miércoles, 6 de septiembre de 2017

PREGÓN DE SAN JORGE 2017

Pregón San Jorge



Alcalá de los Gazules
Yo te comencé a soñar
Más como un nombre precioso
Que como una realidad.
Hoy vengo desde muy lejos
Para saber, Alcalá,
Si eres tan maravillosa,
Tan erguida y tan juncal
Tan blanca y pura de sierras
Tan fina y lejos del mar,
Tan sola entre los Gazules,
Tan Gazul entre la cal.
Andaluza gaditana
Gloria del campo que está
Desangrándose en sus
Hijos
Que se mueren o se van
Lejos a tierra extranjera
Para poder trabajar.

Tú, Gazul de los Gazules,
Reina de estirpe inmortal
Alcalá de los Gazules,
 nombre en aurora de paz.
¡Hoy sé que en tus blancos muros
relumbra la libertad!

- Reverendo Parroco, Tomás Díaz Artola;
- Alcalde, Javier Pizarro;
- Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Fernando López Gil, mi querido delegado;
- Delegado de Educación, Juan Luis Belizón, Juanlu;
- Delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Remedios Palma, mi Reme;
- Parlamentario andaluz del Grupo Socialista, Luis Pizarro;
- Diputada provincial de Empleo, Ana Carrera, querida Ana;
- Concejala de Cultura, María José Córdoba;
- Concejales de la corporación;
- Hermana mayor del Beaterio, Ana María Cordón;
- Sargento de la comandancia de puesto de Alcalá y Jefe de la Policía Local;
- Hermano mayor de la Hermandad de Ntra.Sra.de los Santos, Arsenio Cordero;
- Hermanos mayores de Cofradías;
- Pregoneros que me han precedido;
- Presidente de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar, querido Manuel Doblado;
- Presidenta de la Federación de Mujeres Empresarias de Andalucía, mi amiga y querida, Ana Alonso;
- Presidentes y presidentas de asociaciones y peñas de nuestro municipio;
- Amigos de toda la vida;
- Amigos recién llegados a mi vida;
- Querida familia: papá, mamá, Cristina, Juanma, Patricia y Carlos;
- Mis sobrinos: Javier, Marta y Gonzalo;
- Mis suegros: Jesús y Matilde; y
- Mi compañero y marido, Ángel;
- Vecinos y vecinas de Alcalá

Bienvenidos todos, gracias por estar aquí.

Muchos recordaréis que durante 8 años, fui concejala de Cultura de nuestro pueblo, y en ese tiempo, conducía este acto, cediendo la palabra a unos y a otros.

Nunca imaginé, en aquella época, que yo fuera a desempeñar un papel distinto en el futuro.
El haber podido disfrutar, a lo largo de mi vida, de distintas perspectivas en lo que se refiere a este acto, hace que sienta que hoy se cierra un círculo en torno al pregón.

Agradezco a Pedro sus palabras de presentación; creo que captar verdaderamente la esencia de una persona es una tarea difícil y minuciosa, de las que requieren mucha atención y también, esfuerzo.

Por esto, quiero poner en valor esta tarde tus palabras, el trabajo realizado, y que hayas sido capaz de captar lo humano frente a lo público.

He arrancado dando las gracias y hablando de libertad, y te reitero mi agradecimiento ahora como amigo, a ti, Javipi, por hacerme feliz con tan grande honor.

El agradecimiento me sale de las entretelas de mi corazón, que después se enreda en mis entrañas y sale hacia fuera, con mi voz…

Y a lo mejor parece que la palabras se quedan cortas y no reflejan todo lo que siento, pero mi agradecimiento es grande, es enorme!! Es el agradecimiento por permitirme expresar con palabras los sentimientos, las emociones, lo que pienso y no he dicho nunca y lo que siento y quiero compartir con vosotros y vosotras esta tarde.

Gracias, por dejarme decirle a Alcalá lo que ha hecho de mi, lo que ha hecho en mi y lo que tengo de ella tan adentro.

Sé que en mi documento nacional dice que he nacido en Cádiz, pero prefiero no enseñarlo, porque, “yo soy de Alcalá”.

Yo creo que llegué aquí en la edad del Bronce, con los primeros pobladores. No os vais a acordar de mi y de mis paseos por la zona del Monte Abajo,  pero allí dejamos los grabados tallados en la ladera del cerro.

Yo me echo a soñar y me veo Ayla, la protagonista de El clan del oso cavernario, pero en los montes de Alcalá, que todavía no sabría que iba a ser Alcalá.

