viernes, 7 de septiembre de 2012

PREGÓN DE LA FERIA 2012 DE ALCALÁ DE LOS GAZULES



Romera Mayor, Romera Infantil, Romeras de Honor, Autoridades, Señoras y Señores:
Este año tengo el honor de ser la pregonera de nuestra feria.
Quiero tener presente en primer lugar a mi esposo, que sé que está en el Cielo disfrutando viéndome de Pregonera. A mis hermanos ausentes y a mi hermano Jaime y a mi cuñada María; a mis sobrinos: Arsenio, Antonia Mª, Mariló, Mª Carmen, Jaime y Francisco.
Cuando me comunicaron que habían pensado en mí para pregonar la feria sentí una gran emoción, y a la vez una gran inquietud se apoderó de todo mí ser. Lo pensé durante unos días.
Después de meditar la petición recibida, las razones expuestas y sobre todo, la razón principal por la que me proponían, acepté.
Acepté por ser un año especial para mí, y para mi peña: La peña “La Canastera”. Peña a la que pertenezco por vocación, desde hace muchos años y de número, no hace tantos.
Esta peña ha cumplido 25 años de su fundación. El Alcalde del Ilustre Ayuntamiento, Don Julio Toscano Gómez, ha tenido el detalle de pensar que una de sus componentes fuese la pregonera de la feria.
Tampoco me podía negar pues esta Corporación Municipal y las anteriores, con otros alcaldes al frente, siempre han ayudado, en lo que han podido, a nuestra peña.
Y aún menos me podía negar porque llego a este, mi pueblo, sintiéndome pregonera de Alcalá desde hace más de cuarenta años, que son los que falto de vivir aquí.
Soy una emigrante alcalaína. Por amor, pero emigrante. Me fui por culpa de la lluvia. Sí, la lluvia de enero del 70 fue la culpable. Las casas se caían y el Batallón Mixto de Ingenieros de Jerez vino a construir unos barracones para las familias que se habían quedado sin hogar. El Ejército, como siempre, en tiempos de paz, acudió a socorrer a sus congéneres.
Uno de aquellos militares me “raptó”, siempre lo he llamado así, aunque fue por propia voluntad, y me marché de Alcalá. Hasta hoy que sigo en el mismo lugar, Valencia.
Según la Real Academia Española de la Lengua, pregón es promulgación o publicación que se hace en voz alta de un asunto de interés.
También, discurso con que se anuncia una festividad.
Según el cubano Miguel Barnet, son gritos o voces especiales de los vendedores para anunciar su mercancía. Algunos pregones hasta se cantan. Son propios de las tierras cálidas y del sur.
¡Siempre el Sur!
Os confieso que me gusta esta definición más que las anteriores.
Porque yo a veces he gritado, cantado e incluso bailado las cosas de mi pueblo y de mi gente.
He pregonado a Alcalá, sin cansarme. Creo que no miento, si digo que todos los días te nombro, pueblo mío, por cualquier motivo.
No voy a pregonar la conquista de San Fernando, ni la repoblación catalán-aragonesa, ni hablaré de cuando estuvieron los franceses…nada de eso. Aquí tenéis y habéis tenido personajes ilustres con gran formación en la materia y yo no puedo competir.
Pero… Quisiera poseer el verbo de Don Luis Berenguer, el pregonero marino, premio Nacional de Literatura, que el año 1969, unas cuantas jóvenes de Alcalá, tuvieron el honor de tener como pregonero. Entre esas jóvenes estaba yo de Dama.
Quisiera, ya digo, tener su palabra y poder contar como él todas las grandezas de nuestro pueblo.
Pero…voy a pregonar lo que tantas veces he contado en Valencia y en Aragón, principalmente. Esto que cuento esta noche mágica (que son parte de mis recuerdos) lo he repetido montones de veces a muchísimas personas. Por eso, repito, me siento pregonera desde hace muchos años. Los que llevo fuera de Alcalá y hablando de Alcalá.
