viernes, 10 de diciembre de 2010

EVOCACIONES ALCALAÍNAS


59.- Historiadores de Alcalá

En España hay pueblos que aún no tienen su historia. Se podría decir que todavía no han conseguido su DNI. Eso ocurre porque carecen de historiadores, o porque no han tenido los medios suficientes para escribir su historia. Los pueblos de la provincia de Cádiz han tenido la suerte de contar con historiadores y de que la Diputación Prov
incial se haya preocupado de elaborar las señas de identidad de todos los pueblos de la provincia. Por otra parte, los ayuntamientos, desde la etapa democrática, han fomentado el estudio de las localidades, publicando lo que se viene llamando con formidable modestia “Apuntes Históricos y de Nuestro Patrimonio.”

Alcalá ha contado con un nutrido grupo de historiadores desde sus inicios y nos han narrado con todo detalle, a través de los siglos, nuestra historia. Hoy es una gran riqueza cultural, donde podemos acudir para conocer nuestros orígenes y el desarrollo de la ciudad, de sus familias y de sus habitantes. La historia se hace a través de la transmisión oral o a través de documentos escritos. En Alcalá existen las dos maneras de historiar. Es más, últimamente se ha producido una eclosión de investigadores que hace difícil reunir todo lo que se dice y se escribe sobre Alcalá.

Podríamos preguntarnos: “¿Qué es más importante, lo oral o lo escrito?” Sin duda, lo oral porque, antes de las grafías o letras, existió la palabra. Por añadidura, la transmisión oral ha sido más fiel que la escrita. Las tradiciones se han comunicado de padres a hijos con una exactitud escrupulosa que ya quisiéramos tener los escritores. Desgraciadamente, no siempre se le ha dado la importancia que tienen. Pero hay que recordar que los libros sagrados de todas las religiones se nos han entregado por transmisión oral, así como los romances, los cuentos, las narraciones breves, las crónicas históricas y las canciones populares.

Historiadores anteriores al siglo XX.- Según Gabriel Almagro Montes de Oca, en su Introducción a la Monografía de “Alcalá de los Gazules”, fondo Documental de “Sánchez del Arco”, el primer intento de una monografía e historia de los pueblos de la provincia de Cádiz se hace en 1847 por Luis de Igartuburu, a la sazón Secretario de la Diputación Provincial. Se trata más de una obra estadística que histórica. Fue publicada en el Manual de la provincia de Cádiz, Litografía de la Revista Médica, Cádiz, 1847.

Pocos años después, en 1858, Adolfo de Castro realiza la “Historia de Cádiz y su Provincia”, primer manual general de la provincia desde el punto de vista de la historia fáctica y con una importante documentación que será utilizada por muchos historiadores posteriores. Su continua demanda ha obligado a reeditar la obra en numerosas ocasiones, incluso en fechas muy recientes.

En 1873, el gaditano Eduardo Benot accede al Ministerio de Fomento y, aunque sólo lo ocupa durante 16 días, una de sus acciones será la creación del Instituto Geográfico y Estadístico, lo que demuestra la importancia que un científico y pedagogo como Benot daba al conocimiento geográfico. En esta tarea comenzaron a trabajar varios autores a la vez, aunque independientemente unos de otros.

En 1877, el Ingeniero jefe de Montes de la Provincia, Aurelio Díaz, elabora un cuestionario de 36 preguntas (sobre aspectos geográficos, demográficos, estadísticos y urbanísticos, caminos, fuentes, montes, hospitales, iglesias, actividad económica y devenir histórico de los pueblos). Las envía a los ayuntamientos de la Provincia para su cumplimentación.

Consta, además, que el periodista y ensayista gaditano, Ramón León Maínez, amigo y biógrafo de Benot, dimite en 1881 de su cargo de Bibliotecario de la Sociedad Económica Gaditana, para dedicarse a elaborar una obra sobre la provincia de Cádiz, editada por la Sociedad Económica en el siglo XIX. En 1991, la reedita la Caja de Ahorros de Jerez. Pero ni la obra de Aurelio Díaz ni la de Ramón León verían nunca la luz.

En este contexto, surge la Familia Sánchez del Arco, grupo muy relacionado con el periodismo gaditano en el siglo XIX. La figura más importante es Francisco Sánchez del Arco (1816-1860), primer corresponsal de guerra, muerto mientras actúa como cronista en la de Marruecos. Los dos hermanos, Francisco y Manuel, fueron directores del periódico El Nacional, diario progresista (1846-1860). Fue también diputado a Cortes en 1854. Años después, aparecen otros dos hermanos, Domingo y José Sánchez del Arco y Chezo, también periodistas. Un hijo de Domingo, Eloy, y un sobrino, Pelayo, fueron también periodistas. Otro miembro de la familia, Adolfo, hermano de Domingo, es gerente de la Tipografía Gaditana de Rodríguez de Silva, donde se editan sus periódicos. Y José, hijo de Domingo, trabaja como impresor en esta tipografía.

Continúa diciendo Gabriel Almagro que hay que destacar a Domingo Sánchez del Arco, porque fue el autor de una serie de monografías sobre los pueblos de la provincia de Cádiz, la única que alcanzó cierto éxito con la ayuda de su hijo Eloy. Realizó 30 monografías de los 41 pueblos que entonces constituían la provincia, entre ellas la de Alcalá de los Gazules. Y asegura Gabriel Almagro que utilizó como fuente el cuestionario enviado por Aurelio Díaz y contestado por Juan Roa y Ríos, hermano del Arcipreste que se menciona en el nomenclátor alcalaíno.

Historiadores contemporáneos (siglo XX y XXI).- Como son de sobra conocidos por todos, nos limitamos a reseñar sus nombres y dejamos la puerta abierta para resaltar su trayectoria histórica y literaria en otra ocasión. Este elenco se lo debemos a uno de ellos, Jaime Guerra Martínez, director del IES Sainz de Andino. Son los siguientes:

Fernando Toscano de Puelles, Jaime Guerra Martínez, Gabriel Almagro Montes de Oca, Guillermo García Jiménez, Manuel María de Puelles, Jaime Cordero Barroso, Arsenio Jesús Cordero Domínguez, Domingo Ruiz Torres, Ismael Almagro Montes de Oca, Fuensanta Guerrero Marín y Juan Carlos Perales Pizarro.

Siguiendo a Jaime Guerra, hay que reseñar, también, a historiadores no alcalaínos que debemos tener en cuenta. Entre ellos destacan, Marcos Ramos Romero y Ramón Corzo Sánchez.

Otro día reseñaremos a artistas, escritores y creadores de otras facetas artísticas y literarias, como escultores, poetas, narradores, ensayistas y dramaturgos. Es sorprendente, realmente, que en una localidad de 5.000 habitantes abunden tantas personas dedicadas a facetas culturales, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también cualitativo.

JUAN LEIVA

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