viernes, 4 de enero de 2013

JUAN ROMERO DÍAZ, UN ALCALAÍNO DE PRO




        En estos primeros días de Enero en que se está llevando a cabo un Homenaje de reconocimiento y recuerdo a la figura de Juan Romero (q.e.p.d.), organizado por el actual Club de Fútbol Alcalá Atlético en colaboración con el Ayuntamiento, quisiera de algún modo sumarme a tan merecido acto.
         Juan, además de un hombre bueno, trabajador y entrañable, se entregó en cuerpo y alma a conseguir siempre lo mejor para su pueblo. Y no lo hizo sólo en el plano futbolístico, pues nuestro hombre puso el mayor empeño en todas aquellas facetas a las que se dedicó. 
       Sobre  los años cuarenta formó parte junto a Andrés Guerra y Paco Puelles de un Grupo Musical que deleitaba a nuestros paisanos de aquella época con sus ritmos, y ofrecían hermosas serenatas a la puerta o bajo el balcón de alcalaínos y alcalaínas.
     Más tarde se dedicó a la fabricación artesana y venta de helados en un pequeño almacén que poseía en el Paseo de La Playa. Fue representante comercial de diversos productos como refrescos, cerveza, seguros, productos navideños, organizó excursiones… También en El Paseo instalaría el popular kiosco en el que todo Alcalá pudo saborear sus exquisitas patatas fritas en aquellas inolvidables noches de verano.    
     En la calle Real vivía Juan con su familia. Allí tenía una tienda en la  que, además de helados y otras golosinas, podían adquirirse tebeos y novelas que luego, una vez leídas, podían volver a cambiarse por un módico precio. Había por entonces una gran cantidad de aficionados a este tipo de lecturas. Toda la labor que emprendió Juan fue siempre compartida por su esposa María y por sus hijos.
    A  Juan Romero le propinó la vida el mayor golpe que pueden sufrir unos padres. Fue la pérdida de su hijo Pepe, un buen y divertido joven que al igual que él estuvo también integrado en un Conjunto Musical  alcalaíno (Los Rangers) junto a Manolo Caro, Juan Rodríguez (Ulloa) y Carlos Sánchez “El Canario” en la década de los sesenta y principios de los setenta. Padre e hijo tocaban la “batería” en sus respectivos Grupos y épocas.
           Como quiera que en los momentos actuales sigue en el recuerdo de todos la interesante labor que llevó a cabo Juan Romero en un periodo de la Historia de Alcalá en muchos aspectos, y en especial  en el futbolístico, a continuación les doy a conocer lo leído en una Mesa Redonda que tuvo lugar en la Peña Madridista en el año 2.001  y de cuyo contenido era su principal protagonista nuestro querido y recordado  Juan Romero.
Paco Gil. 3/1/2.013             


PEÑA  MADRIDISTA  ALCALAÍNA

MESA REDONDA: “PASADO, PRESENTE Y FUTURO
DEL  FÚTBOL   EN  ALCALÁ”.


INTERVIENEN:
José Coca Visglerio
Juan García Macías
Francisco Gil García
MODERADOR: Antonio Ramos Bohua.

En verano siempre iba
al Kiosco de Juan Romero,
cerveza y patatas fritas
por muy poquito dinero,
y como flojo no era
de pie las iba comiendo.

En ese mismo kiosco,
en Junio del setenta y seis,
un grupo de alcalaínos
hablábamos de nuestro pueblo
y de su incierto destino.

Añorábamos el fútbol
que en otro tiempo  tuvimos
pero que veinte años atrás
había desaparecido.

Aquellas tardes de gloria
de Coca o de Jorge Armario,
de Puerto o Curro Romero,
de Vallejo, Mena o Pizarro.

Aquellas tardes del Prado
de rivalidad y de hombría,
cuando andando se bajaba
y cuando andando se subía,
y cuando Servicios y Vestuarios
estaban en la Tenería.

Y cuando el calor apretaba
al subir por “La Calzá”,
era obligado el descanso
en la Fuente de la “Salá”.

Aquellas tardes de fútbol
que antaño nos ofrecieron
eran por todos ansiadas
pues seguían en el recuerdo.

Hacían falta más cosas
en nuestro pueblo querido,
pero este grupo de amigos
intentó cambiar al menos
la tarde de los domingos.

Y allí estaba Juan Romero,
emprendedor y buena gente,
el hombre que siempre luchó
por dar al pueblo un aliciente.

Con razón se lamentaba:
“Con lo que fue el fútbol en Alcalá
y que no tengamos siquiera
un equipo en Regional.

Si a trabajar estáis dispuestos
ahora mismo os lo digo,
por recuperar nuestro fútbol
ya podéis contar conmigo”.