Igual llegué con los romanos, me recuerdo con un traje largo blanco y un brazalete dorado, danzando por la calzada Real... con 8 o 9 años... yo tengo todo eso en mi retina aunque pongáis caras raras por no creerme!!

Como nos han querido tanto, esta Alcalá, disputada por culturas y reinos, me llevó también a ser bereber tras la batalla del Guadalete, bereber de la tribu de los Gazules.

Nos hicieron después depender de Algeciras, llegaron los Reinos de taifas y nos mandaron al reino de Sevilla, y luego, los almorávides y almohades nos entregaron a Jerez y hasta a Arcos.

Pero yo siempre fui de Alcalá. Al kalat, que cuando lo digo con ese deje árabe, me suena a música: Al kalat, el castillo.

Igual llegué aquí en el siglo octavo, con un kaftan turquesa y seguro que ya me había salido la vena de mandona y mandamos construir el castillo sobre el cerro de la Coracha.

Ya os digo, que me hecho a soñar y me veo de Sherezade, contando las mil y una noches, desde este castillo, que ha dominado el horizonte islámico, que ha visto cómo las tropas de Napoleón derribaban sus defensas, que ha convivido con la construcción de los depósitos de agua y que se ha hecho otra vez con el cielo y la silueta gracias a una restauración recién estrenada que nos obliga a sentirnos orgullosos de nuestro patrimonio, que es nuestra cultura, que a su vez es lo que somos.

Lo mismo me dio ser mora que cristiana, como a esta Alcalá, que recogió lo mejor de las culturas que la alimentaron. De todas, yo elijo la época en que convivimos cristianos y musulmanes, que al principio fue dura y luego se convirtió en costumbre, y aquí cupo siempre todo el mundo.

Pero de todas, aquella batalla en los campos de Pagana entre moros y cristianos, me hizo devota de la Virgen de los Santos.

Los que me conocen saben que yo me encomiendo a ella en su ermita.  Ella ha sido mi tabla de salvación en mis duros momentos, incluso cuando alguien la ha necesitado y no ha tenido fe, yo lo he hecho por esa persona. Ella sabe que la fe que le tengo es grande y que lo mismo voy a pedirle, que a rezarle, que a agradecerle. Pero siempre a ella, ella sabe que con San Jorge gasto otras maneras, ella lo sabe y San Jorge también.

Cuando en 1384 el Rey Alfonso undécimo nos concede el título de Muy Noble y Muy Leal, se me saltan las lágrimas y lloro como una magdalena, sentada en el escalón de la puerta de Josefina. Noble es una palabra grande, y la gente de aquí es así, noble. Y leal es una palabra seria, que pone por delante la responsabilidad, lo correcto, el buen hacer,... y bajo ella puso el Onceno a la gente de este lugar. No poca cosa nos concedió. Gente noble y leal.

Puede que llegara yo a Alcalá con hambre allá por 1870, en ese momento de bonanza económica que se vive aquí, cuando se trae el agua de los Regajales y se termina la carretera de Medina, y de entonces me halla quedado la querencia por las teleras del horno de Cuesta, de donde salió el pan que alimentó a tantas generaciones de alcalaínos y que entonces llamábamos el Horno de la Peñuela. Ahora sigo comprando las teleras en el horno de Cuesta y me las llevo al despacho, y desayuno con los compañeros pan de Alcalá cada vez que puedo, para extender las bondades de esta tierra que a mi me alimenta y que me complace que los demás disfruten su sabor.

Yo me paseo por la historia de este pueblo, con respeto, con la magia de los sueños, de los deseos, de ese deseo de haber podido vivirlo todo... cuánto he aprendido de ti, Fernando Toscano, o de ti, Ismael Almagro Montes de Oca. Los hombres o las mujeres que se empeñan en dar a conocer la historia siempre han ocupado en mi, un alto rango, una alta distinción... esa curiosidad desmedida y meticulosa de saber buscar en los archivos las pistas para contar nuestra historia.

Igual llegué a Alcalá de los Gazules en la época de mayor apogeo, cuando vivíamos aquí 12.000 habitantes y estaban en explotación muchas tierras de cultivo... residiendo la mitad de ellos en el campo. ¿Llegaría yo en los años 50, con todas esas maestras destinadas a las escuelas rurales que se construyeron? Unas eran de aquí: Elvira Pastor, Ana María Gallego, María Pérez... otras de fuera: de Antequera, de Ceuta, de las Islas Canarias, de Castilla, de Galicia... Las primeras mujeres maestras que enseñaron a los niños y niñas de Alcalá que tenían ganas de aprender tienen también un sitio en mis sueños...porque la libertad la da el saber y el saber tuvo su lugar siempre en estas tierras. Las primeras fueron mujeres, luego vendrían los maestros también... ¿Llegaría yo entonces cuando se recorrían los campos cambiando una docena de huevos por una tira bordà? Es probable... lo mío siempre han sido los números... y la moda... eso lo traigo en las venas. De mis tías modistas, Las Lozano, me corre a mi el gusto por la ropa. Esa pasión que ellas tenían por la costura me ha llegado a mi en el gusto por la moda, porque desde luego, coser coser, lo que se dice coser, no es mi fuerte... pero la pasión por la moda me huele a esos botones de fantasía que traían mis tías para adornar los vestidos de nuestras fiestas.

