimo”.

Los chavales decían que aquel “joyo” lo había hecho una de las bombas que tiraron en la guerra sobre Alcalá, pero eso eran fantasías infantiles. Hacía un año que había terminado la guerra y siempre era el referente obligado de todo lo extraordinario. Más bien pudo haber sido la apertura que había abierto la desembocadura de un arroyo y la erosión que el agua había hecho al arrastrar piedras y troncos desde las alturas del Lario; un espacio formidable que se adaptaba a todo. Cabía con holgura un campo de fútbol.
Y, efectivamente, lo hondo del terreno lo allanaron para formar el campo de fútbol. Los días de fútbol se desplazaba todo el pueblo a la Playa para ver el partido. En aquellas fechas, su hermano Cristóbal jugaba de defensa izquierdo y lo hacía muy bien, porque era zurdo. Las jovencitas ocupaban la parte alta del brocal del “Hoyo” y los caminos que bajaban al campo. En aquellos años de pudores y moralina suponía el único libertinaje que podían permitirse. Desde el principio, el fútbol ejerció una atracción especial en los jóvenes, adolescentes y niños.

Se decía, entonces, que el fútbol había entrado en España por Gibraltar, ya que fueron los ingleses los creadores de este deporte. Y que la Balona Linense fue uno de los primeros equipos de Andalucía. En realidad, el primer equipo fue el Deportivo de Huelva, que lo fundaron los ingleses que explotaban las Minas de Río Tinto. El primer equipo provincial del que se tienen noticias fue el Cádiz “F.C.”, que data de 1908. El Xerez F.C. también estaba en activo por estas fechas. En el Campo de Gibraltar, en 1912, se funda el Algeciras C.F. La Balona se formalizó como tal en 1921, pero ya venía jugando contra los llanitos en la Roca.
El primer equipo de fútbol de Alcalá se llamaba “El Regina” y debió existir como tal desde después de la guerra, aunque no tiene datos fidedignos para asegurarlo. Pero lo dice porque su hermano Cristóbal estuvo en la guerra civil y, cuando volvió, jugaba de defensa en el Regina. Se hacían competiciones con los pueblos de la comarca y el Derby solía ser el encuentro con El Medina. Se le echaba mucho calor y el pueblo se enardecía cuando perdía. Casi siempre terminaba como el Rosario de la Aurora. Pero se jugaba también contra el Paterna, el Vejer y otras localidades del entorno. El portero del Regina era Manuel Mateo Benítez. Los otros jugadores eran Andrés Camacho Jiménez, Francisco García Gallego, José Gómez León, Luis Fernández Gallego, Juan Parrita, Juan Ramos, Manuel de la Cruz Lamela “el Mela”, Cristóbal Leiva, Salvador Aído Meléndez, Francisco Aído Meléndez, Gaspar Ramírez Román, Juan Llaves, Juan Almagro Pizarro, Francisco Pozanco Álvarez y Alonso Ramos. Falta alguno, pero ya alguien lo recordará.
Por aquellas fechas, el fútbol era casi el único deporte que se podía realizar en Alcalá. Y eso fue gracias al “Hoyo de la Fábrica”. Los colegios de aquella época no tenían campos de deporte. Los días ordinarios utilizaban los chavales el “Joyo” para sus encuentros, o el Cerro de Ortega, donde había una explanada propiciada por la cantera de arena. En el “Prao” también se hacían encuentros de fútbol, y bajaba todo el pueblo a presenciarlos.

Los chavales de Alcalá no necesitaban ejercicios deportivos, pues hacían continuamente deporte subiendo y bajando cuestas, saliendo al campo a poner perchas, corriendo a ver quién llegaba antes a la plaza Alta, bajando al muladar por la cuesta de la Salá, el Molino de Romero y el “Prao”... Moverse era una necesidad para los chavales y ellos mismos organizaban sus competiciones en Santo Domingo, en la Plazuela y,sobre todo, en el “Hoyo”. Hacían carreras, daban saltos de longitud y de altura, tiraban piedras con la honda a ver quién lanzaba más lejos, se deslizaban en tablas por las calles los días de lluvia, se bañaban en el río... También las niñas organizaban sus juegos en la Alameda saltando a la comba, jugando a los cuadrados con la teja, corriendo al coger, ocupando las cuatro esquinas...

No había más deporte organizado que el fútbol, porque había carencia de todo: de balones, de botas, de equipación, de campos, de organizadores... Nunca faltaban, sin embargo, chavales con iniciativa para mover los músculos. No eran menos afortunados que los chavales actuales, porque tenían menos necesidades, menos exigencias y mayor libertad. En una palabra, una vida más sencilla, menos complicada y más natural. “Mentes sanas en cuerpos sanos.”

JUAN LEIVA

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