Por aquellos tiempos la feria comenzaba con el pregón en la Alameda. Se nombraba a la Reina y a su corte de honor, (se llamaban Damas) y pasábamos a un salón del ayuntamiento, que estaba en la Alameda donde hoy se reúnen personas mayores a echar sus partiditas de domino. Seguían muchos actos a los que teníamos que asistir, igual que os pasará este año a vosotras. Teníamos toros en una plaza portátil y acudíamos con los trajes de gitana y la mantilla y peineta. Después, otra noche, se elegía a “Mis Ruta del Toro” y otros premios más y se nos hacía entrega de un obsequio. Esa noche nos poníamos otra vez, nuestro vestido de Dama. Eran Blancos, largos, con adornos… ¡Estábamos encantadas! ¡Llenas de ilusión!
Siempre me he sentido muy orgullosa de mi Reina: Chari Ulloa. Porque me eligió ella personalmente, porque era y es una persona extraordinaria, buena y guapa.
Sigo pensando después de tantos años, que tuvimos uno de los más ilustres y famosos pregoneros. Escribió mucho.
Amaba a este pueblo, y en su famosa novela” El mundo de Juan Lobón”, aparecen personajes de Alcalá, y costumbres de nuestro pueblo; más tarde esta novela, se llevó al cine.
Esto ocurría allá por el año 1969…Han pasado la friolera de ¡cuarenta y tres años!
Si no fuera porque la historia se mide de otra forma, podríais pensar, queridas niñas, que os estaba hablando de la Prehistoria.
También vosotras, en el futuro, lo vais a recordar como uno de los acontecimientos más felices de vuestras vidas. El hecho de estar aquí (ahora os pido imaginación) en este nuestro parque de nuestros amores, ilusiones, juegos infantiles, estar aquí elevadas sobre las personas que os miran, sentiros importantes, nerviosas por hacerlo todo bien… Será difícil que lo olvidéis. Disfrutad del momento y de los días venideros. No lo olvidéis como yo tampoco lo he olvidado.
Por lo dicho anteriormente creo que ya os he dado la pista, vengo a pregonar como lo que soy: emigrante. Lo haré como lo he contado, pregonado, desde que me fui.
Soy Maestra de Escuela Pública, jubilada y me dirijo a vosotras, Romeras. Por ser niñas y jóvenes y porque así también llegaré a todos.
Nací en Santo Domingo, hace aún sesenta y cinco años. Mi barrio de Alcalá fue durante siete años mi mundo. Podía ir por todos lados desde bien pequeña.
El Llanete, la Cucarra, las Peñas…
La casa de las de Elvira (donde contaban las amigas de mi madre historias de fantasmas y del hombre del saco, que tanto miedo me daban), los patios de las niñas que eran mis amiguitas: el de Crespo con su rico naranjo mandarino, el de más arriba con un loro; el de los abuelos de mi sobrina Mª de la Cruz, donde tenían las murtas y los palmitos más ricos del pueblo; la tienda de los Armenta, la de Purita y Dolores Reyes …No voy a seguir por aquí pues os aburriría.
Era atrevida, me iba sola, desde bien pequeña; de casa hasta la Alameda, a la tienda de Juan Sánchez, despues de Isabelita, en la calle Real... Bajaba corriendo por el callejón del Gato, para acortar camino y llegar antes a Santo Domingo. Esto lo hacía principalmente, el domingo de Ramos y así ver mejor la procesión de la Pollinita.
Los juegos por las Peña, la cerca de mis abuelos, hoy parte es el cine… Recibí mi primera catequesis en la iglesia del Compás. Recuerdo mi guardería por el carril y cómo llevaba todos los días mi sillita chica. Más tarde acudía con una maestra, Dª María, que daba clases un poquito más arriba de la tienda de Quico el de Lola. Estos recorridos, unidos a la carretera, el control, el chalet, (decir en Alcalá el chalet, era el de la familia Sánchez), los paseos hasta los pozos, para echar un ratito en una venta con una familia que al hombre le conocían como “el moro”; la calle la Salá, visitar la capillita de la Patrona y no podían faltar las visitas a los hermanos Márquez, Diego y Amalio. Allí aprendí a diferenciar muchos olores: el del buen jamón, el vino, el queso, los cueros y ese olor característico de la posada.
Allí supe, años después, cómo se fraguó una amistad: la de mi padre con la de los hermanos Márquez.
Seguimos el recorrido:
La plaza Alta, subiendo por el Carril. San José, aún no estaba como ahora.
