¡Que
buena serie hemos visto los que aprovecharan la noche del lunes! todos no, yo
sí. Tan bien hecha llevada la acción y la intriga al máximo, los personajes
bien caracterizados, y a la Alhambra y Sierra Nevada no hay que ponerles
“pegas” porque ellas hacen lo que saben, sin moverse, siempre las mismas. Desde
mi pueblo el pico Veleta, no el Mulhacén, que es más alto, y de haber estado
allí pudiera haber visto hasta los personajes moverse, con un buen telescopio. A la
serie no hay que ponerle reparos, ni a los moros ni a los judíos, en el gran
teatro del mundo todos hacen bien su papel, el de rey es auténtico rey en su palacio,
Segismundo hace de él mismo encerrado y encadenado en su cueva y otras veces en
el palacio de su padre. Así terminan por volver loco al pobre. Tal vez a
nosotros nos haría el mismo daño y es que hay algunos que se gastan unas bromas
tan pesadas.
Algunos,
según el título, creerían que iba a escribir sobre la Pantoja, a la que hacen
guardia docenas de periodistas y paparazzi en la puerta de Cantora, en la misma
carretera donde los coches pasamos a cierta velocidad; y esos seres humanos con
el boli o la cámara fotográfica en ristre esperan a ver que mosca se mueve allí
arriba en el cortijo. Otros pensarían en la Preisler, famosa por sus
innumerables cuartos de baño y el pueblo español guasón e irónico que es, lo
bautizara con el acierto de “Villa Meona”. Y por qué no de Isabel Sartorius,
tan mona ella, que pudo haber aspirado a ocupar el Palacio de la Zarzuela...
pues no, hablaré solo de Michelle Jenner, no sé si se escribe así, hispano
francesa, igual que mi amigo y compañero en Úbeda, Miguel Janicot del Castillo
y que escribiendo a los 24 años su propia autobiografía en un libro que tituló “Tanguy”
se hizo superfamoso, ganó el premio Goncourt, equivalente a nuestro Planeta y
que se vendió como las entradas del Circo del Sol, y que ya se han agotado en
Sevilla.
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Que
distinto todo a lo que nos imaginamos prematuramente, una Isabel reina forzuda,
autoritaria, con más mando que Antonio Tejero en el congreso y que estos días ven
unos ancianos, para intentar ver en el techo el impacto de las balas y luego
sentarse en un escaño cada uno sin haber pasado por las urnas ni ganado
elecciones algunas, esos que solo ganan 420 euros y no tienen para tanta
hipoteca, de algún lujo, etc.
Pero
otra vez se me escapa Isabel, claro ella iba a caballo y yo, a veces hasta con
un bastón porque mi dichosa columna... Isabel tú has hecho un buen papel;
digna, autoritaria, con voz de mando,
¡quién le enseñó todo eso! hasta dominar tu misma montura blanca, como tú, como
tu cabeza cubierta, como tu alma, tantas veces rezando, de rodillas,
santiguándose al final de un modo especial. Su presencia ante las huestes moriscas
le hizo ganar más batallas que el Cid Campeador, en su caballo Babieca, y eso
que ya iba cadáver. Que lo pregunten en Valencia, que hasta su mismo rey
Alfonso VI se enfadó con él porque ganaba tantas partidas como el Barcelona
partidos.
A ti Isabel,
medio francesita, te debemos tanto que algunos han aprendido más historia que
cuando estudiaban E.G.B. o primaria allá en “El Parque”. Es que viendo se
aprende más que escuchando o hincando los codos. La Pedagogía dice que es mejor
aprender deleitándose, algo así como trabajar en el andamio escuchando las
canciones de Rocio Jurado.
Ya
conocen todos quién era Boabdil el Chico, tan cobarde, que su misma madre le
increpó diciéndole “llora como mujer lo que no supiste defender como hombre” y
él lloraba. ¡Que madre, con un par de frases!... Ante ti, Isabel, se inclinaban
y hasta se arrodillaban todos, moros y cristianos, Colón y hasta los defensores de la
Alhambra. Eras mucha reina, eras mucha mujer, temible y agradable, dura y
dulce, como los actuales melones de invierno. ¡Qué dulzura con tu esposo, qué
miradas, que complicidad! Y Colón que te trajo, además de su agradecimiento por
ver su capricho cumplido, y su vasallaje. Isabel, ahí tenéis América, no de
cabo a rabo como titularía José Luís Castillo Puche en sus innumerables
artículos, que visitó Alcalá, hace 50 años y comió en la SAFA.
¡Que
tiempos aquellos! Muchos caballos y ningún coche ni moto. Mucho trotar por los
campos y poco embalarse por carreteras y autopistas, y tú reina de España y
Portugal, y de Sicilia y el Franco Condado y lo que se pusiera por delante; tu eras la
reina por excelencia y todo se te debía. Pero tú también le debes tu fama y tu
prestigio a esta española-francesa que ha cautivado a tantos. Porque también lo
ha hecho bien y
también te ha representado. Desde ahora en adelante a las dos Isabel-es se os
mira de una manera muy distinta, o sea, con muy buenos ojos. Habéis ganado las
dos mucho con la serie, como el Atlético de Madrid que ganando casi todos los
partidos es apreciado y ensalzado por todos los aficionados al deporte del
balón. Todos apuestan por el caballo ganador y así no fallan. Tanto habéis
ganado como al que le toca una primitiva de seis aciertos más el complementario
y todo.
Y falta
la tercera temporada, ¡qué nos deparará! Que objetivos, que triunfos os llegará
a las dos, a la reina y a la actriz. Yo también apuesto por la Yegua ganadora.
Las mujeres al poder, que hay quien ha dicho ya que la próxima presidenta de
los Estados Unidos será una mujer, concretamente Hillary Clinton. A la Luna no
sé si ha llegado alguna, pero el día que llegue pide a voces un novio como lo
pide Toñi Moreno en su programa vespertino “Entre todos” y se queda tan
campante. Ya se dijo “pedid y recibiréis”, “llamad y se os abrirá” aunque hoy
cualquiera se fía y abre, aún con la cadena puesta.
Os
agradezco que me leáis por el tiempo invertido en los escritos y, quizás por su
contenido, aunque haya algunos que no estén de acuerdo con el autor, aunque si
esto fuera así, no habría discrepancia de criterios, y sí unanimidad y amén a
todo convirtiéndonos en borregos y ya quedan pocos e incluso hacen falta más
para las Navidades que terminan. Esperémosle con alegría y entusiasmo dejando
atrás este año feo y negro del 13 en el que poco bueno hemos visto salvo la alegría
particular si en alguna casa la hubiera.
Paz y bien para todos, como dicen
los Franciscanos.
Reflexiones:
La vela
se consume por ayudar a iluminar a los demás; ¿ere tú como ella?
El
caracol y la tortuga viven en su “casa”
y no pagan ni luz ni agua.
José Arjona Atienza
Alcalá, 2 de Enero de
2014
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