Queda solo en
inmensa soledad
grita al Padre por
qué lo ha abandonado,
sólo algunos lo
han acompañado
pero muchos se
alejan sin piedad.
Le han sumido en
la más honda orfandad,
sólo Él, de
ladrones rodeado,
y con Él se quedó
solo a su lado
la negrura, el
silencio, la maldad.
En la tarde
infernal de la Pasión
no hay gentío leal
ni multitud
que lo siga en
ferviente admiración.
Nadie siente por
Él ya gratitud,
y esas chusmas lo
urdieron de tal suerte
que lo dejan a
solas con la Muerte.
José Arjona
Atienza
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