Con tu alforja en los hombros, incansable,
limosnero de pan y de virtudes,
barba blanca, poblada, plenitudes
de un gran celo y fe inquebrantable.
Por tu duro vivir, siempre admirable
hoy te aclaman ingentes multitudes
de esta tierra y de otras latitudes
como estampa de santo venerable.
Cada día un anciano recorriendo
pies descalzos con nieve o con calor
y alpargatas con parches y remiendo.
Repartiendo tu pan con todo amor
se te ve en cada calle y jornada;
tus pisadas son huellas ya en Granada
José Arjona Atienza
Cádiz, Diciembre de 2010
0 comentarios:
Publicar un comentario