Y en una noche estrellada
allá, en Belén de Judá,
vino quien era esperado
por toda la humanidad.
Unos en Él sí creyeron
a otros les daba igual,
cada cual iba a lo suyo,
es lo que suele pasar.
Los pastores que supieron
que Dios vino a un portal
diligentes le llevaron
queso, leche, miel y pan.
Era un noche estrellada
allí, en Belén de Judá
y el Dios de Cielos y
Tierra
nace en la Navidad.
Un pesebre, unas pajas,
y una mula de verdad,
y un buey que dan calor
al que tiritando está.
Que no hubo mula ni buey
como diciendo están
algunos que, a su modo,
han dado en publicar.
Qué importa que fuera
cierto,
o que no fuera verdad,
lo importante es el Niño
que nos vino a salvar.
Pues con mula o sin mula
ni con buey ni otro animal
al Niño Jesús lo adoran
el pastor y el zagal.
Esos sí creyeron todo,
esos no negaron “ná”,
al ver que en el Cielo
cantan
los ángeles sin cesar.
Gloria a Dios en las
alturas
y que haya en la Tierra
paz
a los hombres que en el
mundo
tienen buena voluntad.
Y subían y bajaban
desde el Cielo hasta el
portal
donde el un Niño, no
cualquiera,
sufre ya un frío invernal.
Que hubiera nieve o no
hubiera
no quita el frío, quizás,
que estando helado el
establo
caliente el corazón
tendrán.
El de ángeles y pastores,
que cuarenta siglos van
esperando en la promesa
que Dios hizo a Abraham.
Siglos y siglos a la
espera
del Mesías celestial,
todo el pueblo israelita
no sabe cuándo vendrá.
Y esta noche, al fin,
llegara,
el Dios, el Rey de verdad,
convertido en un pequeño
que todos vamos a adorar.
Pastores que aquella
noche,
era ya de madrugada,
visteis la cara de Dios
siendo divina su cara.
Luego vinieron los Reyes
que en sus camellos
montaban
y con oro, incienso y
mirra
al Niño pobre regalan.
Pastores de Galilea,
pastores de las montañas,
pastores que el Niño Dios
os miró con su mirada.
Nadie tuvo tanta suerte
nadie a tal dicha
aspirara,
yo os tengo envidia
pastores
viendo a Dios cara a cara.
Pastores por las veredas
con la nieve y con
escarcha,
caminad seguros siempre
que Dios os miró la cara.
De haber vivido otros
tiempos
o conocida otra etapa
yo quisiera haber nacido
en la vuestra y en cabaña.
Los pastores a sus ovejas
las dejaron bien
guardadas,
pero van con ilusión
en noche negra y cerrada.
José Arjona
Atienza
Cádiz, 16
de Diciembre de 2012
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