Fallece el padre José Carlos Muñoz García, canónigo de la Catedral de Cádiz
Tras
una intervención quirúrgica ha fallecido en Algeciras el padre José Carlos
Muñoz García, Canónico de la Catedral de Cádiz, Dignidad de Arcipreste y
Prelado de Honor de Su Santidad. Dotado de una elevada conciencia del deber y
de un profundo sentido de la responsabilidad, era un sacerdote gaditano plenamente consciente
de la nobleza y de las exigencias de su vocación de servicio. Profundamente honesto
y reflexivo, ha ejercido su ministerio irradiando un entusiasmo contagioso y generando
a su alrededor un hondo respeto. En más de una ocasión me explicó el secreto
íntimo de su decisión de consagrar su vida a los fieles: “yo valoro, aprecio y me dedico al Ministerio
porque amo a Jesucristo y porque considero mi servicio a la Iglesia como un
regalo divino”. Ésta fue la razón profunda de su entrega a la misión de aliviar
el sufrimiento y de ennoblecer la calidad de la vida humana.
Es aquí, en este fondo
trascendente, donde brotó su decisión de dedicarse al ejercicio de la Liturgia,
a ofrecer alimentos que fortalecen el espíritu y a administrar medicinas que
serenan las conciencias: a cuidar la salud del individuo y a vigorizar la vida de
la comunidad. El padre José Carlos tenía
la humildad de aprender cada día la nueva lección que le enseñaban los libros,
el trato con los enfermos y, sobre todo, los avatares de la vida. Por eso, a
pesar de haber cumplido ochenta y cinco años, seguía creciendo en conocimientos,
en nobleza, en delicadeza y en generosidad. Fue alumno del Colegio de la Viña,
cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Bartolomé y
alcanzó el título de Especialista en Pastoral Litúrgica, en el Instituto
Superior de Pastoral de la Universidad de Salamanca. Desempeñó sucesivamente los
cargos de Coadjutor de la Parroquia de Nuestra Señora de la Palma de Algeciras,
Capellán de las Reparadoras, Beneficiado, Canónigo, Profesor del Seminario y
del Centro Interdiocesano de Sevilla y Canciller Secretario del Obispado de
Cádiz. Ha sido Maestro de Ceremonia de la Santa Iglesia Catedral y, en la
actualidad, era Canónigo Arcipreste.
El padre José Carlos, hombre de
fe profunda y de fidelidad eclesial, creía firmemente en todo lo que cree la
Iglesia y, sobre todo, creía en la Iglesia. Se sentía contento con su radical
coherencia vital, con su fidelidad a las ideas, con su respeto a los valores
morales y con su lealtad a las personas. Coherencia, fidelidad, respeto y
lealtad que no le impedían aceptar los cambios ni adaptarse a los nuevos
tiempos. Crítico con las posturas
blandas y con las actitudes acomodaticias, el padre José Carlos Muñoz mostraba una
inmensa capacidad de empatía hacia los seres humanos que manifestaban algún sufrimiento.
Siempre huyó de los halagos y
prefirió seguir la senda estricta de la concienzuda administración de los sacramentos
y el camino diáfano de la proclamación de la Palabra. Es aquí donde este
gaditano tenaz seguía encontrando los estímulos
para continuar adelante; es aquí donde -en medio de un
mundo ruidoso, contradictorio y frívolo- este hombre sobrio nos seguía
transmitiendo luminosos mensajes de bondad, de seriedad y de rigor.
En estos momentos la figura del padre José Carlos Muñoz García alcanza
unas elevadas dimensiones de ejemplaridad. Con su hermano Ángel, con su cuñada
Maribel y con sus sobrinas Maribel, María Eugenia, Ana María e Inma que tan
generosamente le han regalado una permanente compañía, una eficiente ayuda y un
inmenso cariño, nos sentimos profundamente apenados y agradecidos. Que descanse
en paz.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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