En la plaza Alta, todas las calles de su alrededor, el corralón de mi tía Juana donde fuimos niños felices y aprendices de construcción; las tardes de Palé, alrededor de una mesa. La parroquia impresionante con sus columnas revestidas de rojo y su letrero en cada columna recordándonos que ”era casa de oración y no de conversación”. El órgano, que tocaba un hombre, alto, formal, todo un caballero: mi querido padre. Fue el último organista contratado por la Parroquia de San Jorge de Alcalá. Desde el año 26, creo recordar, hasta el año 67, que falleció. Recuerdo que le ayudaba un hombre a mover los fuelles, a este hombre le llamaban “el Sultán”. Desde entonces, rara vez he vuelto a oír la Marcha Real tocada para Dios, como hacía mi padre.
El querido Beaterio con sus clases, su cerca, su preciosa capilla, las meriendas riquísimas que nos daban las Hermanas, el trato cariñoso y la preocupación que sentían por nosotras, con un amor especial, que no encontré en ningún otro profesorado.
La Coracha, allí nos asomábamos a un gran hueco y pensábamos que podríamos, algún día entrar y cruzar todo el Castillo y toda la Plaza Alta por pasadizos. Entre la chiquillería corría el rumor que así lo podríamos hacer, ya que la plaza, decían, estaba hueca, de ahí el motivo por lo que retumbaban los pasos de las personas al andar por ella en el silencio de las tres de la tarde.
En el corralón de la parroquia también íbamos a limpiar objetos de la iglesia y teníamos reuniones al aire libre.
Al hablar de la plaza Alta se me viene a la cabeza siempre San Juan de Rivera y otras personas conocidas. Pues también he hablado bastante en Valencia a San Juan de Rivera.
¡Mira que pregonar en Valencia a San Juan de Rivera! ¡Allí donde hizo tanto y de tanto valor! Y todo grandioso, tanto espiritual como material.
¡Me he sentido tan orgullosa al contar que se crió aquí! (Cuando vayáis por Valencia, visitad la plaza del Patriarca, la iglesia y el colegio del Corpus Cristi).
O cuando me han dicho eso de ¿Eres de Alcalá de los Gazules? Y al responde, sí, montones de personas me han contestado: De allí era el filósofo Millán Puelles! Y yo más orgullosa. Y el Arzobispo Don Luís de los Cameros…y los mas eruditos me han nombrado a Don Pedro Sainz de Andino. También les cuento inmediatamente que casi es de aquí Alejandro Sanz.
Ahora ya se lo creen, pero hace unos años lo ponían en duda y tenía que dar toda clase de explicaciones.
Seguimos con el recorrido: Pasó el tiempo y se arregló San José.
Por San José, su impresionante vista, los campos, el río Barbate, con agua abundante en invierno y sequito en verano, el campo de fútbol, (fui muchas veces a animar al C.D.Gazul y a mis hermanos); en otros tiempos, el campo era, precisamente, un gran hoyo que había donde está el Parque.
También bajaba por la calle de la Cárcel, que es a donde me fui a vivir el año 53.
Esta calle ha sido durante el resto de mi vida mi calle, por ella he jugado, subido y bajado corriendo sin casi parar. He pasado los mejores años de mi vida: la niñez y la juventud. He encontrado a mis amigas para siempre, en esta calle y en sus alrededores.
También corría por todos los callejones cercanos: Despeñadero y todos los que me llevaran hasta la calle la Salá o a la casa de mi peluquera.
La calle de los pozos era otra bien conocida, sobre todo por las tardes, cuando jugábamos a un juego que se llamaba:”Hilo verde…más pa` lante”. Y porque en ella hay una casa donde he sido feliz y me he sentido querida, y para un niño son cosas muy importantes.
Y la querida Alameda donde no nos cansábamos de jugar, al pollito inglés en el reloj y a sujetarnos de la última baranda de la escalera para con nuestra pierna columpiar a otra niña.
Las caminatas a Villa Consuelo, pero por el monte, hasta bajar por dónde hoy está la feria para luego subir al monte Ortega, bajarlo y subir a la peña la Negra…y seguir hasta la Palmosa.
Las otras excursiones eran al Barbate, bajando por la Zorrera y tratar de pescar algún barbo y coger flores, esas que llamábamos gamones. Y renacuajos de ranas con todos los Toscano que iban llegando a pasar las vacaciones, entre ellos los hermanos del alcalde de Dos Hermanas. Y con esta pandilla a tirar la cometa en el molino de viento.
