De la memoria monumental y heroica hacia la memoria contramonumental y antiheroica
Ignacio González-Varas
El
culto a la memoria. Ética y Estética
Madrid, Cátedra, 2023
Para
valorar el contenido de esta obra es inevitable que partamos de una distinción
entre dos conceptos diferentes que se refieren al pasado: historia y memoria. La
historia nos proporciona datos analizados crítica y científicamente, la memoria
nos ofrece una visión personal de hechos valorados desde el presente y desde
una perspectiva subjetiva y emotiva, es, por lo tanto, una reconstrucción
interpretativa de los comportamientos humanos mediante la selección de los contenidos
y la aplicación de lenguajes literarios creativos y recreativos. Las memorias
pretenden “re-cor-dar” y, por lo
tanto, están impulsadas por el entusiasmo, por el afecto y, sobre todo, por la
gratitud. Su finalidad principal es perpetuar en el tiempo la admiración, luchar
contra el olvido - y a veces contra el desprecio- de los hechos del pasado.
Esta
obra de historia, de estética, de sociología, de ética y hasta de psicología, analiza
con rigor y explica con claridad el proceso y las razones que determinan el
tránsito del cultivo de la memoria monumental y heroica hacia una memoria
contramonumental y antiheroica: la memoria de las sociedades tradicionales, la
ruptura con la tradición y el régimen de la modernidad y la cultura de la
memoria en las sociedades actuales.
Con
detalles, con ejemplos y con ilustraciones, explica, en primer lugar, cómo los
monumentos clásicos o tradicionales –que se inician en la antigüedad y perduran
hasta el tiempo contemporáneo-, transmiten los contenidos de la memoria
institucional u oficial, y son expresiones artísticas e ideológicas. Detalla
cómo, tras la Primera Guerra Mundial, se rinde culto a la memoria como catarsis
colectiva, y, en las últimas décadas del siglo XX, se produce un total cambio
de rememoración, cuando, frente a la celebración de las victorias, se reconocen
los traumas y las opresiones que generan. Explica e ilustra cómo, frente a la
memoria institucional, oficial e impuesta, se apela a las experiencias
personales del espectador. Finalmente, describe las actitudes personales de la
memoria que han llevado a la condena de los monumentos, a sus demoliciones,
traslados o, a veces, a sus indultos aplicando criterios ideológicos, históricos
o estéticos.
Tras
estos exhaustivos, detallados y profundos análisis, el historiador, profesor y
ensayista Ignacio González-Varas Ibáñez, llega a la conclusión de que la
memoria es “una sustancia viva, cambiante y fugitiva que muchas veces provoca
reacciones encontradas que oscilan desde la identificación y la exaltación de
la memoria hasta su olvido o incluso su destrucción iconoclasta”.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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