lunes, 26 de octubre de 2015

CLAVES DEL BIENESTAR HUMANO - LA VIDA ES MOVIMIENTO

De la misma manera que los movimientos físicos constituyen imprescindibles estímulos para que los órganos corporales mantengan y acrecienten su lozanía, la vitalidad mental, emocional, familiar y social progresa y se extiende, gracias a las actividades que evitan la parálisis. Como nos dicen los médicos, los órganos se desarrollan mediante unos ejercicios adecuados y correctamente programados y, en ocasiones, la mejor medicina para ayudar a curar las diferentes dolencias corporales son los movimientos. Cuando permanecemos inmóviles, quietos, los músculos se debilitan, pierden masa y flexibilidad, los miembros se anquilosan, el corazón bombea con dificultad y los pulmones se atrofian.

Hemos de tener en cuenta, además, que el cerebro es el órgano que más se activa mediante el ejercicio. Hasta comienzos del siglo XX se creía que nuestros cerebro era estático: que sólo se desarrollaba durante la infancia, y que, a partir de la edad adulta, se iniciaba un progresivo declive. En la actualidad  conocemos que el cerebro puede seguir generando nuevas conexiones entre las neuronas a lo largo de toda la vida: es el proceso conocido con el nombre de neurogénesis. Los estudios muestran los efectos positivos que un correcto entrenamiento genera en nuestras capacidades cognitivas, en la percepción, en la atención, en la memoria, en el lenguaje e, incluso, en las funciones ejecutivas.

Por eso me permito sugerirles que practiquen, de manera permanente, una adecuada gimnasia cerebral, que realicen ejercicios mentales y que, por ejemplo, piensen, recuerden, relacionen, imaginen, escuchen, conversen, se expresen, se expliquen, se comuniquen, lean, escriban, dibujen y pinten. Y es que la vida es, efectivamente, un permanente fluir. ¿Recuerdan la imagen tópica del río? Pero, por favor, para evitar la esclerosis mental, piensen por sí mismos y defiéndanse de los brillos deslumbrantes de la propaganda política, de los vientos aniquiladores de la publicidad comercial, de los nubarrones violentos de los pregoneros de catástrofes y de las mareas asoladoras del cómodo hedonismo.


José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura

Universidad de Cádiz

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