Una lúcida invitación para que identifiquemos nuestros miedos y una generosa propuesta para que los dominemos.
Zygmunt
Bauman
Miedo líquido
Barcelona,
Paidós
Aunque algunos piensen que no es necesario
aprovechar esta oportunidad para leer un libro sobre la ola de miedo que nos invade,
nos contagia de un malestar paralizante y nos genera indecisiones, errores y fracasos,
he decidido leer y comentar esta obra en la que Zygmunt Bauman nos explica de
manera clara, profunda y detallada el miedo y los miedos que todos
experimentamos. Estoy seguro de que quienes se decidan a abrir sus páginas
encontrarán claves interpretativas y, sobre todo, fórmulas prácticas para
desactivarlos. Fíjense en su manera clara de afirmar que “el miedo constituye,
posiblemente, el más siniestro de los múltiples demonios que anidan en las
sociedades abiertas de nuestra época. Pero son la inseguridad del presente y la
incertidumbre sobre el futuro las que incuban y crían nuestros temores más
imponentes e insoportables”.
El miedo, un sentimiento de defensa común
a todos los animales, en los seres humanos es un mecanismo racional y
psicológico necesario para la supervivencia, aunque a veces lo nieguen quienes
lo confunden con la “cobardía”. El autor nos advierte cómo los peligros se encargan
de recordarnos su realidad a pesar de las medidas de precaución que se han
adoptado y cómo “regularmente son desenterrados de las mal cavadas tumbas en
las que han sido enterrados (apenas unos centímetros por debajo de la
superficie de nuestra conciencia) y son brutalmente arrojados al candelero de
nuestra atención”. (p. 26)
Estoy de acuerdo en que, en el fondo,
el miedo es el vértigo originado por la oscuridad ante el abismo de lo extraño,
de lo insólito y de lo desconocido, y en que brota del conocimiento de nuestra
propia fragilidad y, en consecuencia, del temor a la muerte. En mi opinión, es
especialmente oportuna su advertencia sobre el miedo generado por el
crecimiento de nuestra capacidad humana para autodestruirnos de una manera total.
Me ha resultado agudo el análisis de la contradicción que se produce cuando ese
riesgo de destrucción se origina mediante los esfuerzos desarrollados para
proteger a poblaciones privilegiadas pero que su consecuencia directa es que aumentan
las “agresivas desigualdades”.
Si la idea de una “sociedad abierta”
representó originariamente la determinación de una vida libre y orgullosa de su
apertura, es constatable que hoy evoca la experiencia aterradora de unas
poblaciones vulnerables, que, abrumadas por fuerzas que no pueden controlar ni
comprender plenamente, se sienten horrorizadas ante su propia indefensión y
obsesionadas con la inseguridad de sus fronteras y de la población que reside
en su interior.
La descripción detallada de la serie de
miedos actuales y las preguntas concretas que Bauman nos formula a nosotros en
estos momentos es, a mi juicio, una manera lúcida y saludable para orientarnos
en las tareas permanentes de descubrir las fuentes comunes de nuestros
diferentes miedos, y unas pautas prácticas para que analicemos los obstáculos y
para que descubramos las maneras de desactivarlos. Como el mismo autor nos
dice, “es una invitación para que pensemos y para que actuemos”.
José Antonio Hernández
Guerrero
Catedrático de Teoría
de la Literatura
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