No quiero pasar por alto los recuerdos de los olores. Del campo recién mojado por la lluvia, del azahar, del jazmín bendito, la isabela, las rosas, las azucenas, la yerba luisa, la yerba buena, el celindo, el heliotropo…y tantas y tantas flores como tienen las mujeres en sus patios de Alcalá.
Al hablar de los olores aromáticos de mi querido Alcalá, no he dejado de pregonar el olor de la parroquia los días de Semana Santa. ¡Son olores que jamás se olvidan! Esa mezcla de romero, tomillo e incienso…
Ahora recuerdo que… También he pregonado San Jorge. Cuando yo me fui de aquí, no era como ahora, se celebraba y a mi me parecía bastante. Tanto, que como se ponía una traca en la Alameda, cuando llegué a Valencia, y pasé mis primeras Fallas, comenté ¡que era como en mi pueblo! Reconozco que me pudo el amor y un poco la exageración, como buena andaluza.
Y volviendo a los aromas, ¡Qué decir de los olores de la cocina! No conozco otro pueblo donde huela también como en el mío. ¡Cómo guisan sus mujeres! Solamente deciros que cuando hablo por teléfono y me cuentan lo que están preparando para comer, me vendría corriendo. Y cuando entro por el patio de mi casa no me resisto a preguntar ¿Qué estás guisando que huele tan bien?
Y muchas veces la respuesta es algo sencillo, pero hecho con el primor de la mujer alcalaína.
Todo esto y mucho más es lo que no olvida la persona que no vive en Alcalá.
Por eso, cuando estás a 800 Km. de tu casa y de tus gentes deseas volver.
Piensas en Alcalá, sufres por Alcalá, te alegras con Alcalá…y solo quieres volver.
Cuando llego a Despeñaperros y leo el letrero que dice: “Ha entrado usted en la Comunidad Andaluza”, me santiguo y rezo a mi Virgen de los Santos. Pero la emoción va en aumento, al pasar cerca del Santuario, allí son tres Ave Marías y los ojos se me nublan por la emoción y cuando paso el puerto Levante y tengo en frente esa visión extraordinaria de nuestro pueblo, lo que siento es difícil de explicar. Entonces sé que otra vez he vuelto a mi hogar. A mi Alcalá.
Ahora quisiera ser Ana Mª Salgado de Barroso y servirme de sus palabras para decir que estoy en “Alcalá de los Gazules, ciudad de ilusión y ensueños, de gloriosas epopeyas y heroicos caballeros…”
También he pregonado a la mujer alcalaína y hoy muy especialmente me voy a dedicar a ella.
Lo hago por motivos muy especiales. Por ser el pregón de feria.
¡Qué sería la feria sin las mujeres! y por ser de una peña que en su momento fue avanzadilla de las mujeres de Alcalá. Es una peña Mariana, que quiere decir que nuestro principal objetivo es el amor a la Virgen de los Santos, que por cierto es la mujer más importante de este nuestro pueblo. Es una peña de mujeres y es una peña que gracias a la constancia y la visión futurista de una de las primeras Canasteras, las mujeres de Alcalá tienen voz y voto en los Cabildos de la Hermandad de nuestra Sra. la Virgen de los Santos.
La mujer de Alcalá, queridas niñas, es presumida, sabe vestirse y vestir a sus niñas desde que son bien pequeñitas. La mujer de Alcalá tiene una gracia innata, para todo.
Para hablar, vestir, andar, comportarse, saber quitar importancia a los problemas, reírse hasta de su sombra, ser amiga, contar con ella en todo momento, cariñosa, decidida…y liberal en el sentido único de esta palabra.
Cuando llegan a este pueblo personas de Despeñaperros para arriba, notan la diferencia.
No digo que seamos mejores, somos diferentes. Se dan cuenta que este nuestro mundo de Alcalá es otro mundo y las causantes somos nosotras.
Cuando yo era adolescente, venían unas amigas de fuera y me contaban que su madre siempre les preparaba los vestidos más bonitos y más almidonados… ¡Pues aquí no podían ir como en la capital!
