El
empacho informativo
¿Piensan ustedes que, en la
actualidad, gracias a la saturación generada por internet, por la televisión y
por los medios publicitarios de todo tipo estamos más y mejor informados que
hace unos años? ¿Creen de verdad que el periodismo está creciendo y mejorando? En
mi opinión el culto a la banalidad, las máscaras con las que se disfrazan las
mentiras oficiales y las medias verdades promocionadas por algunos grupos
mediáticos están pulverizando y arrinconando la información y la crítica de los
hechos relevantes.
Estoy convencido de que hoy se
está generando una crisis de la verdad en la información y una enfermedad
contagiosa en la crítica agresiva. Son unos alarmantes cambios que deberíamos
combatir explicando los principios de la necesaria información sobre nuestro
mundo y sobre los hechos que determinan el bienestar y el malestar de nuestras
vidas cotidianas en este mundo cada vez más complejo. Desgraciadamente la información
que circula en algunos de los grandes periódicos se está convirtiendo en
apéndices instrumentales de los algunos partidos políticos y los comentarios
críticos son cada vez más descaradamente partidistas.
Estoy convencido de que los
periodistas deben acercarse a los líderes principales y a sus ideas para
comprenderlos, pero a condición de que se alejen de ellos para analizarlos y para
criticarlos. Además de proporcionar información detallada, nos deben ayudar con
sus análisis y reflexiones para que entendamos los datos y para que adoptemos
nuestras propias decisiones.
Pienso que el exceso de
información puede desinformarnos y distorsionar los hechos. Por eso estoy
convencido de que el periodista profesional, además de información, debe
explicar los criterios para interpretar y valorar la siempre compleja realidad,
y proporcionar elementos de juicio que nos ayuden a entender el mundo en el que
vivimos y a adoptar con libertad nuestras propias decisiones. Los lectores debemos
seguir trabajando para lograr una aproximación lo más certera posible a los
episodios y para evitar caer en la tentación de arrodillarnos ante cualquier
declaración política de cualquier signo por muy categórica que sea pronunciada.
Todos deberíamos seguir adiestrándonos para comprender el mundo en el que
vivimos aceptando un hecho elemental: cada periódico, por muy importante que
sea, sólo aporta una parte de la verdad. Por eso, una conclusión podría ser que
necesitamos contratar las informaciones y los juicios de más de uno de los
periódicos y de más de uno de los profesionales.
José Antonio
Hernández Guerrero
Catedrático de
Teoría de la Literatura
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