Introducción.- No intentamos, en absoluto, aportar todo lo
que se ha dicho por escrito sobre Alcalá de los Gazules. Sería imposible
recopilar toda la literatura histórica, lírica o el ensayo escrito sobre
nuestro pueblo. Aspiramos a presentar un retrato, al que podemos llamar
“Geografía Literaria” de Alcalá. Para ello acudiremos a los textos escritos y a
las ilustraciones gráficas.
Iniciamos
una nueva veta de temas, titulada “Alcalá en la Literatura”, que vienen a
ampliar, con nuevas expresiones literarias, todo lo que hemos venido diciendo
de nuestro pueblo con las “Evocaciones alcalaínas.” Alcalá ha sido exaltado no
sólo por sus hijos ilustres, sino por escritores notables de la provincia, de Andalucía
y de otras regiones de España. Con ello queremos completar, en “Mi Alcalá”, los
rasgos que propios y extraños han descubierto con verdadero acierto.
Sus
lugares naturales y urbanos, sus mansiones y edificios, su benigno clima y sus
factores económicos y humanos aparecen repetidamente descritos y narrados en
las letras españolas. Desde Alfonso X el Sabio hasta la lírica actual no han
faltado autores que hayan dedicado escogidas páginas a nuestro pueblo.
Comenzamos en la Alcalá prehistórica, continuamos con la protohistoria de Alcalá,
seguimos con su historia y llegamos hasta el tercer milenio en su segunda década.
No queremos darle un carácter único y limitado a un solo género literario.
Haremos el recorrido con los principales géneros literarios y la ilustración
gráfica.
Pido
perdón de antemano por los errores o ausencias que, sin pretenderlo, pueda
haber. Tampoco nos plateamos un tiempo marcado. Intentaremos salir cada semana.
Un puñado de prosas y versos, narraciones, descripciones y diálogos aparecerán sobre Alcalá
semanalmente. ¡Ojalá ayuden a conocer y divulgar todo lo que ha supuesto la
historia y vida de nuestro pueblo!
Alcalá
de los Gazules, Fiestas de la Virgen de los Santos. Año 2012.
“ALCALÁ, PARAJE PREHISTÓRICO”
Los historiadores Pablo Antón Solé[1]
y Antonio Orozco Acuaviva[2]
nos ofrecieron, editada por la
Diputación Provincial, en 1976, una Historia
Medieval de Cádiz y su provincia, a través de sus castillos. La obra vino a
llenar una gran laguna que existía en nuestra provincia sobre la riqueza
histórica que significaban sus fortalezas y que nadie se había atrevido a
tratar en profundidad.
En
el capítulo dedicado al castillo de Alcalá, nos dicen: “Este paraje es rico en estaciones prehistóricas y parece que desde
antiguo debió ser lugar fortificado, porque Madoz la relaciona con la antigua
Regina de Plinio y Ptolomeo. No es de extrañar, por tanto, que fuese la
fortaleza romana de “Turris Regina” o “Turrecina”.[3]
O la Lascuta que señala Romero de Torres. Abundancia de restos romanos están
citados en esta localidad, describiendo Madoz una lápida romana incrustada en
la esquina de la derecha de la fachada oeste del torreón del castillo. Se
tienen noticias, además, de otras lápidas similares de las que quedan
recuerdos.”[4]
La
situación de la antigua fortaleza romana explica esa razonable riqueza
prehistórica, ya que Alcalá se erigió sobre la cumbre del cerro de la Coracha,
zona crucial de los caminos desde la costa hasta el interior. Venía a ser la
atalaya de toda la Vega del Barbate, tal como lo sigue siendo en la actualidad.
Por su parte, Julio González, en su obra Inscripciones
Romanas de la Provincia de Cádiz, en 1982, hace la siguiente transcripción
del Bronce de Lascuta, según el Edicto
de Paulo Emilio, año de 189 a.C.:
Lucio Emilio, hijo de Lucio,
general, ha decretado que los esclavos hastenses, que habitaban en la Torre
Lascutana, fuesen libres, y también mandó que tuvieran y poseyeran campo y la
ciudad, que entonces habían poseído, mientras quisiesen el pueblo y el Senado
romano. Dado en el campamento del día 21 de enero.
Merece
la pena que dediquemos algunas de nuestras páginas a recordar los hitos más
importantes de nuestros inicios. Porque todo comenzó antes, mucho antes, cuando
los turdetanos iberos o tartesios organizaron su monarquía. El año 237 a.C., Amilcar
Barca desembarcaba en la colonia fenicia de Gadir para adueñarse de las
riquezas mineras del sur de Iberia. Esto, a pesar de la tradición de
comercio con los cartagineses que hasta
entonces había existido en la Turdetania, especialmente las del interior. Los
turdetanos se opusieron a los cartagineses con la ayuda de los mercenarios
celtíberos, pero Amilcar consiguió controlar las zonas mineras de Sierra
Morena.
Hasta
Regia (Jerez) llegaba hasta “Turris Regina” o “Lascuta” y hasta Turris Stella o
Torrestrella. Pero los reyes turdetanos carecían de una organización capaz de
hacer frente a los cartagineses. Los reyes turdetanos fueron rápidamente
derrotados y asumidos por Cartago, hasta que los cartagineses iniciaron la
marcha hacia el levante peninsular para fundar Akra Leuke que más tarde se
convirtió en la Lucentum romana.
La
religión turdetana es complicada, porque existen pocas fuentes y poca
documentación arqueológica. Pero el ritual funerario se basa en la
incineración, o más bien, en la cremación, ya que el cadáver, por falta de
conseguir altas temperaturas, no se reducía totalmente a cenizas.
JUAN
LEIVA
[1] Antón
Solé, Pablo, Cádiz, 1935. Licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Sevilla. Canónigo archivero de la catedral de
Cádiz, director del Archivo Histórico Diocesano de la Biblioteca del Seminario
Conciliar de San Bartolomé y profesor de Historia del Arte en la Escuela
Universitaria del profesorado de EGB. Es académico numerario de la Real
Hispanoamericana y Provincial de Bellas Artes de Cádiz y correspondiente de las
Reales de Buenas letras y de Bellas Artes
de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Miembro del Consejo rector de la
Cátedra Municipal de Cultura “Adolfo de Castro”. Historia
Medieval de Cádiz y su provincia. Pág. 257.
[2] Cádiz, 1934. Catedrático de Historia de la
Medicina de la Facultad de Cádiz. Académico de número y bibliotecario de la
Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz y correspondiente de la Academia
Nacional de Medicina, académico de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz,
director de la Real Academia Hisaponoamericana y presidente del Ateneo de
Cádiz, y miembros de diversas corporaciones científicas y culturales. Autor de
la Historia de la Medicina gaditana , de Médicos escritores gaditanos y de La
gaditana Frasquita Larrea, primera romántica española, entre otras obras. Idem.
Pág. 257.
[3] González,
Julio.
4 Idem Pág. 258. Pascual
Madoz. Diccionario Geográfico. Madrid, 1845.T.I, pág. 374.
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