Resucitar
Los marineros saben que, tras la
tempestad, llega la calma, los labradores conocen que al invierno le sigue la
primavera y el verano, los psicólogos nos explican que la esperanza es la
receta imprescindible para evitar la depresión, los fieles de las diferentes
creencias se consuelan con la vida futura y los cristianos fundamentan sus
vidas en su fe en la resurrección de Jesús de Nazaret.
Resucitar significa reconstruir los
sueños rotos y recuperar la utopía universal. Aspirar o creer en la
resurrección no es una evasión ni una alienación sino un compromiso liberador
en un aquí y en un ahora que haga posible una nueva humanidad de justicia y de equidad,
un mundo en el que los hombres y las mujeres de todos los pueblos de la tierra
puedan sentarse a compartir la mesa de la fraternidad. Por eso, la resurrección
del ser humano en el futuro deber ser acompañada en el presente de signos liberadores
tanto en el orden personal como en el orden socio-económico y político. Para
los creyentes cristianos la resurrección de Jesús significa que los que mueren
víctimas de la injusticia y de la violencia desean y aspiran a que se haga justicia.
Ese es el mensaje aún inédito: que, en vez de competir, nos decidamos a
compartir.
Creer en la resurrección es desear otro
mundo mejor en el que se superen las desigualdades, la discriminación,
marginación y los abusos de poder. Es aspirar y trabajar para que nadie en este
mundo pase hambre. Que los pueblos se abran a la fraternidad universal con la
voluntad de unirnos para cuidar este hermoso planeta, de sus suelos, bosques,
aguas, aires y, sobre todo, para proteger a todos los seres vivos especialmente
a los más frágiles, a los enfermos, a los niños y los ancianos. Esos son los
propósitos de los que profesan la fe, la esperanza y el amor.
La resurrección es la liberación de
esclavitudes de los rencores, xenofobias, odios, miedos, pensamientos tóxicos,
obsesiones por acumular dinero, prestigio y placeres. Es asumir un estilo de
vida nuevo, ético, dialogante, crítico y respetuoso con todos, acogedor y
servicial, compasivo y solidario con la gente que sufre, es defender los
derechos humanos, forjar la paz que nace de la justicia, el perdón y la reconciliación.
Resurrección es un nuevo nacimiento como hombres nuevos y como mujeres nuevas.
José Antonio Hernández
Guerrero
Catedrático de Teoría
de la Literatura
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