Las palabras son herramientas poderosas y armas destructoras
Judith Butle
Palabras que
hieren
Barcelona, Paidós, 2025
La
supremacía blanca en los Estados Unidos, amparada en el régimen de Trump, es el
punto de partida de este estudio serio, detallado y sorprendentemente claro, en
el que Judith Butle constata la amplia gama de personas que expresan el odio
racial, misógino, homofóbico y transfóbico a través de la palabra y de la
escritura. Son quienes actúan con la intención de “herir y degradar con armas
específicamente lingüísticas”.
Este
hecho, reconocido por todos y lamentado por muchos, es la demostración de que
las palabras, herramientas dotadas de muchos poderes y relacionadas con todos
los poderes o con cualquier poder, además de alimentar, fortalecer y curar, también
debilitan, enferman, hieren y matan: socavan la facultad de actuar y degradan a
la otra persona o grupo mostrando incluso su desprecio.
Butler
muestra con claridad y demuestra con razones cómo las palabras “actúan”,
“producen” y “hacen daño”, porque son verdaderos “actos incendiarios” que
producen efectos, a veces, mortales. Explica que las recientes
propuestas para regular los discursos de odio en la sociedad, en los centros de
trabajo y en otros ámbitos públicos están generando unas consecuencias
políticas ambivalentes porque analizan y cuestionan las causas y los efectos
del daño que se inflige a la sociedad y a las personas.
Partiendo
de hechos concretos demuestra cómo algunas palabras poseen efectos
“performativos” porque producen lo que dicen. Todos sabemos que, por ejemplo,
la palabra ante un sacerdote o ante un juez en una ceremonia matrimonial cambia
realmente nuestro estado familiar y social, o que la firma en un documento nos
convierte en propietarios de un objeto. Fíjense
en la importancia política que puede alcanzar un simple voto.
En
esta obra que, a mi juicio, deberían leer los políticos de cualquier signo o
nivel, los profesores, los periodistas y, en general, los escritores y también
nosotros, los lectores, Judith Butler nos llama la atención para que usemos e
interpretemos las palabras con la responsabilidad de quien maneja una
herramienta dotada de un, a veces, incontrolado poder para construir y
construirnos, para destruir y destruirnos.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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