Hoy ya el Congreso ha enmudecido
y quedó también muda media España
nos embarga una emoción bastante
extraña
en llantos y alabanzas dolorido.
Porque siendo igual la misma
muerte,
la de un Presidente es distinta
y se ha utilizado tanta tinta
que a todos nos unió con lazo
fuerte.
Fue tan grande e inmenso aquel
fervor
que, unidas de izquierdas y de
derechas
solo elogios se oyeron en su honor.
Ojalá ya se cierren tantas brechas
que olvidado también tanto dolor
de inmediato se alcancen las
“cosechas”.
Perdonar por una vez tanta anomalía como sigue.
Empecé hablando del Congreso y del Congreso seguiré hablando ahora en prosa; ¡y es que hay tanta
similitud!
Quiero darte la palabra como reza el título, para
intentar hacer cumplir su contenido. Quiero darte la palabra porque la “palabra
une. El diálogo, que es también palabra, desata nudos, disipa suspicacias, abre
puertas, soluciona conflictos y es vínculo de unidad”.
Y quiero darte la palabra como reza el título de
este escrito, para intentar hacer cumplir su texto y algo más. Escribo desde
hace un año para muy distinta clase de lectores, distinta en su concepto de la
vida, en ideología, en criterios, aficiones, gustos, etc. y yo no sé si en mis
artículos agradaré más o menos a todos o solo a unos sí y a otros no. Y
quisiera saber para contentar un poco a la mayor parte. Quisiera saber si al
encontraros con alguno de mis títulos os cae bien o todo lo contrario, lo leéis
con más o menos entusiasmo o lo desecháis
cerrando enseguida la página. Esto como veréis
os puede sonar a encuesta, o estadística, aunque no lo es, naturalmente.
Pero por más que le doy vueltas a mi cabeza no llego a comprender cómo he de
conseguirlo. Qué tendencias hay en una mayoría sobre unos temas determinados,
qué inclinaciones tienen otros, qué preferencias albergan los demás, etc.
Así, de esta forma, sabiendo de antemano y en qué
porcentaje, cosa difícil, podría suceder que de esta manera satisfacer a la
mayoría. Pero el problema no es tan sencillo aunque yo mismo diga varias veces
que todo problema tiene su solución. ¿Me vais a enviar, tal vez, un mensaje por
el móvil o el ordenador? No los entendería total o parcialmente y por lo tanto
no es fácil de comprender. ¿Se lo vais a hacer llegar a Andrés Moreno? ¿Sería
mucha molestia? Entonces, ¿de qué manera vais a realizar vuestro cometido para
quedar enterados totalmente? Pues ¿para que servirían mis propuestas y que fin
perseguirían? ¿En qué proporción os agradan los variados títulos ya publicados
y así escribir con preferencia de unos y otros asuntos? Entonces no se entiende
el enunciado de tan democrático título arriba empleado. Pues para eso mismo,
para que democráticamente os pronunciéis en uno u otro sentido. Pero otra vez
nos impulsa la confusión. ¿Que pretendo con tan abigarrado relato? Que
expongáis lo que queráis y como queráis.
Yo, imitando al del escaño, expongo mi idea con mi
mejor intención. Perdonar, pues, semejante anomalía. Este que os escribe puede
ser que tampoco lo haya expuesto con la suficiente claridad. No volveré más a
escribirlo de una forma tan sutil. Pero quizás os haya quedado algo de tan
larga perorata. No volveré más a meteros en materia tan intrincada.
Os lo diré más claro. Vosotros leéis el título, y
de palabra o por escrito, o cuando nos saludemos en ella calle, los que viven
lejos no podrán hacerlo, pero sí por escrito, me comuniquéis con plena
sinceridad, no solamente si os gustó tal artículo o no, sino que podréis darme
motivos, si lo encontráis largo o corto, o que escriba de tal o cual materia
como lo he hecho hasta ahora. Os lo agradecería. De veras. Ese es mi deseo.
Alcalá, 25 de marzo de 2014
José Arjona Atienza
Día del Entierro del
Expresidente.
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