Hay muchos pueblos dónde las muchachitas y las más mayores salen sin bolso, vestidas y calzadas de cualquier manera…Aquí, no. Aquí cuando vienen mujeres de otro sitio lo notan rápidamente. Se percatan de todo y ven que este pueblo es especial. Que es distinto.
Por su arquitectura, por su paisaje y por sus gentes.
¿Dónde vas a encontrar un pueblo con “playa” en el interior? Pues aquí.
¿Dónde poder estar horas y horas con tus amigas, bien en el parque, o en el hotel a tomar un cafelito o en las terrazas de los bares? Aquí ¿Dónde poder desayunar con tus amigas sin prisas? Aquí. Y aquí rodeadas de mujeres extraordinarias.
La mujer alcalaína tiene una sensibilidad especial y se fija en cosas que otras ni se dan cuenta. Es prudente y te dirá la verdad, pero tratando de no herir. Es trabajadora y sabe que si vale para trabajar también vale para pasear y echar un rato con sus amistades; y lo mejor de todo, que encima parece que no ha hecho nada en todo el día: ¡se arregla y a pasear!
Ahora quisiera tener el verso de José Mª Pemán, nuestro ilustre escritor gaditano y pregonar la feria. Cambiar sus versos y cantar:
” Feria de Alcalá, rumbo y elegancia de la raza vieja, que gasta diez duros en vino y almejas, vendiendo una cosa que no vale tres”.
¡Feria de Alcalá! ¡Ferias de Alcalá!
Cuando yo dejé este mi querido pueblo, en Alcalá había dos ferias: La de Mayo, que se pasó a Junio y la de Septiembre, que era medio cívica y religiosa, pues terminaba con la Romería al Santuario en honor a nuestra Patrona.
La feria de mayo era la clásica feria que quizá hayáis estudiado.
Las ferias surgen para comprar y vender productos, entre los pueblos cercanos de una comarca.
Mucha gente vivía en el campo y era curioso ver cómo iban llegando a sus casas unos días antes para tener las viviendas aseadas para la feria. Y la ilusión que nos hacía el encuentro. A veces nos pasábamos meses sin vernos.
La feria de mayo era para comprar y vender, principalmente. Por la mañana bajábamos al “Prao” y allí estaban los animales para ser comprados. Me maravillaba ver cómo le abrían la boca a todos los equinos para así saber la edad. Me gustaba y me siguen gustando todos los aparejos de ese animal híbrido, de carga, que es el mulo.
Estábamos esperando como agua de mayo que alguien nos subiera, aunque fuera en un burro y de tres en tres si era preciso. Por ahí hay una foto que lo atestigua.
No podía faltar nuestro querido y a veces inseparable levante. Los ojos llenos de motas, los pañuelos a la cabeza para cubrirnos del sol y del polvijero, la sed, el calor…Pero todo era genial, como decimos ahora.
Luego, por la noche, arregladas, bajábamos a la Playa, a la caseta Municipal. Años después también ponían otra caseta privada. Y entonces como ahora, estábamos a ver quién nos sacaba a bailar, que para eso nos habíamos puesto lo mejor.
La caseta Municipal se ponía en lo que hoy es el ambulatorio, y en lo que es el Parque, el circo. Como comprenderéis era una de las cosas más interesantes que podía ver la chiquillería de Alcalá. No el circo en sí, no. Ver cómo se iba instalando el circo, todo su montaje, hablar con la gente del circo, ver las jaulas de las fieras, ver los dromedarios…y sentir la tentación, como Pinocho, de seguir a la gente circense y tener como ellos la aventura de ir de pueblo en pueblo… y lo que más nos preocupaba era saber cuándo y dónde los hijos de los del circo recibían sus clases ¿A qué “cole” iban?
Aquí también se ponían los cacharritos, la ola, que cuando yo era muy pequeña, venía de Valencia.
También nos vestíamos de gitana, igual que hacemos ahora. Casi siempre empezábamos el 2º día; hablando del 2º día, me llamó siempre la atención que al bajar por Río Verde y si era el primer día de feria y se veía la Playa llena, se oía el comentario, todos los años era el mismo: “Parece 2º día de feria”.
Igual que ahora, no todos pueden ir todos los días a la feria y muchas personas esperan al segundo día.
Pasaron los años y nos quedamos con la feria de Septiembre. Que como ya he dicho antes culminaba con el Jubileo o Romería a los Santos.