En abril de 1558 se lidian dos toros en la Plaza Alta, que se cerraba para la ocasión. Uno de ellos costeado por el Cabildo. El otro, por los ganaderos... hasta que se decidió que el Cabildo pagara los dos por el perjuicio que suponía para éstos, que encima tenían que garrocharlos, correrlos y lidiarlos.

El 2 de septiembre de 1893, con la plaza llena hasta la bandera se inaugura la Plaza de toros de Alcalá, con una corrida en la que torean Arturo Paramio y Agualimpia con 4 toros buenos.

Pues fíjense ustedes: a mi, con 9 años, mi padre me llevó a los toros la primera vez. En Algeciras, cuando Miguel “el veneno” invitó a mis padres y a unos amigos a ir a los toros. Como mi madre no podía ir, yo acompañé a mi padre aquella tarde y aquella tarde fue para mi la primera de muchas, porque me quedé enamorada de la Fiesta... y no había corrida televisada que nos perdiésemos mi padre y yo. Hasta el día en que mi padre decidió que compartiría conmigo su abono en la plaza del Puerto de santa María, no tenía ni 14 años.

Yo puedo contarles a ustedes tardes magníficas de toros vividas con mi padre...  las tardes que me hicieron amar y entender esta fiesta y este arte. Pero lo que de verdad hizo el toreo conmigo y con él, fue crear entre nosotros un vínculo muy, muy, muy especial, una relación mágica que llevamos los dos a gala.

Hoy nos une aquí a todos la figura de San Jorge. Mucho se ha hablado ya de él. A mí me gusta destacar que se trata de un santo protector, ejemplo de valentía, de superación personal, de la lucha contra la tiranía y del triunfo del Bien sobre el Mal.

Hay algo más que considero destacable de nuestro santo y que creo que nos trae un mensaje muy importante en nuestros días: San Jorge es una figura que se ha extendido, desde la antigüedad por las Iglesias de Oriente y Occidente. Es decir: se trata de un santo universal. Venerado en Grecia, querido en Siria y Palestina, admirado en Irlanda, el Vaticano, con especial devoción en lugares como Rusia, Polonia, Israel o Malta, por citar algunos de ellos.

Admiro de nuestro patrón su capacidad para el sincretismo; un personaje que ejemplifica a la perfección la fuerza de la unión, de la conciliación… Una devoción en la que coinciden palestinos e israelíes, ¿se imaginan? no se me ocurre una muestra mejor para inspirarnos, en estos tiempos, en el camino de la paz.

Porque a San Jorge podemos verlo como un gran emisario que nos trae mensajes muy necesarios en nuestros días. Durante su batalla con el dragón, San Jorge se encomendó a Dios, mostrando una fe inquebrantable en mitad de momentos con mucha dificultad.

De esta confianza, fundamental para aferrarnos a ella sobre todo en los momentos de oscuridad, no se habla tanto como de la valentía de nuestro patrón. Cuando las cosas van mal, cuando la vida no nos da los resultados que esperábamos o las cosas no nos salen cómo queremos, ahí es cuando la fe nos dignifica a quienes somos creyentes. En esos momentos, las personas que somos religiosas podemos aferrarnos a algo más Grande que nosotros mismos, más Grande incluso que la Vida. Y eso hace que podamos encender una lámpara en mitad de la noche. Imagino que más de uno ahora le estará poniendo nombre a sus propios momentos.

Otro rasgo de todos los que admiro de nuestro Santo, y sobre el que me gustaría poner el foco este viernes, es su capacidad para exigir justicia. Dicho de otro modo: reivindicar lo que es suyo. Cuenta la leyenda que San Jorge, que era soldado, ocultó su religión cristiana en un principio, hasta que, pasado un tiempo, decidió hacerla pública. Cuando el emperador se enteró de esta condición, ordenó la ejecución del joven tribuno. Y, en ese momento -antes de que lo torturaran y decapitaran-, San Jorge protestó y criticó la política persecutoria del emperador. Admiro que nuestro Patrón eleve su voz contra la injusticia; admiro que tenga el coraje de levantarse contra una autoridad que no lleva la razón: eso también es valentía, y no sólo matar a dragones que atacan a princesas.

