Las “ilusiones” influyen en las percepciones, en los conocimientos y, por lo tanto, en la vida
Ignacio Morgado
El espejo de la
imaginación
Barcelona, Ariel, 2025
En
esta ocasión -y antes de valorar el contenido de la obra- me refiero al
lenguaje claro que el autor emplea para explicarnos un tema que es objeto de
estudio de los profesionales de la Medicina, de la Biología, de la Psicología,
de la Pedagogía, de la Estética y de la Literatura, y que, además, nos interesa
a todos nosotros con independencia de nuestros quehaceres y aficiones.
El
funcionamiento de la imaginación es un asunto que nos despierta curiosidad a todos
los que pretendemos conocer los mecanismos mentales que determinan nuestras
maneras de actuar como seres humanos. La lectura y relectura de este oportuno
estudio me han producido la impresión de que, más que una serie de clases impartidas
por un especialista, eran conversaciones claras, concretas y apasionantes sobre
el comportamiento de nuestra mente. El punto de partida es la descripción del
cerebro humano y de las interconexiones de las neuronas que proporcionan
sentido a nuestras vidas gracias a la conciencia que, efectivamente, es “el
espejo de la imaginación”.
Estableciendo
una comparación con los estados sólido, líquido y gaseoso del agua, Ignacio
Morgado, Catedrático Emérito de Neurociencias, nos cuenta, con sorprendente
habilidad narrativa, cómo la mente también funciona consciente e inconscientemente.
Nos explica cómo el estado consciente contiene diversos componentes como
consciencias particulares del color, de los sonidos, de los olores, de los
movimientos, etc., pero que, sin embargo, se nos presenta como un todo
integrado. Nos advierte cómo la mente y la consciencia humanas también tienen
mucho de ilusión y de interpretación personal.
Expone
cómo nuestra percepción, que es “ilusoria”, debido a las diferencias entre los
cambios de nuestro cerebro al procesar los estímulos sensoriales diferentes,
nosotros los percibimos de forma única e integrada, casi como un todo compacto.
Es el cerebro quien, por ejemplo, crea la luz cuando recibe el torrente de
pequeñas y diferentes descargas eléctricas de las neuronas del nervio óptico
originadas en nuestros ojos.
Nos
responde a preguntas que frecuentemente nos hacemos como, por ejemplo, si el
sueño es la clave de la intuición y de la creatividad, si es lo mismo la
conciencia que la atención, si una máquina inconsciente podría igualar a la
inteligencia humana, si tiene límites la inteligencia inconsciente o si los
jueces podrían condenar a una máquina. Partiendo del hecho de que la conciencia
fue generada por la selección natural en respuesta a los cambios para favorecer
la adaptación y la sobrevivencia, pronostica que “nuestra capacidad humana para
comprender la subjetividad y la imaginación evolucionarán cuando nuevas
condiciones ambientales, posiblemente dentro de millones de años, hagan necesaria
esa comprensión”. A pesar de la complejidad de los asuntos técnicos tratados,
su lectura, además de interesante, nos resulta clara y amena.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
0 comentarios:
Publicar un comentario