Querido Carlos
A la memoria de Carlos
Perales Pizarro, amigo
«Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es
un pedazo de un continente, una parte de la Tierra. Por eso la muerte de
cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto,
nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti».
John Donne
Querido Carlos, se me hace algo cuesta arriba escribir sobre
ti y sobre tu muerte tan prematura, pero a la vez también me resulta muy fácil dejar
constancia de tu humanidad y nobleza.
Te has ido repentinamente y como precisa el poeta John Donne,
tu pérdida también nos disminuye y me disminuye porque tú formabas parte de mi
entorno más cercano y porque desde siempre, te he considerado un buen amigo.
Te recordaré y te recordaremos como una persona noble, tolerante,
cultivado, paciente, demócrata y socialista comprometido, amigo de tus amigos y
respetuoso con tus adversarios políticos. También recordaré con una sonrisa, ese
temperamento tuyo desenfadado y guasón, que me figuro heredaste por vena y
sangre de tu madre María Pizarro a la que tuve el gusto de conocer.
Tu
compromiso y pasión por el asociacionismo y tu talante negociador, impulsaron y
dieron vida a los consejos de participación ciudadana local, al objeto de propiciar
una administración más participativa y abierta a los ciudadanos, incorporando
sus opiniones y
haciéndonos ver que la democracia está en manos de todos. Era esta
una asignatura pendiente a la que dedicaste tiempo y pasión, para hacer de la
participación de la ciudadanía uno de los ejes de actividad de nuestros ayuntamientos.
Los consejos de participación ciudadana que ayudaste a crear, pueden dar fe de
tu dedicación.
Amigo Carlos, fuiste una persona valiente y consecuente en
tu faceta de historiador, pues dedicaste muchas horas de lectura e investigación
a nuestra Guerra Incivil y así poder aflorar la triste Memoria de los fusilados
y de los enterrados en las cunetas. Hace algunos años, no era este un tema que
se prestara a muchos apoyos personales ni institucionales y del que hablábamos
en voz baja, en conversaciones y en comentarios de mesa camilla por miedo a
desvelar y a nombrar en voz alta, quiénes fueron los verdugos y quiénes las
víctimas.
Fuiste muy valiente para poner negro sobre blanco relatos de
nuestra historia local y provincial más trágica sobre aquellos años oscuros y
que seguro te habrán dado muchas satisfacciones, aunque también me constan algunos
sinsabores por algunas críticas e incomprensiones. Echaremos de menos tu presencia
y colaboración sobre este y sobre otros asuntos, en los Apuntes Históricos y de
nuestro Patrimonio.
Mi relación contigo, además de la conexión familiar que nos
une y de la coincidencia de muchas ideas, es de hace bastante tiempo y desde
los tiempos en que volvía de vacaciones por Alcalá y nos saludábamos con
aprecio al vernos de nuevo. Tiempo después nuestra relación de amistad se
convirtió en algo fijo y continuado y me atrevo a afirmar sin equivocarme, que
por la teoría de los círculos concéntricos algo tuvisteis que ver Fini y tú en
los orígenes de mi relación con Isabel.
Tengo muchos y muy buenos recuerdos compartidos y entre
ellos, el de hace bastantes años relacionado con el viaje a un concierto, no
recuerdo bien si de Serrat o de Paco de Lucia, apretujados con varios amigos en
la parte de atrás de una destartalada furgoneta y en aquel entonces sin
cinturones de seguridad por la carretera de Paterna.
Y otro posterior bajando por Río Verde, en el que me
encontré contigo y con los otros dos “mosqueteros”; tus amigos de juventud Paco
Ardila y Narciso Romero con los que formabas un trío muy bien avenido y recibir
la invitación, para que os acompañara en el “seita” que conducías a una de las ferias
de la provincia.
Recordaré siempre en las visitas de fin de semana a nuestro
querido Alcalá, los encuentros en la Alameda, en lo de Dominguito, en el
estanco de Francisco o en el Pizarro, leyendo y comentando las noticias de
prensa, especialmente las políticas y las viñetas de nuestro común admirado
Forges.
Querido Carlos, te echaré de menos por las charlas y comentarios
dominicales que manteníamos acerca de los artículos de opinión de Antonio Muñoz
Molina, de Almudena Grande o de Javier Marías entre otros; por los intercambios
de opinión sobre la crisis catalana y su influencia en la política española y especialmente
por las conversaciones sobre asuntos banales, mundanos, familiares y
domésticos, que se intercambian dos amigos desde la cotidianidad.
Pero
te recordaré mucho más, por tu forma de ser y porque nunca te vi un mal gesto,
una mala cara, ni te escuché nunca una crítica corrosiva contra nadie.
Termino
el recuerdo a tu memoria con unos versos de Antonio Machado, que reflejan una buena
parte de tu personalidad.
….
Hay
en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno
….
Recibe
un fuerte y eterno abrazo allí donde te encuentres, de tu amigo Tomy
En Alcalá de los
Gazules, a 1 de enero de 2019
Tomás Acedo Alberto
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