La feria de septiembre era otra cosa, era una velada de tres días.
Muy parecida a ésta: Por la mañana al paseo de la Playa, a los bares, las casetas, ya eran varias: La Municipal, la Peña Taurina, y alguna más, pero la caseta con el nombre más original, para mi gusto, ha sido la del nombre: ”Quemedejes”. Es algo tan nuestro, de nuestras niñas, cuando la madre o el padre dice eso de: “Niña, para casa, que ya es tarde”… Casi todas hemos contestado alguna vez: “Quemedejes”.
Por la tarde íbamos a casa a descansar y por la noche volvíamos a las casetas.
Venían grandes artistas a animar los bailes, por lo menos una noche; las restantes, una orquesta con su cantante.
Estrenábamos lo que podíamos, lo mejor; nos poníamos flores en el pelo y la solapa y algún día nos vestíamos de gitanilla. Pero vestirnos de gitanilla era más por la mañana.
Cuando nos hicimos mayores, la vestimenta para la noche era de fiesta. Bien guapas.
Lo más elegante posible. Y a bailar.
Se bebía, se tapeaba y se pasaba requetebién.
Terminaba el día 12, con la Romería.
¿Qué os voy a decir de la Romería? Hoy poco, solamente, que he llorado tantos años por no poder estar en ella y con Ella…Ella, la advocación de Virgen más guapa y más cariñosa que te puedas encontrar. Para mi es la imagen que más me recuerda a las madres de la tierra ¿sabéis por qué? Porque cuando me meto bajo su manto es como si me acurrucara mi madre.
Y pienso que la Virgen también me acurruca y me siento acurrucadita por las dos…y por eso todos los años quiero volver a verla a Ella.
Ahora la feria se ha convertido en una velada de final de agosto y se apartó de la romería por motivos sociales y económicos.
No me disgusta, así pueden estar en la feria más alcalaínos. Al menos se llevarán algo de su pueblo a la tierra a donde se tuvieron que marchar. Y los que viven cerca o pueden, aunque estén lejos, vendrán también a la Romería.
La feria está cada día más preciosa, con su Real, sus casetas, sus cacharritos, su entorno; el paseo hasta llegar a ella es uno de los más bonitos de Alcalá; sus tenderetes, su puesto de turrón con esa familia que ya es de toda la vida de aquí, su caseta de churros o tejeringos ¡Qué palabra!... El trenecito… ¡Qué invento! Total, todo, empezando por este día, que repito, para vosotras va a ser inolvidable, y todos los actos que tendréis y que serán de suma importancia para todas vosotras.
Os felicito de corazón, deseo que lo paséis muy bien y que si algún día os vais de Alcalá siempre lo llevéis en vuestra alma.
Y para terminar: Por orden del Sr. Alcalde se hace saber que desde hoy hasta el domingo por la noche quiere que lo paséis muy bien, que vayáis a la feria que está en el monte Ortega, que podéis ir andando o en el trenecito, que traigáis los caballos por la mañana, que os vistáis de gitanilla, que subáis en los cacharritos, que bailéis mucho, que vengáis todos, desde la plaza Alta, al Prao, Los Pozos, San Antonio, Blanca Azul, La Salá, el Picacho, La Cañá Medina, la Parmosa, Patrite, El Lario , El Jautor, Vega blanquilla, Peña Arpá, Las Cobatilla, el Rocinejo, las Porquerizas, El Puerto la Pará, los Corzos, Tablada, Barbate… Todos, todos desde los cuatro puntos cardinales de Alcalá, estáis llamados a la feria, a pasarlo bien por unos días, a olvidar las penas, a ser generosos, a cuidar a los visitantes, a estar con los amigos, a vivir Alcalá. A sentir Alcalá.

¡Viva la feria! ¡Viva Alcalá!

Petra Cordero Barroso, Valencia, 2012
Pregón dado en la “Caseta Municipal” en el recinto ferial.
23-08-2012. Alcalá de los Gazules.





1 comentarios:

Francisca Romero dijo...

Precioso Pregón!!!. Enhorabuena pregonera!!!. Muchas gracias Andrés, gracias a ti todos disfrutamos mucho más de las cosas de nuestro Alcalá.

El tiempo que hará...