San Jorge también me recuerda la propia superación de nuestro pueblo que es, en realidad, la superación de las familias alcalaínas. Nuestra población comenzó a decrecer en los años 60 como consecuencia de la emigración. Tener que dejar uno su hogar, sus vínculos, el entorno que ha conocido desde niño, y, en definitiva, su sangre, también representa otro dragón que, a lo mejor no echa fuego, pero al que igualmente se combate con fuerza y valentía.

Quiero transmitir, en un día tan especial y desde un lugar tan honroso como en el que me encuentro hoy, mi más profundo reconocimiento a todos aquellos y aquellas que tuvieron que marcharse por pura supervivencia o por mejorar las condiciones socio-económicas y, así, darle un futuro mejor a sus hijos.

Yo lo cuento por rincones y carreteras, que San Jorge es una fiesta especial, porque es una fiesta del pueblo y para el pueblo, para el disfrute de todos, una fiesta en la Plaza Alta, donde todos compartimos la misma música, y en la que todos nos juntamos alrededor de una barra, para colaborar con las hermandades y asociaciones.

Yo no soy todavía muy mayor, vamos, que no puedo hablar de toda una vida... espero que me quede, por lo menos, la otra mitad de lo vivido... pero mi edad y San Jorge han ido de la mano siempre del reencuentro, esa maravillosa palabra que me hacía volver a ver a todos mis amigos, a todas mis amigas... volvíamos cada uno de un sitio, éramos niños y luego jóvenes universitarios ...y San Jorge nos juntaba, era el reencuentro esperado. Eran y son mis amigos de toda la vida, todos los de aquí, con los que he compartido mi niñez, mi adolescencia, y mi juventud.

En san Jorge estábamos todos, en San Jorge se podía pasar lista... yo elegí san Jorge para presentar el disco que grabé, que se llamaba Mi cante, con la colaboración de Raúl Perales. Fue un éxito... pero Arsenio se enfadó porque me llevé a la gente a la parte baja del pueblo y me había cargado la fiesta arriba... eso me lo perdonó él y san Jorge... San Jorge y yo siempre hemos tenido nuestros secretos.

El es el patrón y él me ha dejado que cuando piense en su nombre, siempre esté mi pensamiento mi primo Jorge, al que le mando un enorme beso allá dónde este.

Creo que he vivido cuarenta San Jorges pronto, pero lo he contado cien o doscientas veces, porque al contarlo lo revivo y me gusta que quienes no conocen esta fiesta sepan de ella y algún día tengan la oportunidad de correr la vaquilla en estas calles que miran al Parque Natural de los Alcornocales.

Yo soy muy de Alcalá, siempre fui de aquí: de la calle Real, de la calle La Miga, de las pipas, pero también del Río Verde, del Paseo la Playa, del kiosko de Ana o de Juan Romero el de las patatas, de la confitería, del parque.. yo siempre he sido de San Jorge... He pedido días libres, vacaciones o lo que hubiera hecho falta, para venir a ver la vaca. Cuando suena el petardo de que ya va para arriba, de que ya está en la calle... empiezo a sentir una cosa por aquí por la barriga, por el estómago...como unos nervios...que es que me encanta!!!! He corrido como una loca... que para eso, por San Jorge, era tradición para mi estrenar unos tenis. Ahora me he pasado a las cuñas, pero corro como una perdiz con ellas, que lo sabéis.

Voy a compartir con vosotros tres hitos que han marcado mi vida, que me han hecho ser como soy... son tres momentos importantes en los que San Jorge ha vuelto a hacer de las suyas:

El primero de ellos es la enfermedad de mi madre. Yo tenía cuatro años cuando a mi madre le diagnostican su enfermedad y yo sólo percibo que mi madre, que siempre iba en tacones, ya no se los puede poner más... Recuerdo perfectamente los últimos zapatos de tacón que se puso, los puedo hasta dibujar. Mis padres lo hicieron tan bien, tan bien, tan bien...que yo no fui consciente de que mi madre estaba enferma: solamente jugaba, y mi muñeca era mi hermana y mi cocinita era de verdad. Mis padres lo hicieron tan bien que yo he heredado de mi madre la fuerza y de mi padre el carácter, y esas dos cualidades me han hecho ser la mujer que soy. Creo que tengo mucha fuerza, y también, bastante carácter.