La semilla se sembró
y pronto germinaría,
pues la Gestora y la Plantilla
dispuestas pronto estarían.

Allí estaba Antonio “Junca”,
Valdivia y Jaime Cordero,
Quico el de Lola y Martin
y Pepe Japón el Carnicero.

Pepe “El sastre” y Paco Gil,
Isidro y Antonio Lozano,
Andrés Agüera y Juan Sánchez,
Juan Pérez y Antonio Ramos.

Chano el de “Espejo” y Candón,
gente sencilla y valiente,
y era de todos con orgullo
Juan Romero el Presidente.

Diseñamos los colores
de la nueva equipación:
Camiseta gualda y negra
y color negro el pantalón.

Hicimos campaña de socios
y bautizamos nuestro Club,
y por nombre le pusimos
Club Polideportivo Gazul.

Empezamos desde cero
con un “Prado” sin vallar,
sin dinero y sin Caseta
pero con ganas de luchar.

Y como Alcalá es generoso
en los casos especiales,
nos ofrecieron hinques y brezos,
alambre y otros materiales.

Trabajamos a destajo
directiva y jugadores,
pero al llegar el domingo
nos sentíamos campeones.

En pocos meses tuvimos,
con esfuerzo y voluntad,
unas instalaciones modestas
pero llenas de dignidad.

De algún equipo de fuera
hubimos de soportar
que por el baldo de brezos
a nuestro campo de fútbol
comparasen con un corral.

Se carecía de autobús
para hacer los desplazamientos,
pero los coches particulares
estaban siempre dispuestos.

Los fichajes del equipo
no eran Raúl ni  Romario,
pero sudaban la camiseta
y eran extraordinarios.

Pasaron por nuestro Club
jugadores de gran valía
que además como personas
lo eran de categoría.

Oliva, Mora y Gallego,
Venegas, Emilio y Luís,
Puelles, Mateos y Ramírez,
Juan “El Chato”, Cortés y Manolín.

Camacho, Cerillo y Pastor,
Luis “El Mauro” y Tomás
Antonio Fernández y El Santi
que de “cabeza” iba fenomenal.

Y porque una vez persiguió
a un árbitro en Puerto Real,
estuvo dieciséis partidos
sancionado sin jugar.

Y eso que, según nos decía,
no lo hizo con maldad,
pues tan sólo pretendía
felicitarle la Navidad.

De justicia es destacar,
por su entrega y pundonor,
al gran Pedro Carrasco “Perico”,
que siempre será recordado
y era el alma del equipo.

Al frente de todos ellos,
una persona excepcional
que no por ser de Algeciras
decimos que fue especial.

Se trata de Pepe “ El Sastre”,
nuestro primer entrenador,
que trabajó con entusiasmo
y realizó una gran labor.

Con la lluvia o con levante,
con el frío o con calor,
el equipo se entrenaba
con constancia y afición.

Y hasta El Prado se bajaba
dos veces a la semana
y algunos lo hacían después
de una dura peonada.

Y olvidarme no quisiera
de un personaje singular
que desempeñó su misión
de una manera eficaz.

Con la carpeta en la mano
para cobrar a los socios
el pueblo se recorría,
y cuando lo veían venir,
según él comentaba,
algunos hasta se escondían.

De sonrisa picarona
y de talla muy humana,
entre recibo y recibo
degustaba el buen “Chiclana”.

Era paciente y honesto
y lo podrán imaginar
que este gran colaborador
se llamaba Joaquín Melgar.

En vísperas del partido
el terreno se pintaba
y alrededor del mismo
las cuerdas se colocaban.

Estas cuerdas mencionadas
servían de separación
entre el terreno de juego
y la “sufrida” afición.

Era lo más frecuente
que en el curso del partido
el balón dos o tres veces
fuera a parar al río.

El sueño que comenzamos
duró hasta los noventa
y se fueron renovando
las personas y las metas.

El Prado se cubrió de verde
y mucho se mejoró
pero llegaron otros deportes,
se construyó un Pabellón,
el fútbol se fue apagando
y de nuevo el recuerdo quedó.

Hacían falta más cosas,
pero al menos por unos años
nuestro sueño se cumplió,
y la tarde de los domingos
Alcalá recobró la ilusión.

Ojalá que siempre hubiera
un grupo de alcalaínos
dispuestos a trabajar,
y a mejorar el camino
de los que vienen detrás.

Ojalá que siempre hubiera
alcalaínos dispuestos
a trabajar por el pueblo,
y luchen como lo hizo
con nosotros Juan Romero.          


Paco  Gil.  12.01. 2.001.






                                         

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