U
N A H I S T O R I A S E R R A N A
Al emigrante
alcalaíno.
Tantas cosas
puedo
contar de
mi tierra,
que hoy
quiero narrarles,
una de
la sierra.
Una historia
simple
de un
hombre sencillo,
que marchó
del pueblo,
siendo yo
un chiquillo.
Un alcalaíno
llegó esta
mañana,
trae en
su maleta
fortuna muy
sana.
Tras años
de lucha,
con suerte
en la vida,
regresa buscando
su novia
querida.
Desde La
Coracha
ve el
monte lejano,
mole azul y verde,
vista desde
el plano.
Alcornoques pardos,
verdes son
sus ramas.
El Picacho
altivo.
Alcalá serrana.
El Aljibe
manda
frescura hasta
el llano,
que alegre
reparte
el rio
gaditano.
San Jorge
galopa
desde las
alturas.
El Prado
verdea
bebiendo agua
pura.
Lomas de
Patriste
proteged mis
pasos,
porque al
monte marcho
cruzando tus
pastos.
Busco a
una serrana
de cara
morena,
que dejé
allí un día
llorando de
pena.
Llenaré sus
labios
de besos
guardados,
dentro de
mi alma,
años desolados.
Sale de
la choza
un hilillo
de humo,
y en
la puerta un
niño,
su hermano, presumo.
¡¡María de
los Santos!! ,
gritó desde
lejos,
por los
matorrales
huyen los
conejos.
Y en
el marco blanco
de la
choza vieja,
asoma una
cara
que lelo
le deja.
Corriendo se
acerca,
la coge
en sus brazos,
hallando en
sus ojos
pasiones y
atrasos.
Bien llegado
amor,
años que
te espero,
me paso
los meses
mirando el
sendero.
La mira
despacio. . .
¡la ve
tan bonita!,
cuando al
mismo tiempo,
sintió una
manita.
El niño
le ríe,
su amor
se arrodilla,
y al
chico le dice:
¡es papá,
pulguilla!.
Nueve meses
antes
que el
niño naciera,
te fuiste
dejando
semilla en
mi era.
Tu nombre
le puse,
y el
día seis de
enero,
le llegan
tus reyes
desde el
extranjero.
Y Dios
que es tan
bueno,
mandó a
las estrellas,
que brillen
de día,
por la
madre bella.
Termina esta
historia
que el
Señor bendijo,
de un
hombre que halló
a su
amor y un
hijo.
Fco. Teodoro
Sánchez Vera-11/2012
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