El segundo hito que marca mi vida es salir al extranjero a estudiar, a Alemania; porque hasta entonces, mi padre y mi madre siempre habían estado ahí para darme consejos, para hablarme, para alumbrarme el camino... pero me voy a Alemania y me desprendo por primera vez de mi familia, tengo que dejar a mi madre sola, yo, que siempre había estado con ella y  ella, que  me necesitaba... Mi padre toma esa decisión y me empuja a decidirme. Y por primera vez tengo que vivir sola, aprender a gestionar mi casa, mi dinero, mis decisiones, mis errores, mi día a día... en otro país, lejos de ellos y debo cuidar no de mi madre, sino de mí misma. Aprendí tanto sola, aprendí a caminar sola, y aprendí a hacer la vida sola.

El tercero de ellos es el día que me llaman para ocupar el cargo de delegada territorial  de Empleo de  la Junta de Andalucía,  en la provincia con más paro de toda España. Esa llamada tras el Consejo de Gobierno del 1 de septiembre de 2015 me pone en alerta, me hace temblar, me sitúa en mi afán por lo público, me regala un reto grande, me da la oportunidad de luchar contra el dragón  del desempleo… esa llamada que acepto con valentía y responsabilidad, con pasión y con respeto.

San Jorge me ha puesto por delante a tres dragones en mi vida, tres momentos gigantes. Él sólo llevaba consigo una  espada y su valor, y ante la inmensidad del dragón, se hizo fuerte, ( la fuerza la da la necesidad, pero también la ilusión y el optimismo) y eso le valió  para luchar y combatir la adversidad que la vida le puso por delante. Si él  había sido capaz de enfrentarse al gran dragón,  yo, con mi metro cincuenta y dos también podría hacerlo…estoy en el último de ellos. Soy lo que soy, seguramente, por lo que he vivido, cada uno es deudor de su historia, y que por lo que hoy os cuento con la sinceridad por bandera. Estoy en plena batalla y voy a dejarme la piel en ello. Los que me conocen saben que no dejo nada a medias,  que voy al grano, que me gustan los retos difíciles y que creo en la labor política para mejorar la vida de quienes nos rodean.
  
Este lugar me ha dado tanto que no sé si me dará este pregón para agradecerle lo suficiente. Como dice Saramago, “el vocabulario humano aún no es capaz y, probablemente nunca lo sea, de saber, reconocer y comunicar todo aquello que el ser humano vive y siente”.

Alcalá, yo amo tus calles estrechas, largas y empedradas...lleno mis ojos con los colores de los alcornoques y si no te tengo cerca, sueño con mis recuerdos, que corren para sentarse en todos tus rincones. Esta es la tierra de mis padres, de mis abuelos, de ustedes y la mía.

El mayor de los tributos que vengo hoy a ofrecer a San Jorge,  con el permiso de todos vosotros, es este : yo quiero que quien no sabe de San Jorge se acerque a esta fiesta como lo hacemos los alcalaínos;  yo he querido mostrar a quienes no han podido vivir esto, un pedacito de emociones y vivencia propias, para que puedan saborear de estas fiestas, que es reencuentro, es familia, es la música de la Banda Municipal de Alcalá, estrenar zapatillas, esperar el sonido de la salida de la vaquilla.  San Jorge es justicia, es defender a  un pueblo, es creer en el futuro. San Jorge son risas, besos, recuerdos, acabar con la larga espera y abrazar a mis amigos. Mis amigos y mis amigas que recorrieron las calles conmigo, que compartieron mil confidencias, cien viajes, mis amigos de secretos y complicidades….

Por eso San Jorge es también para quienes hoy viven por primera vez la fiesta, para mis amigos de ahora, de mi día a día, que se sientan en la misma mesa que el los de antes. Porque tengo el corazón grande, porque tengo el corazón ancho y me caben todos… y quiero que se  sientan cerca de mi y de Alcalá.   Ni yo concibo mi vida sin San Jorge ni la concibo sin mis amigos. Con la fuerza que me da San Jorge  y la que recibo de  mis amigos, yo consigo afrontar la vida. Así fue desde que tuve en uso de razón y así quiero que siga siendo.

Alcalá,  mi gran Alcalá de los Gazules… esta Alcalá que hemos ido haciendo entre todos, a través de los siglos, de las banderas y las lenguas, este lugar que habitamos y enriquecemos todos, esta tierra que San Jorge protegió con toda su fuerza… se  vuelve grande, haciendo honor a nuestro nombre, y nos bendice, y nos permite reconocer el rico pasado, el espléndido presente y el mejor de los futuros.

                      

¡¡¡¡VIVA SAN JORGE!!!!



Gema Pérez Lozano

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El tiempo que hará...