La Pantoja está de moda, como casi siempre, como
ayer, como hace diez años, veinte años, toda la vida. Es una mujer que parece
haber nacido para que se hable de ella. Fue fulgurante su salida al mundo de la
canción siendo muy joven. Tuvo un espectáculo con el que recorrió toda España
titulado “Mis 20 abriles” o algo así. Solo su título ya dice algo. Subió a la
cima del pináculo de la gloria al casarse con Paquirri en el año 1983.
Época en la que él mandaba en el mundo del toreo.
Bajó a la profundidad más negra del pozo de la pena un 26 de septiembre del año
1984 en Pozoblanco. Fue a partir de aquel hecho funesto cuando la titularon
como “la viuda de España”. Su canción “Marinero de luces” que le escribiera
para ella José Luís Perales marcó un hito en su “currículum”. Hubo quien
aseguraba que no volvería a casarse jamás, pero las penas pasan y las personas
permanecen. Más tarde volvió a conocer el mundo del amor y tuvo varios
aspirantes. Conoció a un alcalde, - amor a primera vista – a un tal Julián, de
cuyo nombre tal vez algunos no querrán acordarse, como en el Quijote, y se
amaron locamente. Por este motivo llegó a ser “la reina de Marbella”, y así
paseó por toda Andalucía, incluida la Semana del Rocío, amor en pleno público.
Hubo ciertos asuntos dinerarios y volvió a hundirse de nuevo. Llegaron a
gritarle ladrona y chorizo, o choriza, para no descontentar a algunos. Tuvo que
sentarse en el banquillo de los acusados ante un tribunal, sufrió lo indecible
y lloró. La que puso por nombre a su casa de campo “La Cantora” ahora dejó de
cantar. Triste acontecimiento para una persona alegre. Fue condenada y salvada
al mismo tiempo, cosas incompresibles de la justicia, y eso solamente “por un
día” según aireó la prensa. Otra parte del público la defendió, la animó y la
aplaudió. Hay para todo. Y como tiene todavía una vida por delante, ¿Que será
de ella?, ¿habrá más altibajos?, ¿la volverán a encumbrar para más tarde
hundirla de nuevo?
Ha sido una mina para la prensa. Será la persona de
la que más se ha hablado y escrito en periódicos, revistas, radio y televisión.
La que más portadas ha ocupado y más titulares y comentarios ha acaparado. En
sus horas altas y en las bajas.
Tanto amor y tanta pasión en su Julián que ya no
hubo otro hombre para ella. Ahí empezó su declive. Por él cantaría “a todo
trapo”, por los variados escenarios hispanos aquella canción que decía “Hoy
quiero demostrar que estoy enamorada”… y seguía adelante; o aquella otra
“Porque me gustas a morir”, etc., con la fatal casualidad que aquel amor de
muerte solo le duró dos años, mientras su alcalde estaba encerrado en la
prisión de Alhaurín de la Torre y más tarde en Jaén, creo, donde solo fue a
visitarlo en dos ocasiones. Estaba cayendo una estrella; estaba empezando a
tambalearse el trono de la que llamaran “La última reina de la copla”, ¡Que
poco dura todo y que efímero es el resplandor de la gloria en este mundo!
Hace unos años, cuando la Pantoja era la auténtica
Pantoja, escribí de ella o sobre ella unas líneas que a continuación archivé,
como otras muchas cosas. Hoy he topado con dicho artículo en “el baúl de los
recuerdos” como cantara en sus mejores tiempos la ínclita Karina en su ya larga
trayectoria.
Por no alargar demasiado este escrito, dejaré el
antiguo para otro día, algo así como la segunda parte, cuando en realidad y
cronológicamente fue el primero; y como saben todos ustedes en Matemáticas se
dice que “el orden de los factores no altera el producto”.
José Arjona Atienza
Alcalá, 1 de mayo de 2013
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