viernes, 29 de marzo de 2013

RESURRECCIÓN


Amanece el domingo que sería
cuando el Hombre enterrado, ya triunfante,
resucita con un Cuerpo radiante
y al instante la noche se hace día.

Las sombrías tinieblas de alegría
se deshacen de forma fulminante
y, San Pedro, Apóstol caminante,
a la cueva divina ve vacía.

Las mujeres también marchan corriendo
y no encuentran al Cristo de la Cruz,
sólo están los soldados discutiendo.

Y aquel pueblo tan vil, de escasa luz,
vio con ojos de incrédulos paganos
que mataron al Dios de los cristianos.



José Arjona Atienza

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