La noche del pasado jueves,
mientras Jesús nacía en todas las iglesias de la cristiandad, miles de
cristianos irakíes buscaban un lugar seguro en el Kurdistan, para vivir la Navidad.
Era el único lugar que les quedaba en el exilio, para poder celebrar el
nacimiento de Jesús. El cardenal francés Barbarin, arzobispo de Lyón, ha ido a visitar a ese cuerpo sufriente de Cristo,
al que llama “los campos de la vergüenza”.
El Kurdistán es un territorio
montañoso, rico en minerales y petróleo, situado entre Armenia y el Eúfrates,
patria de más de tres millones de habitantes, en su mayor parte mahometanos. La
región no tiene acceso al mar y está situada en el Asia Menor, al norte de
Oriente Medio y al sur de la Transcaucasia. Históricamente, ha sido reclamado
por el pueblo kurdo –la etnia sin Estado que lo habita-, pues el territorio se
lo han repartido Turquía, Irak, Irán, Siria y un pequeño enclave de Armenia.
La mayoría de los kurdos profesan
el Islam, pero existe un grupo de cristianos compuesto por unos 20.000 fieles
iraquíes, que malviven en los campos de refugiados del Kurdistán, donde han
esperado con fe, a prueba de bomba y terrorismo, el nacimiento de Jesús. Esperan
cada año que Jesús nazca en medio de ellos, pero cada vez son menos, diezmados
por la persecución y el fanatismo. Un sacerdote argentino, el padre Luis
Montes, los atiende y ayuda a un centenar de familias que se
refugian en una escuela de los religiosos carmelitas. Dice de ellos: “Estos
cristianos lo han perdido todo: su casa, sus posesiones, su dinero… menos la
fe. Nosotros, los cristianos actuales, no sabemos lo que es vivir unas
Navidades así, aunque nuestra solidaridad ha respondido siempre con generosidad
en casos como éste. De todas formas, si no podemos hacer otra cosa, pide a los
hermanos de todo el mundo que oremos y les enviemos nuestra energía y ayuda cristiana
para vivir la Navidad.
Se han propuesto recaudar un
millón y medio de euros para que puedan mantenerse física, espiritual y familiarmente
en un lugar propio. Añaden que este 2014 nace Jesús refugiado en su propia
tierra y perseguido por los que aún no lo conocen. Pero en la Escuela Primaria
de Hammurabi, el ambiente es festivo: 250 niños han fabricado guirnaldas y
flores con materiales reciclados, para celebrar la Navidad con los pocos
cristianos que van quedando. Los cristianos ahora, sólo desean celebrar el nacimiento de
Jesús. La mayoría mantienen una fe firme, aunque no saben si podrán volver algún día a su casa
o seguirán en el exilio definitivamente, pero tienen en su alma la serenidad
que da la fe. A pesar de la tristeza, -dice el padre Montes- si uno habla con
ellos, en la conversación se escucha decir con frecuencia: “Gracias a Dios,
mantenemos la fe.” Los españoles no sabemos lo que es vivir en estas
condiciones, aunque muchos conocen bien lo que es sobrevivir con graves
dificultades. Pero sí sabemos que lo que hagamos en este sentido lo hacemos con
Jesús.” Si alguien quiere ayudar a estos hermanos, pueden dirigirse al: Banco Popular Español: ES59-0075-0615-0013-1097//
o también, a Bankinter: ES15-0128-0037-5501-7647. Si no es posible, algo podemos orando por
ellos.
Juan Leiva
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